Un día como hoy, 31 de enero de 1970, la "Pastorita Huaracina" arriva al aeropuerto de El Alto, cerca a La Paz, en Bolivia a realizar una serie de presentaciones.
Ella nunca se imaginó que su fama había llegado al hermano país del sur y que ya era muy conocida allí. por ello se maravilló cuando vio la forma cómo la recibían.
Ella misma lo narra en su biografía. "la recepción en el aeropuerto fue una maravilla, no podía creerlo, un largo túnel de arcos, alfombras de flores, altas autoridades, numerosas comparsas con atuendos típicos, varias bandas musicales y una multitud de gente que me acompañaron en caravana hasta el hotel".
La presentación estaba programada en el "Coliseo Habiendo" con capacidad para 35 mil espectadores. Se había decorado con gigantescas antorchas y flores con los colores de Perú y Bolivia.
Fue tal éxito de sus actuaciones que se programaron dos días más de presentaciones en triple función.
Todo un record dificil de superar.
LES DAMOS LA BIENVENIDA A ESTE BLOG EN DONDE ENCONTRARÁN INFORMACIÓN DIARIA DE NUESTRA HISTORIA Y NUESTRA CULTURA. EL BLOG ES COMPLEMENTO DEL NUEVO PROGRAMA QUE A PARTIR DEL SÁBADO 3 DE MAYO SE EMITIRÁ TODOS LOS SÁBADOS POR LA SEÑAL DE CABLE ANDINO CANAL 3, A HUARAZ Y A TODOS LOS PUEBLOS DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS.
martes, 31 de enero de 2012
lunes, 30 de enero de 2012
LA RECIPROCIDAD ANDINA
Un día como hoy, 30 de enero de 1990 se publica "orígenes de la cultura andina" de José Antonio Salazar. Texto en el que se analizan dos de los principios de la cultura andina, que son la reciprocidad y la redistribución entendidas como la manera en que una sociedad comunitaria mantenía el orden y la equidad en medio de una geografía agreste, que hacía realmente difícil la vida para nuestros antepasados.
La reciprocidad fue la respuesta a la necesidad de mantener fuertes lazos de unidad para enfrentar los problemas cotidianos. Fue el reconocer la inutilidad del esfuerzo personal, frente a la magnificencia del trabajo comunitario.
Las tradicionales formas organizativas del trabajo son un claro ejemplo de reciprocidad. De este modo, el Rantín, o ayni, es el trabajo recíproco al interior de una comunidad. Claro ejemplo hoy en día es el “wayiushé”, fiesta del techado de la casa; tradición milenaria en la que un miembro de la comunidad solicita la colaboración de familiares y amigos para que le ayuden a culminar la construcción de su vivienda, simbólicamente representada en el techado de la casa. Ante ese llamado acuden los convocados con gran disposición de trabajo, mientras que el anfitrión les espera con bebida y comida. La fiesta del “waiushé” se complementa con la presencia de los músicos de la comunidad, quienes a través de la típica melodía del “waicaté” acompañan la faena. El Ayni es entendido como el trabajo de asistencia mutua entre los miembros de la comunidad; trabajo que establece lazos de reciprocidad, pues cuando alguno de los invitados tiene necesidad de solicitar ayuda para cuando haga o repare su casa, no dudará a convocar a quien en esta ocasión sirve de anfitrión.
Fiesta grande es el "wayiushé"
La Minka es el trabajo recíproco entre los miembros de la comunidad y ésta, como entidad. Las labores de limpieza de canales, apertura y conservación de vías, el trabajo en los terrenos de la comunidad, son ejemplos claros de la Minka. Mientras que los miembros aportan su trabajo por el bien común, la comunidad como entidad los ampara y protege.
La Mita supone otro nivel de reciprocidad. Es el lazo que une a los miembros de la comunidad con el Estado. En los tiempos ancestrales la Mita suponía el cuidado de las tierras dedicadas reservadas para el Estado y para atender al culto. Existía además la Mita minera y la guerrera, que era el servicio voluntario dedicado a la extracción de minerales que servirían para el culto y la dedicación al servicio militar rotativo y alterno. La Mita fue transformada en la colonia como el servicio gratuito, no recíproco a favor de los opresores. Hasta hace poco existían los “trabajos de la República”, que suponía la construcción de obras públicas, cárceles y templos, sin retribución de parte del Estado.
la reciprocidad hoy
La reciprocidad se practica en nuestros tiempos por los habitantes del Ande y tiene diversas expresiones. Cuando alguien viaja a la costa, nunca llega con las manos vacías a la casa del familiar donde se aloja; lleva un poco de pan serrano, quesos u otro tipo de víveres, con el mensaje implícito: sírvete esto con los tuyos y comparte conmigo un lugar en tu casa y un espacio en tu mesa.
La Redistribución es el principio por el cual, los bienes se reparten en forma equitativa en la comunidad. Antiguamente, la existencia de los tambos y las collcas eran la expresión de la redistribución. Si la comunidad sufría alguna calamidad, aluviones, terremotos o guerras; el estado le socorría con lo almacenado en tambos y collcas. Los excedentes se redistribuían.
En la época en que aún no sufríamos la influencia europea, nuestros antepasados hicieron de la redistribución uno de sus más característicos principios. La economía andina no necesitaba del dinero porque se basaba en el trueque y en la redistribución. La redistribución se practicaba en el ámbito comunal, a escala local por el curaca, y por el estado en el ámbito general.
la patsamama es la gran redistribuidora
No existía el afán de enriquecimiento personal que hoy nos abruma. La idea de hacerse rico no formaba parte de los valores en una sociedad donde primaba el comunitarismo y todos los esfuerzos personales estaban destinados a conseguir el bien común.
Los presentes y las ofrendas que recibían los curacas y principales no pasaban a engrosar sus arcas personales, ellos las distribuían entre sus tributarios. Así fortalecían los lazos de reciprocidad.
En la actualidad, la redistribución se hace muy notoria en las fiestas patronales. Allí se puede ver cómo funcionan la reciprocidad y la redistribución. Los "kellis" colaboran con el mayordomo para pasar la fiesta con diversos productos, por su parte el mayordomo, todo eso lo reparte en el transcurso de la fiesta a toda la comunidad. Te doy y me das, de lo que abunda todos nos servimos. Reciprocidad y redistribución van de la mano en el Ande ancashino, hoy en día y así será por siempre.
sábado, 28 de enero de 2012
EL GRAN CHAMÁN DE PUMACAYÁN
Al iniciarse el Siglo XVII, la política religiosa de los españoles se dirigía a la afirmación del cristianismo, esto suponía la llamada “extirpación de idolatrías”, por lo que las huacas (templos) y los mallquis (momias) fueron destruidos. Un día como hoy en 1616 llegaron a Huaraz un grupo de religiosos jesuitas quienes durante dos meses se dedicaron a adoctrinar a los naturales y capturaron a un chamán, auqui o sacerdote andino, llamado Yaro Chispi.
Este es un personaje mítico de nuestra tierra. Era sacerdote del templo de Pumacayán. De él se dice que tenía poder para enviar heladas sobre los campos y destruirlos.
Yaro Chispi tenía poderes sobrenaturales
Pumacayán era uno de los principales templos del Callejón de Huaylas. Hogar de Guari, dios principal de las llactas de Ichoq Warás y Allauqa Warás, una de cuyas representaciones era la de felino, el puma.
Sobre el significado de su nombre hay mucha discrepancia. “Donde llama el puma” es la traducción más común; Alexander Menacho López señala que la real interpretación es “donde se invoca al puma”, explicación que tendría mayor sustento pues el puma era una de las manifestaciones de la divinidad.
Estado actual de Pumacayán, invadido por moradores precarios
Ofrecemos otra versión, para la polémica. Revisando documentos nosotros hemos podido comprobar que el término “kayan” en el quechua antiguo tenía el significado de “gran plaza de las ceremonias”. Si nos atenemos a lo que asegura Marcos Yauri Montero, que el actual centro de Huaraz, en la época pre hispánica, no estaba habitado por considerarse el sitio un lugar sagrado, lugar mágico donde se juntan las aguas de los tres mundos, el antiguo Huaraz habría sido la gran plaza de ceremonias del templo del dios Guari.
Las aguas de los tres mundos tenían gran representación en Huaraz pues sobre ella caen del Hanan Patsa abundantemente las aguas en tiempos de lluvia; en el Kay Patsa tenemos a Huaraz como un "tinku", punto de encuentro de las aguas de dos ríos: el Quillcay y el Santa o Hatun Mayu; finalmente, en ningún lugar como el Huaraz, las aguas del subsuelo, Uran Patsa afloran con tanta facilidad, pues la napa freática está muy cerca a la superficie.
Moderno chamán del siglo XX en Pumacayán
La fama de Yaro Chispi era enorme, pues correspondía a la grandeza del templo de Pumacayán, conocido en ese tiempo como “el mochadero” por los españoles. Era un término despectivo usado por los hispanos. “Mochar” equivalía a ofrendar. En Pumacayán se realizaban las ceremonias del guarachico, el paso a la adultez de los varones y del quicuchico para las mujeres, que era “cuando tenían su primera flor”.
Sobre el destino de Yaro Chispi existen dos versiones. La primera afirma que fue remitido a Lima y allí adoctrinado con éxito y convertido en “fiscal de la doctrina”, o catequista de niños. La otra versión es mítica, Yaro Chispi conducido preso a Lima es encerrado en los calabozos de la cárcel. Cuando sus captores fueron a buscarlo, ya no estaba, había escapado convertido en araña; pues el gran poder mental de los chamanes andinos les permitía no sólo comunicarse con la telepatía, ni levitar, sino también descorporizarse, que es dejar la forma humana para asumir la de otro ser viviente.
domingo, 22 de enero de 2012
UN MATRIMONIO POR CONVENIENCIA
El bellìsimo territorio de los Huaylas
El valle interandino conocido como el Callejón de Huaylas es y ha sido dominio de la nación Huaylas, quien a la usanza andina dividía en dos parcialidades sus dominios: Hanan Huaylas, la parte alta, con su centro en Hatun Huaylas y Lurin Huaylas, con centro en Huarás. Al respecto hay que señalar que los conceptos geográficos de “alto” y “bajo” que poseemos, no eran los mismos del mundo andino. Para nosotros la parte alta del Callejón de Huaylas es Conococha y la parte baja Huallanca, por su diferencia altitudinal. Pues bien, para el pueblo andino no era así. Una explicación nos dice que alto o bajo se refería a la preeminencia de status; así Huaylas tendría mayor rango que Huarás. Otra explicación nos dice que la parte alta se medía en relación al sur. Y más lejos del sur está Huaylas que Huarás. De uno u otro modo, Huaylas Alto se llamaba a la zona de Caraz y Huaylas Bajo a Huarás. Lo mismo pasa en Conchucos donde hasta en tiempos virreinales Pomabamba era conocida como capital de Conchucos Alto y Huari lo era de Conchucos Bajo.
La agricultura era la fuente de riqueza comunal para los Huaylas
Los Huaylas eran una sociedad agrícola, antes de la llegada de los Incas el gran Curaca Pomapacha era la máxima autoridad y regían en las dos parcialidades sus hijas, las jóvenes Curacas Kuntuy Wachu (Camellòn Perfumado) en Hanan Huaylas y Anas Colque (Astuta y resplandeciente) en Lurin Huaylas.
Esta es más o menos la composición política hacia el Siglo XV en Huaylas. Pero a nivel cultural, se tenía una gran deidad, el Lucero del Amanecer o Waraq Koyllur, venerado por los principales en el bellísimo templo de Pumakayán, existían otros templos en Tumshukaiko (Caraz), Wansakay (Yungay) y Pueblo Viejo (Recuay).
Las festividades locales estaban relacionadas al ciclo agrícola, de modo que las principales celebraciones se realizaban en los solsticios (diciembre y junio) y equinoccios (setiembre y marzo).
El idioma que se hablaba era el quechua y tenía variantes, pues en Hanan Huaylas o Alto Huaylas se hablaba con más delicadeza obviando el fonema /j/ que sí se utilizaba en Lurin Huaylas (aka y jaka, ara y jara). La música era interpretada por bombos y pinkullos y los artesanos sobresalían por el tallado en piedra.
En Pucayacu, cerca a Yauya, se ha reonstruido un puente colgante Inca
Por ese tiempo, desde muy al sur surge con una fuerza realmente arrolladora el pueblo Inca, pueblo hegemónico que anexa a sus dominios cuanta nación sale a su paso. Los Incas, que desde el siglo XI habitaron en el Cusco, a partir del 1400 inician un paulatino desarrollo.
LOS INCAS EN NUESTRO SUELO.
Pachacutec en la versión de Guamán Poma de Ayala
Históricamente los Incas llegan al departamento de Ancash entre 1460 y 1470, durante los últimos años de gobierno del Inca Pachacútec. Es el hermano de éste, Cápac Yupanqui quien comanda a cincuenta mil hombres de guerra. A decir del Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, los Pincu, habitantes de la zona de Chavín y Huari, aceptaron dócilmente el yugo imperial, cosa que no hicieron Huaras, Piscobambas y Conchucos, quienes por el contrario se amotinaron y convocaron para acudir a la defensa común. La guerra fue cruelísima y duró seis meses, sin que haya un claro vencedor. Ante esta situación los Incas acudieron a otras tácticas: los acosaron por el hambre y las privaciones. Cuando la mortandad fue grande entre mujeres, niños y ancianos, recién los valientes huaylinos aceptaron su derrota.
El Inca Garcilaso narró los pormenores de la guerra entre Huaylas e Incas
El Inca Garcilaso narró los pormenores de la guerra entre Huaylas e Incas
Los Incas impusieron sus costumbres. La principal fue la obligación de venerar al Taita Inti por sobre las deidades locales. Otra costumbre que impusieron fue realizar anualmente las peregrinaciones al Cusco, portando a los ídolos venerados en el lugar. Al norte del Callejón de Huaylas se veneraba a Katequill, que ocupaba el tercer lugar en el templo del sol, sólo tras éste y Pachacamac.
Los Incas adoptaron el idioma del Tahuantinsuyo por disposición expresa de Pachacútec. Los lingüistas coinciden en que el quechua es originario de las costas de Ancash y Lima y luego subió a la sierra. Los Incas que hablaban Pukina, lengua aymara, notaron la versatilidad del quechua del Chinchaysuyo y lo adoptaron como lengua oficial del Tahuantinsuyo.
En Pucayacu, cerca a Yauya, se ha reonstruido un puente colgante Inca
La arquitectura inca, con vanos piramidales y el uso de piedra pulida se implantó en nuestra región. Kanapún, sitio arqueológico sobre el que se levanta el colegio Antonio Raimondi, en Huaraz, tiene unas bellísimas paredes incas. Otra construcción inca de esa época es Pueblo viejo en Recuay que fue remodelado completamente para ser utilizado como centro administrativo. Mayor influencia cultural no se pudo notar pues sólo 60 o 70 años gobernaron los Incas en el Callejón de Huaylas.
Gran resentimiento causó entre los vencidos la forma como los Incas conquistaron su tierra y los levantamientos no se hicieron esperar. Entonces los Incas emplearon otra de sus tácticas de conquista: establecieron los lazos de sangre como una forma de ganarse la confianza y la alianza de los vencidos. Así, el nieto de Pachacútec, el inca Huayna Cápac toma como esposas a Contarhuacho y Anas Colque, ambas hijas de Pomapacha. Waldemar Espinoza analiza a profundidad la poliginia incaica en el caso de estas dos señoras huaylinas en su trabajo Dos casos de señorialismo feudal en el imperio Inca.
Anas Colque en un idealizado dibujo
Resalta el hecho de que Anas Colque, nacida en Huaraz, fue llevada al Cusco con su hijo varón quien llegaría a ser Inca Paullo, mientras que Contarhuacho, natural de Huaylas, se quedó en su tierra por haber dado una hija mujer, la ñusta Quispe Sisa, a Huayna Cápac. En este caso se nota claramente que llevando a educarse al Cusco a los hijos varones, los Incas aseguraban el dominio de las naciones a las que pertenecían. Las consecuencias de estas alianzas se verían tiempo después, en tiempos de la presencia española.
Anas Colque en un idealizado dibujo
Resalta el hecho de que Anas Colque, nacida en Huaraz, fue llevada al Cusco con su hijo varón quien llegaría a ser Inca Paullo, mientras que Contarhuacho, natural de Huaylas, se quedó en su tierra por haber dado una hija mujer, la ñusta Quispe Sisa, a Huayna Cápac. En este caso se nota claramente que llevando a educarse al Cusco a los hijos varones, los Incas aseguraban el dominio de las naciones a las que pertenecían. Las consecuencias de estas alianzas se verían tiempo después, en tiempos de la presencia española.
Durante la guerra civil entre Huáscar y Atahuallpa, la gente del Callejón de Huaylas apoyó al bando de Atahuallpa. Por ello ante la presencia de los españoles, siguieron la suerte del último inca.
"Te han de matar como tú me matas", dijo Atahuallpa a Pizarro.
"Te han de matar como tú me matas", dijo Atahuallpa a Pizarro.
Capturado el Inca en Cajamarca, un día como hoy 21 de enero de 1533 dispone que Quispe Sisa, gran ñusta de Huaylas, “la más bella y rica de sus hermanas” se case con Francisco Pizarro, en un desesperado intento por salvar su vida estableciendo lazos de sangre con el invasor, hábil jugada política que jamás entendió el bárbaro español. Medio año después ordenaría la muerte del Inca y partiría hacia Jauja llevando embarazada a su mujer india.
Busto de Francisca Pizarro, la hija de Quispe Sisa o Inés Huaylas
Busto de Francisca Pizarro, la hija de Quispe Sisa o Inés Huaylas
El otro hermano huaylino de Atahuallpa fue Paullo Inca, hijo de Anas Colque, quien por ser varón, fue llevado al Cusco a ser educado a la usanza inca. Los acontecimientos posteriores pusieron a Paullo en la línea de sucesión imperial. Por ello se enfrentó a su medio hermano cusqueño, Manco Inca. Paullo, el hurasino, llegó a ser coronado Inca en 1537, y ha sido el único Inca que no nació en el Cusco.
domingo, 15 de enero de 2012
EL NIÑO HÉROE HUARACINO
En 1879 Chile invadió nuestro país y dio inicio a una guerra que duró cinco largos años. Fue la guerra del Salitre, a la que generalmente se le conoce como la guerra del Pacífico. Pero no nos engañemos, detrás de Chile estaban los intereses de Inglaterra, el poderoso país europeo que obtenía grandes ingresos económicos con el comercio del salitre.
Todo el Perú se alistó para enfrentar al enemigo. Como en el Cuzco, en Huaraz la gente se alistó masivamente.
Los ancashinos acudieron en masa al llamado de la Patria. Apenas se supo del inicio de la guerra, los alumnos del 4° y 5° año de Secundaria del Colegio “De la Libertad” de Huaraz, se alistaron en las filas del ejército. Hasta el final de la guerra, se calcula que un total de cinco mil ancashinos participaron de la contienda.
Cuando los chilenos amenazaban con invadir a Lima, a fines de 1880, de Ancash fueron a defender la capital cientos de paisanos. Uno de ellos fue un humilde zapatero huaracino a quien siguió tercamente su pequeño hijo de apenas 12 años. Este niño, de nombre Viviano Paredes escribiría una de las páginas más sublimes de heroísmo infantil.
En aquellos tiempos el viaje a Lima era muy difícil. No había carreteras y todo viaje se hacía vía Punta Callán. En tres días se llegaba a Casma y allí se tomaba el vapor. En seis días más recién se arribaba a El Callao. El pequeño Viviano soportó las incomodidades del largo viaje pues sus sentimientos eran más elevados, él quería a toda costa defender a su patria.
Litografía de la época, sobre la Batalla de San Juan durante la deensa de Lima en 1881
En enero de 1881 se planifica la defensa de Lima, en dos grandes líneas; la primera se ubicó al sur de la capital en terrenos de la hacienda de San Juan, y la segunda en Miraflores. En San Juan (que hoy se conoce como San Juan de Miraflores), el ejército peruano estaba dividido en tres cuerpos, el Cuerpo Central tenía como jefe al Coronel Andrés Avelino Cáceres. Una de sus tres divisiones era dirigida por el Coronel Ayarza y en ella se encontraba como soldado el padre del pequeño Viviano.
Cáceres en sus “Memorias”, señala que la División del Coronel Ayarza fue la que sufrió la peor acometida chilena y perdió no solo a su jefe sino a la mayor parte de sus combatientes.
La lucha cuerpo a cuerpo era muy encarnizada y arrebatar el pabellón al contrario era símbolo de mayo oprobio
Viviano Paredes ayudaba a los soldados alcanzándoles pólvora y municiones. Cuando las tropas chilenas asaltaron la trinchera donde se encontraba el niño, mataron al portaestandarte del batallón y tomaron la bandera para declarar ejecutada su victoria; es entonces cuando surge entre el humo de los disparos el pequeño Viviano Paredes y en un acto de sublime heroísmo arrebata el glorioso bicolor nacional a los chilenos retornándolo a las filas peruanas.
Los soldados chilenos al darse cuenta que han sido burlados, con ira dirigen sus disparos contra el cuerpo del pequeño. Gravemente herido, el niño héroe, en un supremo esfuerzo logra entregar la bandera peruana a los defensores.
El escritor José Luis Torres, recoge el gesto inmortal de este pequeño paisano nuestro. Él también nos dice que falleció desangrado en los cerros de San Juan, el fatídico 13 de enero de 1881. Basa su testimonio en el parte de guerra elaborado un día como hoy 15 de enero, en el que se da cuenta del heroico gesto de nuestro pequeño paisano.
El 15 de enero los chilenos destruyeron Miraflores, en foto de la época los destrozos a los bienes de la población civil.
¿Quién fue Viviano Paredes? Hemos hecho las pesquizas y no hemos podido hallar su partida de bautizo, pues en esos años no se acostumbraba aún inscribir la partida de nacimiento. En los archivos de la parroquia del Cercado de Huaraz, o San Sebastián, no se ha encontrado rastro alguno. Algún historiador con más empeño y suerte podrá darnos algún fehaciente algún día.
El apellido Paredes es muy común en Huaraz, probablemente sus familiares estén entre nosotros.
¿Se le ha reconocido como se merece? Luego del sismo, al nominar las nuevas calles de Huarás, la comisión de nomenclatura presidida por don Salvador Cáceres Ángeles, puso el nombre de Viviano Paredes a una pequeña calle de dos cuadras en el bario de La Soledad. Pese a que por la incuria en su tierra prácticamente se le ha olvidado, hay que reconocer que el ejército peruano no lo ha hecho.
Hasta hace poco, a la altura del puente Atocongo, en Lima, en San Juan de Miraflores, en los pilares del tren eléctrico, el ejército había hecho pintar entre laureles los nombres de cincuenta jefes y oficiales que ofrendaron su vida en la batalla de San Juan. Me llenó el pecho de orgullo constatar que entre tanto nombre de coroneles, capitanes y tenientes, había un solo nombre sin grado militar, era el de Viviano Paredes, el niño huarasino que nos legó tan grande demostración de amor patrio.
Viviano Paredes, niño héroe de la guerra con Chile. Su ejemplo imperecedero merece la mejor de las alabanzas y homenajes. Ahora que vivimos una época de crisis de valores, debemos buscar íconos que nos permitan elevar en la niñez y juventud, el nivel de conciencia cívica y moral.
Niño huaracino de la época de Viviano Paredes, fotografía de 1890.
Sería justo que algún colegio lleve el nombre de Viviano Paredes, que las promociones escolares lo tengan como adalid y ejemplo. Pueblo que no reconoce el valor de sus héroes, no merece estar a la altura de ellos.
martes, 10 de enero de 2012
EL NACIMIENTO DE UNA LEYENDA
Antúnez de Mayolo, sabio aijino que destacó por su constante empeño en lograr el desarrollo de nuestro país, nació en la hacienda Bella Vista, en Huacllán, Aija, un día como hoy, 10 de enero de 1887, cuando Aija era distrito de la provincia de Huaraz. Realizó sus primeros estudios en la escuela municipal de Aija. La secundaria la estudió en Huaraz, en el Colegio “San Agustín” del 1° al 4°; y en Lima, en el Colegio “Nuestra Señora de Guadalupe” hizo el 5° Año, obteniendo la Medalla de Oro al culminar sus estudios en 1904.
Siguió sus estudios superiores en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, graduándose de Bachiller en Ciencias Matemáticas en 1907. Ante su soberbia inteligencia, la familia Antúnez de Mayolo Gomero, decide vender el fundo de Huamba, en el valle de Huarmey, para costear los estudios del joven Santiago en el extranjero.
Viaja a Francia, a estudiar en la Universidad de Grenoble, recibiendo el título de ingeniero electricista en 1909. Allí concibió la idea de electrificar al Perú aprovechando la pendiente de los ríos y las caídas de agua. Realizó prácticas en diversos países de Europa y viajó a los Estados Unidos en 1912.
Primero de la izquierda, Antúnez de Mayolo en el equipo de rugby de la Universidad de Grenoble
Ya en Nueva York, hizo un post grado en electricidad. Allí conoció a su futura esposa, Lucie Rynning, bella e inteligente noruega que se convirtió en su más inapreciable colaboradora. Antúnez de Mayolo quiso ardientemente retornar a su país para trabajar aquí por su progreso y desarrollo. ¡Qué gran ejemplo de amor a la patria!
En 1915 Antúnez viaja a Chavín y allí recopiló el mito de “Los Huaris”, que narra la creación del mundo según la versión de los antiguos habitantes de nuestro suelo. Luego entrega un informe a la UNMSM, su alma mater, sobre sus estudios en Chavín y la zona de Conchucos. Este informe le sirvió a su amigo Julio César Tello para que en 1919 realizara una profunda investigación en el lugar, lo que le llevó a determinar que Chavín es la cuna de la cultura peruana.
J.C. Tello trabajando en Chavín en 1919.
La obra de este sabio ancashino es enorme y se distribuye en diversos campos. En su época nadie entendió sus proyectos pues los burócratas no estaban capacitados para captar las visionarias ideas de Antúnez de Mayolo. Los pocos proyectos que se han ejecutado, son hoy en día una hermosa realidad en nuestro país. Gracias a Santiago Antúnez de Mayolo, el Perú cuenta con las hidroeléctricas del Mantaro, de Macchu Picchu y del Cañón del Pato; quedando en proyecto otras siete hidroeléctricas más.
Mención aparte merece su inolvidable esposa, la noruega Lucie Rynning de Antúnez de Mayolo, quien le dio tres hijos y acompañó en todas sus travesías. Ella hacía de secretaria y dibujante de su esposo. Destacó además como impulsora de la reivindicación de los derechos de la mujer peruana.
En ese viaje, Antúnez de Mayolo descubrió el mito de “Los Huaris”, que narra la creación del mundo según la versión de los antiguos habitantes de nuestro suelo.
Por él es que Chimbote cuenta con una siderúrgica que produce acero de exportación y fue idea suya la construcción de la carretera que une Pativilca con el Callejón de Huaylas.
En 1924, mediante cálculos teóricos, el sabio descubre el elemento neutro del átomo, el neutrón. En el III Congreso Científico Panamericano realizado ese año en Lima, presentó su trabajo “Hipótesis sobre la constitución de la materia” donde da a conocer su descubrimiento. Lamentablemente, nadie reconoció el gran aporte de este precursor de la física moderna; fue un inglés, James Chadwick, quien en 1936 se hizo acreedor al Premio Nobel por el mismo descubrimiento. En el Perú, la comunidad científica le hizo un reconocimiento y un desagravio, pero nuestro gran sabio prefirió seguir trabajando, él no buscaba reconocimientos, le interesaba el progreso humano.
En su época de mayor producción intelectual
En el campo de la astronomía, en la década del 30, el sabio determinó la existencia de otros cuatro pequeños planetas en nuestro sistema solar, gracias a su Ley Parabólica de los radios planetarios en el sistema solar. Recién a partir del año 2005, los astrónomos vienen confirmando el descubrimiento de Antúnez de Mayolo.
Su preocupación por los problemas sociales, la expresó en su estudio sobre la sublevación campesina de Atusparia y “Uchcu Pedro”, donde aborda el asunto desde la visión de los sufridos hombres de campo.
El sabio con su familia, en Lima, poco antes de su fallecimiento
Santiago Antúnez de Mayolo, cargado de años y gloria, falleció en Lima el 20 de abril de 1967. En 1977, la recién creada Universidad de Ancash, con sede en Huaraz, solicitó llevar su nombre, como un sentido homenaje del pueblo ancashino a su más ilustre y sabio hijo.
sábado, 7 de enero de 2012
EL LEGADO DE LUIS PARDO
Hace 103 años nos fue arrebatado Luis Pardo Novoa. Este gran paisano nuestro, adalid de las causas justas, en su momento fue vilipendiado por los poderosos y tratado peor que una alimaña. Su delito fue ponerse al lado de los débiles, de los desposeidos.
El caso de Luis Pardo fue el primero en ser llevado al cine. Es más, en 1927, la primera película que se filmó en el Perú fue sobre la vida y hazañas de este peculiar personaje que vivió en nuestro suelo.
Chiquián honra a su hijo predilecto con una hermosa efigue ecuestre
Para quienes no conocen mucho del caso, señalaremos que Luis Pardo Novoa fue un chiquiano a quien los pobres idolatraban y los ricos aborrecían y falleció un 5 de enero de 1909 asesinado vilmente por una turba a poca distancia de Cajacay. En el camino a Lima, pasando Cajacay hay un puente que lleva el nombre de Luis Pardo, cerca a ese lugar cayó abatido por las balas asesinas quien se constituyó en el personaje más buscado por la justicia peruana a inicios del siglo XX.
Tras la leyenda de Luis Pardo encontramos una lectura muy diferente. Esta bien para la literatura, la pose y el gesto bravío, como en la gran novela juvenil de Oscar Colchado Lucio "¡Viva Luis Pardo!" escrita en 1998, y los detalles heroicos, las mil anécdotas consignadas por Alberto Carrillo Ramírez en su "Luis Pardo el bandolero"; el tipazo que se escapaba de las cárceles, que enamoraba guitarra en mano a cuanta joven bella encontraba en su camino, que capeaba los toros más bravos en todas las fiestas entre Gorgor y Huari, que pedía "prestado" a los hacendados y repartía "huacchis" a campesinos y menesterosos.
Fotografía de Luis Pardo con sombrero, poncho y pañoleta al cuello
Cien años después de su muerte, otro es el análisis que debemos hacer. ¿Qué significó Luis Pardo? ¿Fue realmente un verdadero bandolero? Partamos por esto último. El bandolerismo en el Perú era toda una institución a fines del siglo XIX e inicios del XX. Un país quebrado por la guerra del Pacífico, sin autoridad, sin mando, vivía a expensas de pandillas organizadas que asolaban los caminos, invadían los pueblos y robaban a tutti li mundi. Mucha fama alcanzó el bandolero León Escobar que por unas horas se sentó nada menos que en el sillón presidencial. En Piura eran famosos los bandoleros Sambambé, Fiñico y Pajarito, pero no igualaron a Froilán Alama, el Amadís de Gaula de la literatura local piurana.
Pues bien, ninguno de ellos le llegó a los talones a nuestro ilustre paisano. ¿Cuál fue la razón? Pues simplemente que Luis Pardo trasciende a estos personajes porque no era un bandolero, era un líder social.
Un común denominador de los bandoleros de entonces era su arraigo popular, pues para huir de la justicia, buscaban apoyo en la población. ¿Cómo lo conseguían?, dando dádivas a la gente para que apañe sus actividades... Esto me trae a reflexión el "bandolerismo del siglo XXI", donde malas autoridades que expolian recursos del estado, ganan elecciones y previenen revocatorias, entregando dádivas a los electores. Son tan populares como los bandoleros de antaño.
Decíamos que Luis Pardo no cabe en la clasificación de "bandolero" porque él tenía otras intenciones en su accionar. Juan Olivera Oré escribió un opúsculo dedicado a Luis Pardo en donde abre la posibilidad de que el odio que le profesaban los hacendados se debía a que él organizaba a los campesinos. De modo que aislarlo de la masa popular fue la tarea principal que se trazaron los poderosos de entonces.
Luis Pardo rodeado por jóvenes chiquianos durante una fiesta patronal
Este rasgo peculiar de su vida, ha sido muy poco tratado en los textos que analizan su vida y obra. Don Augusto alba Herrera, el gran historiador caracino, tiene en imprenta un estudio enjundioso sobre Luis Pardo donde espero nos dé más luces sonre este rasgo no estudiado en nuestro héroe.
Desde la perspectiva social, sólo así podemos explicarnos la saña con la que se le persiguió. Otro dato más para el análisis. Su caso fue el primero que llamó la atención de la prensa nacional. Y bien aceitada la prensa amarillista, convirtió a nuestro héroe en un personaje nefasto. Este sería el primer caso en el Perú, en el que la prensa sesga su visión sobre un personaje para traérselo abajo, obedeciendo intereses de grupo.
Entonces recién encontramos la explicación de cómo se organizó toda una partida militar para perseguirlo. Era el "enemigo público número uno" en el Perú de los años aurorales del siglo pasado. Y para capturarlo, tuvieron que convocar al más terrible de los verdugos, el Sargento Mayor Álvaro Toro Mazote, sanguinario represor de indios y negros, asesino a sueldo de los hacendados de Ica y Ayacucho.
Las tropelías de Toro Mazote contra la población chiquiana y en especial contra la familia de de Luis Pardo no han sido investigadas a cabalidad. Existe la teoría de que la población cansada de las exacciones de este nefasto personaje, prefirió entregarlo para poner fin a los abusos de la soldadesca. Es así que la gente de Cajacay organizó una partida para liquidarlo, partida que obviamente estaba financiada por los hacendados de Cajacay.
Cadáver de Luis Pardo junto al "compañero", exhibidos en la plaza de Chiquián
Con Luis Pardo se cierra el ciclo de los bandoleros y se abre otro, el de los luchadores por la justicia social. Pionero en este campo fue Luis Pardo Novoa, el bardo chiquiano que sigue cabalgando con las banderas muy en alto, en este siglo donde la injusticia y la corrupción campean, y para combatirla se necesitan líderes sociales de su temple y talla.
El caso de Luis Pardo fue el primero en ser llevado al cine. Es más, en 1927, la primera película que se filmó en el Perú fue sobre la vida y hazañas de este peculiar personaje que vivió en nuestro suelo.
Chiquián honra a su hijo predilecto con una hermosa efigue ecuestre
Para quienes no conocen mucho del caso, señalaremos que Luis Pardo Novoa fue un chiquiano a quien los pobres idolatraban y los ricos aborrecían y falleció un 5 de enero de 1909 asesinado vilmente por una turba a poca distancia de Cajacay. En el camino a Lima, pasando Cajacay hay un puente que lleva el nombre de Luis Pardo, cerca a ese lugar cayó abatido por las balas asesinas quien se constituyó en el personaje más buscado por la justicia peruana a inicios del siglo XX.
Tras la leyenda de Luis Pardo encontramos una lectura muy diferente. Esta bien para la literatura, la pose y el gesto bravío, como en la gran novela juvenil de Oscar Colchado Lucio "¡Viva Luis Pardo!" escrita en 1998, y los detalles heroicos, las mil anécdotas consignadas por Alberto Carrillo Ramírez en su "Luis Pardo el bandolero"; el tipazo que se escapaba de las cárceles, que enamoraba guitarra en mano a cuanta joven bella encontraba en su camino, que capeaba los toros más bravos en todas las fiestas entre Gorgor y Huari, que pedía "prestado" a los hacendados y repartía "huacchis" a campesinos y menesterosos.
Fotografía de Luis Pardo con sombrero, poncho y pañoleta al cuello
Cien años después de su muerte, otro es el análisis que debemos hacer. ¿Qué significó Luis Pardo? ¿Fue realmente un verdadero bandolero? Partamos por esto último. El bandolerismo en el Perú era toda una institución a fines del siglo XIX e inicios del XX. Un país quebrado por la guerra del Pacífico, sin autoridad, sin mando, vivía a expensas de pandillas organizadas que asolaban los caminos, invadían los pueblos y robaban a tutti li mundi. Mucha fama alcanzó el bandolero León Escobar que por unas horas se sentó nada menos que en el sillón presidencial. En Piura eran famosos los bandoleros Sambambé, Fiñico y Pajarito, pero no igualaron a Froilán Alama, el Amadís de Gaula de la literatura local piurana.
Pues bien, ninguno de ellos le llegó a los talones a nuestro ilustre paisano. ¿Cuál fue la razón? Pues simplemente que Luis Pardo trasciende a estos personajes porque no era un bandolero, era un líder social.
Un común denominador de los bandoleros de entonces era su arraigo popular, pues para huir de la justicia, buscaban apoyo en la población. ¿Cómo lo conseguían?, dando dádivas a la gente para que apañe sus actividades... Esto me trae a reflexión el "bandolerismo del siglo XXI", donde malas autoridades que expolian recursos del estado, ganan elecciones y previenen revocatorias, entregando dádivas a los electores. Son tan populares como los bandoleros de antaño.
Decíamos que Luis Pardo no cabe en la clasificación de "bandolero" porque él tenía otras intenciones en su accionar. Juan Olivera Oré escribió un opúsculo dedicado a Luis Pardo en donde abre la posibilidad de que el odio que le profesaban los hacendados se debía a que él organizaba a los campesinos. De modo que aislarlo de la masa popular fue la tarea principal que se trazaron los poderosos de entonces.
Luis Pardo rodeado por jóvenes chiquianos durante una fiesta patronal
Este rasgo peculiar de su vida, ha sido muy poco tratado en los textos que analizan su vida y obra. Don Augusto alba Herrera, el gran historiador caracino, tiene en imprenta un estudio enjundioso sobre Luis Pardo donde espero nos dé más luces sonre este rasgo no estudiado en nuestro héroe.
Desde la perspectiva social, sólo así podemos explicarnos la saña con la que se le persiguió. Otro dato más para el análisis. Su caso fue el primero que llamó la atención de la prensa nacional. Y bien aceitada la prensa amarillista, convirtió a nuestro héroe en un personaje nefasto. Este sería el primer caso en el Perú, en el que la prensa sesga su visión sobre un personaje para traérselo abajo, obedeciendo intereses de grupo.
Entonces recién encontramos la explicación de cómo se organizó toda una partida militar para perseguirlo. Era el "enemigo público número uno" en el Perú de los años aurorales del siglo pasado. Y para capturarlo, tuvieron que convocar al más terrible de los verdugos, el Sargento Mayor Álvaro Toro Mazote, sanguinario represor de indios y negros, asesino a sueldo de los hacendados de Ica y Ayacucho.
Las tropelías de Toro Mazote contra la población chiquiana y en especial contra la familia de de Luis Pardo no han sido investigadas a cabalidad. Existe la teoría de que la población cansada de las exacciones de este nefasto personaje, prefirió entregarlo para poner fin a los abusos de la soldadesca. Es así que la gente de Cajacay organizó una partida para liquidarlo, partida que obviamente estaba financiada por los hacendados de Cajacay.
Cadáver de Luis Pardo junto al "compañero", exhibidos en la plaza de Chiquián
Con Luis Pardo se cierra el ciclo de los bandoleros y se abre otro, el de los luchadores por la justicia social. Pionero en este campo fue Luis Pardo Novoa, el bardo chiquiano que sigue cabalgando con las banderas muy en alto, en este siglo donde la injusticia y la corrupción campean, y para combatirla se necesitan líderes sociales de su temple y talla.
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