domingo, 28 de junio de 2015

PROHIBIDO TOMAR CHICHA Y CRIAR CUYES

Un día como hoy en 1594, convocado en Piscobamba por Santo Toribio de Mogrovejo, por entonces "Arzobispo de Los Reyes" el Sínodo de San Pedro y San Pablo, en vísperas de la festividad de estos dos santos, da a conocer sus conclusiones. Es un documento sensato, compuesto por 48 capítulos, centrado exclusivamente a ordenar la vida de los sacerdotes que se hacían cargo del adoctrinamiento de los "naturales", como se llamaba por aquella época a los indígenas.


En el siglo XVI la evangelización fue muy elaborada. Los sínodos lo prueban.

Advierte que "no se haga fuerza contra ellos, cerrándoles las puertas de las iglesias, para que no salgan hasta que ofrezcan entregar huevos, ni maíz, ni otras cosas que den contento a los curas". 
Este Sínodo celebrado en Piscobamba, se realizó nueve años después del Tercer Sínodo Diocesano convocado por el mismo Arzobispo Toribio de Mogrovejo en Yungay.
El documento de Yungay tiene 93 capítulos y es también otra verdadera joya histórica. De su análisis se puede desprender el celo apostólico de Santo Toribio. No hay que olvidar, que el santo se esforzó mucho por lograr que la evangelización no sea forzada. Por ello obligó a los curas a aprender a hablar el quechua y los conminó a tratar con mucho cariño a los naturales.
Pero entre los dos documentos llama la atención el de Yungay, donde en el colmo del celo apostólico, el Cap. 45 prohibe que "se críen animales llamados vulgarmente cuyes", por fomentarse "ciertos ritos y ceremonias que ejecutan con ellos". También en el Cap. 46 encontramos otra prohibición: "No se haga la bebida llamada vulgarmente asua, de jora o de yuca, por cuanto no solo es nociva para la salud, sino también perniciosa según lo hemos experimentado".


La chicha se bebía en todas las ceremonias 

Entendemos que la prohibición de la crianza de cuyes era por su uso en la "shoqma", esa tradicional forma de curar males culturales como el "susto" y el "mal de ojo". Y la sabrosa chicha habría tenido en los presbíteros de la época muchos devotos, por lo que Santo Toribio optó por prohibirla.
A Dios gracias, ambas prohibiciones cayeron en saco roto, pues hasta el día de hoy se siguen criando cuyes y se practica la "shoqma"; y de otro lado, con la rica asua, o chicha de jora seguimos brindando en cuanta fiesta andina exista.

jueves, 25 de junio de 2015

EL PRIMER GRITO DE LIBERTAD

Un día como hoy, 25 de junio de 1815, hace exactamente 200 años, el sacerdote recuaino don Mariano Robles lanza una proclama libertaria contra el yugo español en Huaraz y encabeza una asonada que tuvo un final sangriento.


don Mariano Robles en pintura de la época

Don Mariano Robles era un presbítero de armas tomar, envalentonado por las circunstancias que vivía el Perú: la rebelión de los indios de Huánuco y Conchucos en 1812, y la labor precursora del cura de Aquia don Manuel González, quien en 1814 fue denunciado ante el Arzobispado de Lima por ser "promotor del sistema de la patria". Sumaba a esto, el expectante panorama que se vivía en la metrópoli, con la disolución de las liberales Cortes de Cádiz y la restauración de las antiguas corporaciones oligárquicas.
Con la idea de impedir el fortalecimiento del yugo español, don Mariano Robles organizó una algazara en Huaraz.
El 25 de junio de 1815 se atacó la guarnición militar que se ubicaba al costado de la iglesia de San Sebastián. No se sabe si hubo alguna delación, lo cierto es que los soldados españoles estaban prevenidos y rechazaron el ataque dejando dos muertos y medio docena de heridos. El cura Robles pudo escapar y vivió a salta de mata para evitar su muerte.
De él se sabe que en 1818 estaba escondido en Conchucos donde seguía agitando a favor de la causa libertaria. José María del Piélago, remitió al Virrey Jaúregui un anónimo que recibió en Chacas firmado por "el pueblo", donde le acusaban de ser un "vende Cristo como Judas" por perseguir a los clérigos Corina, López y entregar a los soldados al presbítero Robles.


Jaúregui escribió: "los pueblos de Conchucos son peores que los de Huaylas, llenos de insurgentes".

No sabemos de la suerte que corrió este noble sacerdote, el primero que lanzó el grito libertario en nuestra tierra. Loor a quien un día como hoy nos diera la gloria de tener este gran antecedente en nuestra historia regional.

miércoles, 10 de junio de 2015

SOBRE LA DANZA CAÑEROS Y OTRAS MENTIRAS

Un día como hoy, 10 de junio de 2010, se realiza en la Casona de San Marcos, un conversatorio sobre Las Danzas en el Perú. En este interesante evento se declaró que las danzas en nuestro país son rituales, que se realizan en un tiempo y espacio determinado y que tienen un contexto propio. La danza se circunscribe a la fiesta patronal, se llegó como conclusión.
Lo interesante del evento fue que allí se trató de un tema nuevo: de las danzas inventadas, de las danzas creadas para participar en concursos, las que recorren colegios y se hacen pasar por auténticas poniendo en apuros al jurado calificador.
Los organizadores del evento habían invitado a un personaje peculiar, el joven profesor Delmer Murillo, natural de Sihuas, Ancash, quien se presentaba como ganador de recientes concursos con la danza "Cañeros de San Jacinto".


Alumnos de un colegio limeño luego de interpretar la danza "Cañeros"

Para muchos de los participantes, docentes de danza o representantes de grupos de danzas, era común escuchar que San Jacinto es una localidad del distrito de Moro, de la provincia de Santa en Ancash, y que para su fiesta patronal se danzaba una singular danza: la de los cañeros. Los organizadores del conversatorio señalaron que esa danza nunca se bailó en San Jacinto, que era simplemente una farsa.
Luego de las aclaraciones del caso, Murillo tuvo que aceptar que él había creado la danza "Cañeros de San Jacinto", que la música él la había inventado, que los pasos de esa danza los había creado de acuerdo a la música, y que las vestimentas de la mencionada danza también eran de su autoría.
Pero culminó el conversatorio, las conclusiones quedaron a nivel de un círculo cerrado y don Delmer muy orondo siguió difundiendo su hoy ya famosa danza.
Como el mal ejemplo cunde, no solo son los Cañeros, es "Warmi cuyay", danza inventada sobre un cuento de Oscar Colchado Lucio que pronto llegó a ganar concursos. El difunto Pepe Malca Landaveri vio esta danza en Caraz y reclamó al elenco de danza del Pedagógico de Huaraz por haberla presentado: "la mujer andina es muy recatada, ¿de dónde sacan que en una danza se revuelca con el varón?".


Libando licor en "Warmi cuyay", ¡qué buen ejemplo!

Luego salieron otras danzas inventadas la "Cofradía", "Asua ruré", "Tsaka ruré" y todas las variantes de actividades humanas que se puedan representar como danza, las que hoy pululan en concursos y festivales escolares. Claro, como son espectaculares, con mucho movimiento y a cual más escandalosas, llaman la atención y ganan concursos.
Ancash tiene más de 350 danzas propias, ¿para qué inventar danzas? Los docentes de los colegios deben ser bastante despiertos para no permitir que se "cuelen" danzas inventadas en los festivales y actuaciones que promueven. Ese es un compromiso que deben asumir con nuestra identidad y nuestra cultura.