El complejo arqueológico ''Gran Pajatén'' fue descubierto por el alcalde del distrito de Pataz (La Libertad) el 27 de setiembre de 1964.
Estos restos fueron hallado en el lugar.
El Gran Pajatén sería una ciudadela de la cultura Chachapoya, y un enigma de nuestro
pasado por la falta de estudios arqueológicos para comprenderlo, pero se asumió que este lugar perteneció a la Cultura Chachapoyas
(1200 - 1500 d.C).
Los restos del Gran Pajatén han sido estudiados con intensidad desde 1985, con afirmaciones como que fue un enclave serrano tardío para la colonización agraria de la selva.
Fueron los cronistas de los siglos XVI y XVII quienes dejaron referencias históricas y etnográficas sobre las culturas andinas tardías que recogieron con las tradiciones orales.
Los restos del Gran Pajatén han sido estudiados con intensidad desde 1985, con afirmaciones como que fue un enclave serrano tardío para la colonización agraria de la selva.
Fueron los cronistas de los siglos XVI y XVII quienes dejaron referencias históricas y etnográficas sobre las culturas andinas tardías que recogieron con las tradiciones orales.
¿Y qué tiene que ver el Gran Pajatén con nosotros los ancashinos? Pues acomódese estimado lector que aquí vien lo bueno.
Un día como hoy, 26 de julio de 2003, arqueólogos que estudiaban este complejo preincaico, encontraron en los niveles más profundos del sitio, un amplio muestrario de cerámica típicamente Recuay, con su característica particular del uso del caolín de Taricá.
Típico ceramio Recuay hallado en el Gran Pajatén
Esto cambió todo el panorama de estudios del lugar arqueológico. Y se alzó la gran interrogante: ¿qué hacían los ceramios Recuay en un lugar tan alejado? ¿Llegaron los Recuay tan lejos? ¿Hubo un intercambio cultural?
No olvidemos que la cultura Recuay (200 - 700 d.C.) ocupó todo el departamento de Ancash: Vertientes, Callejón de Huaylas y Conchucos. Y tras el río Marañón también se hallan sus vestigios (Tinyash). Ahora, el río Marañón une Ancash con La Libertad y San Martín, donde se ubica el Gran Pajatén. Pues esa sería la ruta para que la cerámica y por cierto, la cultura Recuay, llegó al Gran Pajatén.
De modo que siguen las especulaciones. Nos quedamos con una gran verdad: la cultura Recuay, que algunos prefieren llamar cultura Huaylas, ha tenido presencia macrorregional.
Ahora, lo que queda es determinar quién llevó esa cerámica al Gran Pajatén. Fueron avanzadas de los Recuay o fueron los "chunchos" que incursionaron en nuestro suelo y tomaron como trofeo esa preciosa cerámica.
Las pallas de Pomabamba haciendo una cabaña mientras buscan a sus parejas.
En Conchucos hemos encontrado cuatro danzas que hablan de este hecho histórico. En Pomabamba "Tinya palla" es danzado por damas que andan en busca de sus maridos perdidos. En Piscobamba, otra danza nos enseña cómo las damas del lugar con la ayuda del Auqui "civilizan" a unos chunchos invasores y les enseñan la agricultura. Los "Ayancuri" de Llapo son danzantes salvajes que demuestran su poderío. Finalmente,en Llamellín tenemos "El duende, las Pallas y los Auqas", damas del lugar que vencen a los "auqas" o "chunchos".
Pallas de Llamellín con su Auqui o duende.
¿Estas danzas y otras que hacen alusión a la presencia de "chunchos" en nuestra tierra, parten del hecho histórico que comentamos? ¿Los Recuay fueron tan interculturales que no solo interactuaron con los Moche sino que también lo hicieron con los Chachapoyas?
Mayores investigaciones despejarán estas dudas.