domingo, 22 de enero de 2012

UN MATRIMONIO POR CONVENIENCIA

El bellìsimo territorio de los Huaylas

El valle interandino conocido como el Callejón de Huaylas es y ha sido dominio de la nación Huaylas, quien a la usanza andina dividía en dos parcialidades sus dominios: Hanan Huaylas, la parte alta, con su centro en Hatun Huaylas y Lurin Huaylas, con centro en Huarás. Al respecto hay que señalar que los conceptos geográficos de “alto” y “bajo” que poseemos, no eran los mismos del mundo andino. Para nosotros la parte alta del Callejón de Huaylas es Conococha y la parte baja Huallanca, por su diferencia altitudinal. Pues bien, para el pueblo andino no era así. Una explicación nos dice que alto o bajo se refería a la preeminencia de status; así Huaylas tendría mayor rango que Huarás. Otra explicación nos dice que la parte alta se medía en relación al sur. Y más lejos del sur está Huaylas que Huarás. De uno u otro modo, Huaylas Alto se llamaba a la zona de Caraz y Huaylas Bajo a Huarás. Lo mismo pasa en Conchucos donde hasta en tiempos virreinales Pomabamba era conocida como capital de Conchucos Alto y Huari lo era de Conchucos Bajo.

La agricultura era la fuente de riqueza comunal para los Huaylas

Los Huaylas eran una sociedad agrícola, antes de la llegada de los Incas el gran Curaca Pomapacha era la máxima autoridad y regían en las dos parcialidades sus hijas, las jóvenes Curacas Kuntuy Wachu (Camellòn Perfumado) en Hanan Huaylas y Anas Colque (Astuta y resplandeciente) en Lurin Huaylas.
Esta es más o menos la composición política hacia el Siglo XV en Huaylas. Pero a nivel cultural, se tenía una gran deidad, el Lucero del Amanecer o Waraq Koyllur, venerado por los principales en el bellísimo templo de Pumakayán, existían otros templos en Tumshukaiko (Caraz), Wansakay (Yungay) y Pueblo Viejo (Recuay).
Las festividades locales estaban relacionadas al ciclo  agrícola, de modo que las principales celebraciones se realizaban en los solsticios (diciembre y junio) y equinoccios (setiembre y marzo).
El idioma que se hablaba era el quechua y tenía variantes, pues en Hanan Huaylas o Alto Huaylas se hablaba con más delicadeza obviando el fonema /j/ que sí se utilizaba en Lurin Huaylas (aka y jaka, ara y jara). La música era interpretada por bombos y pinkullos y los artesanos sobresalían por el tallado en piedra.
Por ese tiempo, desde muy al sur surge con una fuerza realmente arrolladora el pueblo Inca, pueblo hegemónico que anexa a sus dominios cuanta nación sale a su paso. Los Incas, que desde el siglo XI habitaron en el Cusco, a partir del 1400 inician un paulatino desarrollo.

LOS INCAS EN NUESTRO SUELO.
Pachacutec en la versión de Guamán Poma de Ayala
Históricamente los Incas llegan al departamento de Ancash entre 1460 y 1470, durante los últimos años de gobierno del Inca Pachacútec. Es el hermano de éste, Cápac Yupanqui quien comanda a cincuenta mil hombres de guerra. A decir del Inca Garcilaso en sus Comentarios Reales, los Pincu, habitantes de la zona de Chavín y Huari, aceptaron dócilmente el yugo imperial, cosa que no hicieron Huaras, Piscobambas y Conchucos, quienes por el contrario se amotinaron y convocaron para acudir a la defensa común. La guerra fue cruelísima y duró seis meses, sin que haya un claro vencedor. Ante esta situación los Incas acudieron a otras tácticas: los acosaron por el hambre  y las privaciones. Cuando la mortandad fue grande entre mujeres, niños y ancianos, recién los valientes huaylinos aceptaron su derrota.


El Inca Garcilaso narró los pormenores de la guerra entre Huaylas e Incas
Los Incas impusieron sus costumbres. La principal fue la obligación de venerar al Taita Inti por sobre las deidades locales. Otra costumbre que impusieron fue realizar anualmente las peregrinaciones al Cusco, portando a los ídolos venerados en el lugar. Al norte del Callejón de Huaylas se veneraba a Katequill, que ocupaba el tercer lugar en el templo del sol, sólo tras éste y Pachacamac.
Los Incas adoptaron el idioma del Tahuantinsuyo por disposición expresa de Pachacútec. Los lingüistas coinciden en que el quechua es originario de las costas de Ancash y Lima y luego subió a la sierra. Los Incas que hablaban Pukina, lengua aymara, notaron la versatilidad del quechua del Chinchaysuyo y lo adoptaron como lengua oficial del Tahuantinsuyo.


En Pucayacu, cerca a Yauya, se ha reonstruido un puente colgante Inca
La arquitectura inca, con vanos piramidales y el uso de piedra pulida se implantó en nuestra región. Kanapún, sitio arqueológico sobre el que se levanta el colegio Antonio Raimondi, en Huaraz, tiene unas bellísimas paredes incas. Otra construcción inca de esa época es Pueblo viejo en Recuay que fue remodelado completamente para ser utilizado como centro administrativo. Mayor influencia cultural no se pudo notar pues sólo 60 o 70 años gobernaron los Incas en el Callejón de Huaylas.
Gran resentimiento causó entre los vencidos la forma como los Incas conquistaron su tierra y los levantamientos no se hicieron esperar. Entonces los Incas emplearon otra de sus tácticas de conquista: establecieron los lazos de sangre como una forma de ganarse la confianza y la alianza de los vencidos. Así, el nieto de Pachacútec, el inca Huayna Cápac toma como esposas a Contarhuacho y Anas Colque, ambas hijas de Pomapacha. Waldemar Espinoza analiza a profundidad la poliginia incaica en el caso de estas dos señoras huaylinas en su trabajo Dos casos de señorialismo feudal en el imperio Inca.


Anas Colque en un idealizado dibujo

Resalta el hecho de que Anas Colque, nacida en Huaraz, fue llevada al Cusco con su hijo varón quien llegaría a ser Inca Paullo, mientras que Contarhuacho, natural de Huaylas, se quedó en su tierra por haber dado una hija mujer, la ñusta Quispe Sisa, a Huayna Cápac. En este caso se nota claramente que llevando a educarse al Cusco a los hijos varones, los Incas aseguraban el dominio de las naciones a las que pertenecían. Las consecuencias de estas alianzas se verían tiempo después, en tiempos de la presencia española.
Durante la guerra civil entre Huáscar y Atahuallpa, la gente del Callejón de Huaylas apoyó al bando de Atahuallpa. Por ello ante la presencia de los españoles, siguieron la suerte del último inca.


"Te han de matar como tú me matas", dijo Atahuallpa a Pizarro.
Capturado el Inca en Cajamarca, un día como hoy 21 de enero de 1533 dispone que  Quispe Sisa, gran ñusta de Huaylas, “la más bella y rica de sus hermanas” se case con Francisco Pizarro, en un desesperado intento por salvar su vida estableciendo lazos de sangre con el invasor, hábil jugada política que jamás entendió el bárbaro español. Medio año después ordenaría la muerte del Inca y partiría hacia Jauja llevando embarazada a su mujer india.


Busto de Francisca Pizarro, la hija de Quispe Sisa o Inés Huaylas
El otro hermano huaylino de Atahuallpa fue Paullo Inca, hijo de Anas Colque, quien por ser varón, fue llevado al Cusco a ser educado a la usanza inca. Los acontecimientos posteriores pusieron a Paullo en la línea de sucesión imperial. Por ello se enfrentó a su medio hermano cusqueño, Manco Inca. Paullo, el hurasino, llegó a ser coronado Inca en 1537, y ha sido el único Inca que no nació en el Cusco.

1 comentario:

  1. Lo ciento pero el Morro de Chupacoto en el distrito de Huaylas es el Centro Administrativo y Ceremonial de la Nacion Huaylas que sometido al dominio cuzqueño fue adecuado a la Arquitectura Inca, colocándole portadas de piedra labrada y que los Arqueólogos e Historiadores no lo conocen.

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