Un día como hoy, en 1999, en la revista de neurosiquiatría, el hijo de José Carlos Mariátegui, Javier Mariátegui Chiappe, publica el artículo: "Federico Sal y Rosas, sembanza y vigencia".
Javier, el hijo menor de Mariátegui, fue un destacado psiquiatria.
Esta
nota revisa la vida y la obra del huaracino Federico Sal y Rosas, psiquiatra
representativo de la especialidad en el Perú contemporáneo. Tras una breve
semblanza biográfica, se enfatiza su vocación esencial de educador e
investigador del mundo andino y se revisa algunos aspectos de su vasta
producción escrita. Análisis especial merece su poco conocido aporte al estudio
del aborigen cisandino y la labor pionera en el campo de la asistencia
psiquiátrica, los tratamientos biológicos (cardiazol, insulina) y la naciente
psicofarmacología. La epilepsia y desórdenes afines merecieron especial
atención del investigador peruano, que fue reconocido a nivel internacional
(OMS). El síndrome antropopático del "susto" es quizá su más
importante contribución al estudio de los cuadros psiquiátricos nativos. Las
consecuencias psicoemocionales de los grandes sismos y las prácticas
curanderiles supérstites en la región andina del país completan la visión
sintética de sus investigaciones originales.
Dos cosas debemos señalar sobre Mariátegui y Sal y Rosas.
José Carlos y Federico fueron grandes amigos. Se conocieron en la Lima de los años 20 y compartieron inquietudes socialistas. Federico Sal y Rosas era un hombre de acción, en 1921 fundó en Huaraz el "Centro Cultural Luzuriaga" donde se debatía sobre política, principalmente se trataba el problema del indio. Estudió medicina en Lima pero volvía siempre a Huaraz y aquí agitaba a los jóvenes con sus ideas revolucionarias. Recién se han encontrado documentos que prueban la participación de Sal y Rosas en la primera revuelta socialista realizada en Huaraz en el año 1925. Perseguido por estos hechos, volvía clandestinamente a su tierra a formar círculos de estudio entre artesanos, líderes campesinos y estudiantes. Para disimular la actividad y evitar que los detecte la policía secreta -así se llamaba en esos tiempos a Seguridad del Estado-, disfrazaban las reuniones con ensayos musicales.
Sal y Rosas, Mariátegui y César Falcón
Don Ezequiel Mejía, fundador del conjunto "Atusparia", fue testigo de esta actividad impulsada por Sal y Rosas. "Gracias a Sal y Rosas todos salimos músicos", decía.
Fue a la muerte de Mariátegui en 1930 que el movimiento socialista pierde impulso en nuestra tierra. Federico Sal y Rosas jamás abdicó de sus ideas de cambio social. Por ello dedicó sus estudios a los desposeídos, especializándose en la salud y la cultura de los "indios", convirtiéndose así en el primer etnólogo peruano.
Sal y Rosas falleció en Lima en 1977
Finalmente, creemos que se debe reeditar su estudio sobre las consecuencias psicológicas de los grandes sismos en la gente. Sal y Rosas señalaba que éstas serían a largo plazo, y se sentirían recién después de 30 o 40 años. estamos en ese margen...
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ResponderEliminarPersonajes Huaracinos que se merecian y aun se merecen un gran reconocimiento personajes como Federico que muchos de los huaracinos no conocen y debiéramos de saber mucho mas sobre el y sus aportes a nuestra comunidad...Federico Sal y Rosas debiera ser mas que recordado.
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