domingo, 18 de marzo de 2012

EL MÉDICO MISHICANCA


El sabio Eleazar Guzmán Barrón

Hablar de Eleazar Guzmán Barrón es referirse a un personaje que trasciende en el tiempo y en la historia de nuestro pueblo. Es más, su gran personalidad hizo que su talla se encumbre hasta lograr el reconocimiento internacional.

Guzmán Barrón nace en Huari, en 1893, en el seno de una de las familias con más raigambre en el lugar. En su tierra natal realizó sus estudios primarios en el Colegio "Gonzáles Prada" para luego trasladarse a la ciudad de Huaraz, donde estudió la secundaria en el gran colegio "De la Libertad", obteniendo la Medalla de Oro al final de sus estudios. Ejerció la docencia en ese colegio por algún tiempo y luego se trasladó a Lima.

Siguió sus estudios en la Universidad de San Marcos, ingresando a la Facultad de Medicina de "San Fernando", graduándose un día como hoy en 1922 ante la Academia de Medicina, pues la universidad se hallaba recesada. En esos tiempos tomó parte de las luchas por la Reforma Universitaria, siendo célebre la carta que publicó el diario "El Comercio" sobre la clausura de su universidad.

Basadre señala que con Guzmán Barrón fueron delegados al congreso universitario del Cusco

Regreso a Huaraz ya como médico y reorganizó el Hospital de Belén. Su labor fue elogiada no solo por los pacientes sino también por toda la comunidad, que se maravilló de la modernización que se produjo en el antiguo hospital huaracino.

De nuevo en Lima, fue nombrado Catedrático de la Facultad de Medicina en "San Fernando" en 1924. Presentó un informe a la Dirección de Salubridad sobre las condiciones de salud en Madre de Dios y publicó un excelente trabajo, "Estudios sobre el Indio Peruano".

A fines de esa década viajo becado a Francia para perfeccionar sus conocimientos, siendo admitido en la Clinica Chanffard de Paris en calidad de asistente extranjero. De allí pasó a las clínicas de gastroenterología de las universidades de París y Estrasburgo.


Colegio que en Lima lleva su nombre

Como su prestigio internacional había crecido, la Fundación Rockefeller le otorgó una beca en la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, donde ocupó la jefatura de laboratorio Lasker Fundation. Profesor asociado a la Universidad de Chicago, ejerció la Cátedra de Bioquímica en 1930.

Retorna a su patria donde es incorporado a la Sociedad Peruana de Cardiología y nominado Catedrático Honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. AI ser incorporado, disertó sobre "Vías de la fase oxidativa del metabolismo de hidrato de carbono".

Sentó las bases para la organización del Colegio Médico Peruano, interesando a sus colegas por la organización gremial en defensa de sus derechos.

Continuando con sus investigaciones científicas, regresa a los Estados Unidos y es ascendido en su universidad a la categoría de Docente Asociado en 1939. Es la época de su mejor producción. Sus artículos inundan las revistas especializadas de Europa y los Estados Unidos, llegando a contabilizarse más de ciento cincuenta de ellos. Escribió además, un total de veinte libros y ensayos.

Los temas que abarca son variados: clínica médica, metabolismo de las  células sanguíneas, metabolismo de los grupos sulfídrilos, los efectos de las radiaciones y el metabolismo de las células malignas.

En 1945 fue nombrado Profesor Principal en la división de química del y departamento de medicina de la Universidad de Chicago.

Guzmán Barrón destacó como un célebre orador. Así puso en el tapete la  importancia de las enzimas, hormonas y vitaminas; como de los efectos nocivos de los insecticidas y raticidas. Otro aspecto que trató con singular maestría fue el referente a las oxidaciones biológicas y los efectos de los gases tóxicos.

El Tecnológico de Huaraz, orgullosos lleva el nombre de tan ilustre sabio ancashino


Pero el tema que lo inmortalizó fue la energía atómica, por el que tuvo especial interés en su aspecto relacionado a la salud humana. Sus estudios sobre los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes a causa de la energía nuclear, son de gran importancia para la ciencia moderna. La Comisión de Energía Atómica de  los Estados Unidos lo tuvo entre sus miembros. No quería utilizar la energía atómica para destruir la vida, sino para conservarla. 

Pese a no poder regresar al Perú, siempre se mantuvo en contacto con sus  alumnos y las asociaciones que había formado. Guzmán Barrón se ganó el respeto de la comunidad médica latinoamericana por su gran contribución a la ciencia. 

Cargado de años y la admiración de sus contemporáneos, este sabio ancashino falleció el 27 de junio de 1957 en la ciudad de Chicago. Sus restos se hallan en esa ciudad. La universidad en la que trabajó por tantos años, erigió un busto en su memoria.

En nuestro país aún le debemos el reconocimiento que se merece su sabiduría y su profundo interés por el aspecto humano de la ciencia médica. 

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