miércoles, 16 de abril de 2014

ANCASHINO COMO EL QUE MÁS



Monseñor Bambarén

Un día como hoy en 1944, hace exactamente 70 años, ingresa a la vida religiosa, en la orden de los jesuitas, el joven yungaino  LUIS BAMBARÉN GASTELUMENDI, considerado hoy por hoy el ancashino más influyente a nivel nacional.
Nacido un 14 de enero de 1928 en la bella ciudad de Yungay, Bambarén destacó como un sacerdote que ha seguido el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo: siempre al lado de los más necesitados. Es por ello que en plena dictadura militar de los 70, se enfrenta abiertamente al general Armando Artola, recuaino para más señas, en defensa de los invasores de la actual Villa El Salvador. Artola lo hizo encarcelar por "soliviantador social", y ante la protesta popular el genral Velasco no tuvo más que destituir a su poderoso Ministro del Interior.
Electo Obispo Auxiliar de Chimbote, Monseñor Bambarén desarrolla en el puerto una gran labor social, que le vale el título de "el obispo de los pobres". Durante veinte años supo defender ante todo la dignidad humana, siguiendo siempre las enseñanzas del Evangelio, al frente de la Comisión Episcopal de Acción Social.
Ahora que celebramos la Semana Santa, valoremos los esfuerzos de este paisano nuestro que nunca ha cejado en salir en defensa de la verdad y la justicia. Todo esto lo ha llevado a tener un papel de liderzgo en  la Conferencia Episcopal Peruana. Es por ello que ha sido electo su Presidente y secretario general, ganándose el respeto y el cariño de todo el pueblo peruano.
Durante los años de la lucha interna, supo denunciar el terror del Estado y los excesos de los subversivos. Atacado por los dos bandos, Monseñor Bambarén se mantuvo fiel a las enseñanzas de la Iglesia, salavando la vida de milagro en numerosos atentados, y en defensa de los derechos humanos se enfrentó al por entonces obispo de Ayacucho, el hoy en día Arzobispo de Lima, el Cardenal Cipriani.
Monseñor Bambarén llega a sus 70 años de vida religiosa poniendo en práctica la idea central de la caridad y del servicio: "una Iglesia pobre para los pobres". Y que bueno que el Papa Francisco maneje el mismo lenguaje de su amigo el Monseñor Bambarén, pues no debemos olvidar que ambos son jesuitas y han compartido numerosas veladas de reflexión por nuestra América, esta América tan pobre y rica a la vez. Pobre por la dureza de corazón de sus líderes y rica por la gran energía de sus pueblos que guardan incólume su cultura ancestral y los valores de solidaridad y comunitarismo, valores evangélicos que hacen del nuestro el continente de la esperanza.

  El obispo emérito de Chimbote consideró que solo la vía de una enfermedad terminal podría sacar a Fujimori de prisión.
Finalmente, no podemos dejar de saludar el valor y la energía con que Monseñor Bambarén viene denunciando la injusta situación que se vive en nuestro departamento. "Álvarez debe estar en la cárcel - ha dicho- y allí iré a visitarlo, pues como hijo de Dios también merece atención a sus necesidades espirituales".

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