Un día como hoy se publica en 1958, un retardado homenaje al Centenario de la provincia de Huaraz (creada por ley de 1857), el libro "Leyendas, fábulas y canciones de Ancash" escrito por varios autores, entre ellos el sabio Santiago Antúnez de Mayolo quien pone en tapete el tema de la dualidad andina.
Un
rasgo peculiar del mundo andino ha sido su preocupación por el ordenamiento
dual. La dualidad se ha manifestado y se manifiesta en todas sus expresiones.
La dualidad es quizás el símbolo más distintivo de nuestra cultura andina.
La pareja humana, ideal de perfección dual
Lo
dual se concibe como complementario u opuesto. El mejor ejemplo de la unidad
complementaria es la pareja: varón solo es incompleto, mujer sola es
incompleta, juntos, varón y mujer son lo ideal, pues se complementan. Esto se
aplica al mundo animal y al vegetal, donde encontramos plantas hembras y machos
en una misma especie.
La dualidad por oposición se muestra en todo su realidad
en la gran oposición entre el orden y el caos. Caos y orden se manifiestan en
la naturaleza y en vida humana. Lo ideal es mantener siempre el orden, esa es
la función de los dioses andinos, pero el caos es una constante y siempre
sobreviene, para ello el hombre andino debe estar preparado.
El dios Guari de Chavín, garantizaba el orden universal
La función de los
dioses es restablecer el orden para que el caos no sea permanente. Los
carnavales y la muerte, son ejemplos de tiempos caóticos; la vida y el trabajo
indican el equilibrio que otorga el orden natural.
Los
curacas y el Inca tenían su “rantin”, su hermano, su par. El Señor de La
Soledad, tiene su “hermano” también llamado “su paso”, en clara alusión a que
es una deidad de raigambre andina.
Del
mismo modo, el territorio estaba dividido en parcialidades: alto, bajo;
izquierda, derecha; arriba, debajo. Pues todo en el Ande tiene su par o
complemento. Blanco, negro; claro, oscuro; hembra, macho; estrecho, ancho; etc.
Este era el Jr. Sucre visto desde la Soledad
En el antiguo Huaraz teníamos a la "quichqui calle" (Jr. Simón Bolívar) y a la "hatun calle" (Jr. Sucre) como prueba de la dualidad espacial. Los antiguos distritos urbanos de Independencia y Restauración correspondían a las parcialidades de Ichoq Huarás y Allauca Huarás.
El Callejón de Huaylas es la máxima expresión de la dualidad, pues está
conformada por las cordilleras Blanca y Negra. Según el mito fundacional de los Huari, el Callejón de Huaylas era la única zona mágica y sagrada de todo el territorio andino, lugar escogido por los Huaris para hacer su aparición en el Mundo del Medio (Kay Patsa).
La Cordillera Blanca vista desde un paso carretero de la Cordillera Negra