jueves, 27 de agosto de 2015

LA ABUNDANCIA Y LA CARENCIA

Un día como hoy, 27 de agosto, en el año 1941, en el diario "El Departamento", el sabio Santiago Antúnez de Mayolo escribe un artículo titulado "La abundancia y la carencia", en el que reflexiona profundamente sobre nuestra realidad geográfica, social y cultural.

           El Departamento se publicó en Huaraz desde 1908 hasta 1982 aproximadamente

El sabio señala que el Callejón de Huaylas es un capricho de la naturaleza, un estrecho valle internadino que es recorrido de sur a norte por el caudaloso río Santa, resguardado por las cordilleras Blanca y Negra.
Mientras que en la Cordillera Blanca sobreabunda el agua, en la Cordillera Negra se carece de ella. El río Santa es la línea divisoria de estas dos grandes realidades.
Quien tiene sus terrenos en las faldas de la Cordillera Blanca fácilmente logra al año hasta dos cosechas, cosa que es inpensable en la Cordillera Negra, donde difícilmente se logra una buena cosecha al año. La explicación es sencilla: en la Cordillera Blanca los agricultores cuentan con abundante agua; pero en la Cordillera Negra, la mayoria de terrenos son de secano, es decir, dependen de las lluvias.


              La típica aridez de la Cordillera Negra

Esta situación hace que los habitantes del Callejón de Huaylas vivan una realidad dual. Hay riqueza en la Cordillera Blanca y pobreza en la Cordillera Negra. "Cruzando el río Santa, se cambia de status social".
Antúnez de Mayolo, en su grandeza, señala que esta realidad geográfica y social, influye en el aspecto cultural. Los habitantes de los pueblos que tienen su asiento en la Cordillera Blanca, son dadivosos y generalmente hacen alarde de su boyante economía, lo que se manifiesta en una serie de rasgos culturales: en Carhuaz la fiesta patronal dura un mes y los mayordomos hacen gran ostentación durante ella. Por el contrario, los pobladores de los pueblos de la Cordillera Negra son parcos en su expresión y cuidan mucho su economía, como lo demuestran sus expresiones culturales: en Huaylas, la fiesta de Santa Isabel la organizan los barrios, entre todos hacen una gran fiesta.


Los Pashash revientan sus estruendosos chicotes en Huaylas. Ahorro de avellanas.

Abundancia y carencia, dos realidades en un mismo contexto, en esta tierra mágica y generosa que es el Callejón de Huaylas.

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