La Navidad, que es fiesta de regocijo infantil, nos trae con la historia del Rey Herodes, un capitulo vergonzoso de la historia universal. Cuentan los evangelios que Herodes ordenó la muerte de todos los niños menores de dos años de Belén y sus alrededores, con la pretensión de deshacerse del recién nacido Jesús, para evitar que tome su trono. ¿Cuántos serían los niños asesinados? No se precisa el numero en las escrituras.
En nuestra historia regional, tenemos el caso de un "conquistador", compañero de Pizarro, que cometió una atrocidad peor que la de Herodes. Fue el capitán Francisco de Cháves este monstruo que por vengar la muerte del primer encomendero que tuvo Huaraz, “tomó todos los niños de tres años hasta el numero de 600 y los mató”.
Pizarro según un óleo antiguo
¿Cómo sucedieron estos terribles hechos? En 1534, Pizarro entregó la encomienda de Huaraz a Sebastián de Torres, escribano de la conquista, quien estuvo presente en Cajamarca. Cinco años más tarde, Sebastián de Torres es asesinado por los "indios de Conchucos" a causa de sus tropelías y abusos.
Pizarro, para escarmentar a los alzados, envía al capitán Francisco de Cháves. A este bárbaro español no se le ocurrió mejor idea que tocar por donde más duele, ordenó matar a los niños inocentes para vengar la muerte del encomendero. La guerra se hizo cruelísima. Esto fue motivo para que se rompiera la alianza que años atrás estableciera la Curaca de Huaylas, Anas Colque, madre de Quispe Sisa (la esposa de Pizarro), con los españoles y nuestros antepasados iniciaran un largo camino de trescientos años de enfrentamientos y luchas por la defensa de sus derechos.
La masacre de los inocentes causó en Lima un gran escándalo. Este suceso fue aprovechado por los almagristas, enemigos de Pizarro y su gente, que enviaron una queja muy bien documentada ante el Rey de España, denunciando a Pizarro y a Francisco de Cháves. La reacción de la corona fue de una gran indignación, aunque el castigo llegó ya cuando había muerto el vil asesino. El Emperador Carlos V ordenó por Real Cédula emitida expresamente el día de Navidad del año 1551, que de la Encomienda que fuera de Francisco de Cháves "se diera de comer y vestir a cien niños y se fundara una escuela para ellos".
Carlos V castigó al Herodes español
¿Cómo murió Francisco de Cháves? Bien dice el dicho que quien a hierro mata, a hierro muere. Cháves fallece junto a Pizarro, el día que éste fue asesinado por los almagristas. Su memoria quedará grabada como la de un personaje que opacó al bíblico asesino de los santos inocentes.
Junto a Pizarro murió Francisco de Cháves.
El Día de los Inocentes, como se conoce a esta fecha, ha evolucionado hasta llegar a ser un día festivo en nuestra tierra. Antiguamente se celebraba desde el día 27 al mediodía hasta el 28 a la misma hora. Y los huaracinos tenían especial disposición para hacerse bromas de todo calibre.
A inicios del siglo XX, en estos dos días los más avisados acudían a los mejores comercios de la ciudad y pedían para probarse algunas prendas de vestir o algún producto que estaba en venta; una vez con la prenda en su poder soltaban un estentóreo: "¡INOCENTE..!" y partían a la carrera llevándose el fruto de la inocentada. Y el pobre comerciante tenía que quedarse rumiando su rabia y desazón.
Entre las familias las bromas eran más sencillas. "¿Te has enterado comadre que nos van acortar el agua por tres días?, hay que reunir en baldes y ollas, yo ya me aseguré"; al par de horas volvían a comprobar si la parienta había caído en el engaño y soltando una risotada les espetaban la clásica palabrita: "¡INOCENTE..!".
Pero quien se lleva la palma es el periodista y amigo Efraín Rosales Cruz quien por los años 80 tenía un sintonizado espacio policial en Radio "Ancash". El 28 de diciembre de 1984 soltó una noticia bomba en su espacio, un Ovni había caído junto al río Paria y un extraterrestre estaba herido. La gente voló al lugar en grandes cantidades cayendo en la inocentada.
Dos años después, en la misma fecha lanzó otra falsa noticia: el flamante presidente Alan García se encontraba en el aeropuerto de Anta; los apristas no supieron cómo tomar taxis para ver a su maestro y guía, llevándose en Anta un gran chasco.