Hace 24 horas que ha fallecido en Bogotá el pintor Pomabambino Armando Villegas. Villegas, poco conocido en nuestro país, es considerado uno de los grandes maestros de la pintura latinoamericana.
Armando Villegas, descanza en paz.
Este personaje singular nació en 1926 en la ciudad de Pomabamba. Muy jóven se trasladó a Lima en donde estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Se calificó como profesor de arte y dejó el país en 1950, viajando a Colombia en busca de una especialización que en ese entonces no existía en el Perú.
Pese a ello, nunca rompió sus vínculos con su país de origen, ni con Pomabamba, su tierra natal. Es más, en sus obras se expresa la vivencia inicial del terruño, los colores y la magia del Ande, la fuerza telúrica de nuestra raza.
Este cholo pomabambino supo abrirse campo en un medio totalmente desconocido y poco a poco se ganó el respeto de la intelectualidad colombiana. Fue amigo del gran Fernando Botero, otro pintor que innovó el arte latinoamericano con sus imágenes espléndidamente gordas. También fue muy amigo de Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura.
García Márquez nos revela en una anécdota la grandeza de Armando Villegas, su adhesión total al mundo andino que supo conservar aún viviendo tantos años fuera del Perú.
García Márquez y Armando Villegas. 1979.
Narra el autor de "Cien años de Soledad" que en una noche oscura vio subir a un fauno (con sus cachos y pezuñas, pero muy bien vestido) al tranvía en el que él se dirigía a su casa. Ninguno de sus amigos le creyó, pero él insistía en que había visto a un fauno. En una reunión conoció a Armando Villegas y relató su visión en el grupo de amigos.
"Nadie me hizo caso, salvo Armando Villegas. Más aun: me contó que en Pomabamba, el pueblecito del Perú donde había nacido, los faunos y las faunas iban con sus crías al mercado los domingos en la mañana, pero en los últimos tiempos se les veía cada vez menos, porque los traficantes alemanes los desollaban vivos para vender sus pieles como si fueran de vicuña a los peleteros de Hamburgo. Desde ese momento me di cuenta de que Armando Villegas y yo no sólo seríamos amigos, sino algo todavía más comprometedor: cómplices."
El guerrero del fauno, de Armando Villegas
Armando Villegas, gran peruano, donó uno de sus principales cuadros al Palacio de Gobierno. Es una pintura gigante de Túpac Amaru que ha sido ubicado en el salón principal de Palacio.
Nótese la personalidad de este gran pintor ancashino
Su obra pictórica es reconocida por haber sido el iniciador de la abstracción y el arte figurativo en Colombia y en América. Esta técnica pictórica ha sido luego asumida por grandes pintores modernos entre los que destaca el laureado Luis Caballero; pero nadie puede quitarle ese mérito a nuestro gran paisano.
Villegas pretendía realizar una gran exposición de sus obras en Lima y en Pomabamba. Su hijo, Diego Armando mantenía contacto con una serie de artistas y personalidades, pues quería cumplir el deseo de su padre de legar parte de su obra a su país natal y a su tierra de origen. Lamentablemente no pudo ver cumplido su deseo. Esta es una tarea pendiente que en su honor debemos de realizar.
LES DAMOS LA BIENVENIDA A ESTE BLOG EN DONDE ENCONTRARÁN INFORMACIÓN DIARIA DE NUESTRA HISTORIA Y NUESTRA CULTURA. EL BLOG ES COMPLEMENTO DEL NUEVO PROGRAMA QUE A PARTIR DEL SÁBADO 3 DE MAYO SE EMITIRÁ TODOS LOS SÁBADOS POR LA SEÑAL DE CABLE ANDINO CANAL 3, A HUARAZ Y A TODOS LOS PUEBLOS DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS.
martes, 31 de diciembre de 2013
sábado, 28 de diciembre de 2013
¡INOCENTE!
Un día como hoy, según la narración evangélica se realizó la matanza de los Santos Inocentes en Belén. Este dato nos llevó a publicar en esta página tres años atrás "Un Herodes español". En esta oportunidad trataremos sobre ese personaje tan nefasto en nuestra historia regional.
Se trata del Capitán Francisco de Cháves, paisano e íntimo amigo de Francisco Pizarro, con quien participó en la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca aquel 16 de noviembre de 1532.
Cédula que concede a Chávez la encomienda de Lurigancho.
En 1537 se hizo adjudicar la Encomienda de Lurigancho, en Lima, como reconocimiento a sus servicios al ya por entonces Marqués Francisco Pizarro.
Tras el levantamiento del cerco de Lima de parte de las tropas de Manco Inca, el Cabildo limeño ordenó a Chaves a ir a subyugar y pacificar a los indios que permanecían alzados en Huaura, Atavillos y Lampián, en la sierra de Lima, y en Huaylas y Conchucos, en el Ancash actual.
Los naturales del lugar, Huaylas y Conchucos se hallaban por entonces en pie de guerra pues los abusos del encomendero de Huaraz Sebastián de Torres no tenían límite y lo habían asesinado en Conchucos. Para que no cunda el mal ejemplo, Cháves fue enviado a dar una tremenda lección a los insurrectos.
En Huamachuco se juntó con el capitán Miguel de la Serna, con el que inició la campaña, que fue muy cruel, especialmente en los Conchucos donde los indios tenían cercado a Gonzalo Pizarro y a sus hombres, que se hallaban en camino hacia el país de la Canela.
El ambicioso Hernando Pizarro quería ser el descubridor del mítico "País de la Canela"
El castigo de los españoles por la muerte de Sebastián de Torres sobrepasó los límites y desembocó en un verdadero genocidio: luego de quemar y empalar a hombres y mujeres, Chaves hizo asesinar a 600 niños conchucanos menores de nueve años, a los que hizo pronunciar su apellido en vez del nombre de Jesús al momento de ultimarlos.
Este crimen fue condenado por los mismos españoles en su tiempo y no debe ser considerado como un exceso natural propio de la guerra, como suelen disculparse otros crímenes y genocidios cometidos por los conquistadores en América.
La matanza de los Santos Inocentes se escenificaba en Huaraz en los nacimientos movibles de la familia Olaza, los Paredes y del señor Guillén.
Toda un área extensa fue convertida en el corregimiento de Conchucos, involucrando bajo la misma jurisdicción a los Pincos del sur (de Chavín y San Marcos), Huaris (entre Huari y Chacas) y Piscopampas (ahora Piscobamba y Pomabamba).
Pese a la tremenda masacre, los Conchucanos supieron mantenerse altivos y levantiscos durante los 300 años de dominio español.
Se trata del Capitán Francisco de Cháves, paisano e íntimo amigo de Francisco Pizarro, con quien participó en la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca aquel 16 de noviembre de 1532.
Cédula que concede a Chávez la encomienda de Lurigancho.
En 1537 se hizo adjudicar la Encomienda de Lurigancho, en Lima, como reconocimiento a sus servicios al ya por entonces Marqués Francisco Pizarro.
Tras el levantamiento del cerco de Lima de parte de las tropas de Manco Inca, el Cabildo limeño ordenó a Chaves a ir a subyugar y pacificar a los indios que permanecían alzados en Huaura, Atavillos y Lampián, en la sierra de Lima, y en Huaylas y Conchucos, en el Ancash actual.
Los naturales del lugar, Huaylas y Conchucos se hallaban por entonces en pie de guerra pues los abusos del encomendero de Huaraz Sebastián de Torres no tenían límite y lo habían asesinado en Conchucos. Para que no cunda el mal ejemplo, Cháves fue enviado a dar una tremenda lección a los insurrectos.
En Huamachuco se juntó con el capitán Miguel de la Serna, con el que inició la campaña, que fue muy cruel, especialmente en los Conchucos donde los indios tenían cercado a Gonzalo Pizarro y a sus hombres, que se hallaban en camino hacia el país de la Canela.
El ambicioso Hernando Pizarro quería ser el descubridor del mítico "País de la Canela"
El castigo de los españoles por la muerte de Sebastián de Torres sobrepasó los límites y desembocó en un verdadero genocidio: luego de quemar y empalar a hombres y mujeres, Chaves hizo asesinar a 600 niños conchucanos menores de nueve años, a los que hizo pronunciar su apellido en vez del nombre de Jesús al momento de ultimarlos.
Este crimen fue condenado por los mismos españoles en su tiempo y no debe ser considerado como un exceso natural propio de la guerra, como suelen disculparse otros crímenes y genocidios cometidos por los conquistadores en América.
La matanza de los Santos Inocentes se escenificaba en Huaraz en los nacimientos movibles de la familia Olaza, los Paredes y del señor Guillén.
Toda un área extensa fue convertida en el corregimiento de Conchucos, involucrando bajo la misma jurisdicción a los Pincos del sur (de Chavín y San Marcos), Huaris (entre Huari y Chacas) y Piscopampas (ahora Piscobamba y Pomabamba).
Pese a la tremenda masacre, los Conchucanos supieron mantenerse altivos y levantiscos durante los 300 años de dominio español.
lunes, 16 de diciembre de 2013
UN PRESIDENTE EN HUARAZ
Un día como hoy en 1941, el Presidente Manuel Prado llegó a Huaraz para solidarizarse con las víctimas del fatídico aluvión que asoló la ciudad tres días atrás.
El recorrido lo hizo Prado por la flamante Panamericana Norte hasta Pativilca, de allí subió en un carro del Ejército por una ruta que tenía muchos problemas. Prado maldecía al Plan Vial que se había quedado trunco hace años.
Pese a ser un aristócrata, Prado se apeó para llegar a Huaraz
Bajando del carro y haciéndose llevar en "wantu", Prado llegó hasta "Inca wakanka" cerca a Conococha, desde sí la ruta a Huaraz estaba afirmada. "Inca wakanka" era un lugar turístico por entonces. Los huaracinos organizaban caravanas para ir en camión hasta ese lugar y servirse allí un "picnic", actividad muy de moda por ese tiempo.
El Plan Vial que se inició en 1927 planificaba la conexión de las principales ciudades del Perú mediante carreteras, pero luego del impulso inicial, se abandonó el proyecto en tiempos de la dictadura de Oscar Benavides. Es por ello que la vía Pativilca - Huaraz quedó inconclusa.
Leguía impulsó el Plan Vial amparado en la bonanza económica fruto de su vasallaje al capital norteamericano.
Vale detenernos un poco para comentar que en 1930, el trazo de la carretera seguía la ruta histórica, es decir, pasaba por Marca, para llegar a Cátac, y en ese año lograron hacer pasar un carro cargándolo por tramos. Aún existe en Marca restos de esa carretera. Existe una leyenda negra que responsabiliza a los hacendados de Cajacay de envenenar al ingeniero responsable del proyecto de la carretera por Marca, y de imponer con sus influencias en Lima un nuevo trazo que dejaba a Marca de lado y abriéndose a la derecha pasaba por Cajacay y obligaba a llegar a la bella laguna de Conococha.
Rosita, la bella hija que acompañó a Prado a Huaraz
Una vez en Huaraz, Leguía dispuso la asignación de S/. 5,000.00 para ser repartidos entre los damnificados y su mayor preocupación fue que se culminara la carretera Huaraz - Pativilca, así como la ruta a Conchucos.
Al año siguiente la carretera era una realidad y el Túnel de Cawish se inauguraba. La Panamericana Norte llegó a Chimbote ese mismo año. Así, Ancash quedaba conectada a la red vial nacional. Pero hubo de venir un aluvión sobre la capital del departamento para que el gobierno se acuerde de nuestra tierra.
El recorrido lo hizo Prado por la flamante Panamericana Norte hasta Pativilca, de allí subió en un carro del Ejército por una ruta que tenía muchos problemas. Prado maldecía al Plan Vial que se había quedado trunco hace años.
Pese a ser un aristócrata, Prado se apeó para llegar a Huaraz
Bajando del carro y haciéndose llevar en "wantu", Prado llegó hasta "Inca wakanka" cerca a Conococha, desde sí la ruta a Huaraz estaba afirmada. "Inca wakanka" era un lugar turístico por entonces. Los huaracinos organizaban caravanas para ir en camión hasta ese lugar y servirse allí un "picnic", actividad muy de moda por ese tiempo.
El Plan Vial que se inició en 1927 planificaba la conexión de las principales ciudades del Perú mediante carreteras, pero luego del impulso inicial, se abandonó el proyecto en tiempos de la dictadura de Oscar Benavides. Es por ello que la vía Pativilca - Huaraz quedó inconclusa.
Leguía impulsó el Plan Vial amparado en la bonanza económica fruto de su vasallaje al capital norteamericano.
Vale detenernos un poco para comentar que en 1930, el trazo de la carretera seguía la ruta histórica, es decir, pasaba por Marca, para llegar a Cátac, y en ese año lograron hacer pasar un carro cargándolo por tramos. Aún existe en Marca restos de esa carretera. Existe una leyenda negra que responsabiliza a los hacendados de Cajacay de envenenar al ingeniero responsable del proyecto de la carretera por Marca, y de imponer con sus influencias en Lima un nuevo trazo que dejaba a Marca de lado y abriéndose a la derecha pasaba por Cajacay y obligaba a llegar a la bella laguna de Conococha.
Rosita, la bella hija que acompañó a Prado a Huaraz
Una vez en Huaraz, Leguía dispuso la asignación de S/. 5,000.00 para ser repartidos entre los damnificados y su mayor preocupación fue que se culminara la carretera Huaraz - Pativilca, así como la ruta a Conchucos.
Al año siguiente la carretera era una realidad y el Túnel de Cawish se inauguraba. La Panamericana Norte llegó a Chimbote ese mismo año. Así, Ancash quedaba conectada a la red vial nacional. Pero hubo de venir un aluvión sobre la capital del departamento para que el gobierno se acuerde de nuestra tierra.
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