Ese día se calcula fallecieron unas 500 personas. Entre ellas el Prefecto del Departamento de Ancash, Sr. Luis Artola junto a su señorita hija y el Director del colegio Nacional "La Libertad " de Huaraz, que por rara coincidencia se encontraban ese día de visita conociendo las piedras eternas de Chavín.
A la derecha se observa la quebrada del Wacheqsa
¿Qué había sucedido? Una enorme mole de nieve se precipitó desde el Nevado Huantzan y bajó por la quebrada del río Wacheqsa. Miles de toneladas de roca y barro sepultaron el Monumento Arqueológico más importante de Ancash y del norte del Perú.
Con este aluvión desaparecieron para siempre las antiguas cabezas clavas que se encontraban en una capillita levantada al norte del Monumento y que fueron colocadas allí a manera de un provisional Museo de Sitio por el propio sabio Julio César Tello.
Dibujo de las desaparecidas cabezas clavas depositadas en la capilla de Chavín
Se inundaron todos sus laberintos y pasadizos. Contaba don Marino Gonzáles que él pudo salvarse milagrosamente y cómo encontró después la Huanca Sagrada del dios Guari, inclinada por efecto de la terrible hecatombe.
El relleno de tierra sobre la escalinata es recuerdo del aluvión del 45
Los ingenieros andinos que construyeron Chavín hace más de 3 mil años, hicieron tan bien su trabajo que ni terremotos ni aluviones pueden destruir esta maravilla que poseemos con enorme orgullo los ancashinos.
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