miércoles, 21 de noviembre de 2012

HISTORIAS DE ESPÍAS

Un día como hoy 21 de noviembre de 1819 es capturado un espía patriota en Santa. Se trataba de José García, enviado de don José de San Martín quien se hallaba en Chile preparando su presencia en el Perú.


Tras la batalla de Maipú en 1818, San Martín tuvo claro que si el Perú seguían en manos realistas, la independencia americana no estaría asegurada.

García se convirtió en delator y gracias a él los realistas pudieron conocer y capturar a la Junta Patriótica que funcionaba en Huaraz desde hacía tres años atrás; a Juan de Mata Arnao lo llevaron cargado de cadenas a los calabozos de la Inquisición en Lima.
Pero esta historia tiene sus bemoles. García llegó al por entonces llamado Partido de Huaylas en compañía de otro espía, José Paredes quien sí pudo cumplir su misión llenando de proclamas nuestros pueblos y contactando a los patriotas. Ambos venían con la orden expresa de comprobar algo que San Martín no tenía claro.
¿Y que era lo que intrigaba a nuestro libertador? Un informe, así de simple. Un informe elaborado meses antes por Paul Jeremias, espía que recorrió nuestra región haciéndose pasar como médico y que llegó a una inobjetable conclusión: los pueblos del Callejón de Huaylas y de la zona de Conchucos estaban todos proclives a la causa de la Independencia.
San Martín, por un lado dudaba de la veracidad del informe; y por otro, le cantaba aleluyas, pues de ser cierto, tenía un inmenso territorio cercano a Lima, en donde refugiarse en caso que las cosas le salieran mal y las tropas del Virrey Joaquín de la Pezuela lo hostilizaran a su llegada a nuestro país.


Un año antes de desembarcar en Paracas, los espías de San Martín operaban en nuestra tierra.

¿Quién era pues el tal Paul Jeremías? Este es un personaje de película. Paul Jeremias fue básicamente un hombre lleno de ideales. Nacido en Norteamérica llegó al Virreynato del Río de la Plata a ponerse a órdenes de la gran revolución americanista. Así pasó a Chile y conoció a San Martín.
Vino al Perú con órdenes precisas de averiguar con qué pueblos se podía contar para la causa patriota, pues el Perú era una interrogante para el Libertador: aquí se concentraba el grueso del Ejército Realista y al ser el Virreynato más antiguo y poderoso de América, existía la duda si todos sus habitantes anhelaban la libertad.



 Los pueblos del Callejón de Huaylas vieron pasar al célebre espía de San Martín

En nuestra tierra, a Paul Jeremias le apodaron "el médico inglés". Con ese nombre ha pasado a la historia. Y curando enfermos de pueblo en pueblo se hizo apreciar por la población y como quien no quiere la cosa iba consiguiendo información vital y a la vez inflamando los corazones patriotas.
Vivía a salto de mata, pues enterados en Lima los españoles de su presencia, ordenaron su captura. La población lo escondía y enviaba al desvío a sus perseguidores. La ayuda del sacerdote don Julián de Morales Nuna Cochachin fue vital para hacerlo huir del país llevando su valiosa información a don José de San Martín.


La figura de Julián de Morales Nuna Cochachin, huaracino que firmó el Acta de Independencia debe ser más valorada por la historia.

Dos años después, el Libertador comprobaría que "el médico inglés" no estuvo equivocado en sus apreciaciones. Pero de él no se supo más. Como todo buen espía desapareció a tiempo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

¡CATEDRAL DE HUARAZ, NUNCA LA VERÁS!


Don Ramón Castilla en óleo pintado durante su primer gobierno

Un dia como hoy, 18 de noviembre de 1852 el ex Presidente de la República don Ramón Castilla arriba a Huaraz de tránsito a Llumpa. En alas del amor, don Ramón iba a encontrarse con la bellísima Margarita Mariluz, quien había servido como ama de llaves en palacio de gobierno y a la vez logrado enceder fuego en el añoso corazón del último libertador que tuvo el Perú.
Don Ramón llegó a la plaza de armas de Huaraz y al ver las torres inconclusas de la iglesia matriz montó en cólera y exclamó: "¡Diez mil soles... diez mil soles y diez mil ladrones!". No era para menos el sofocón del bravo militar, pues estando en la presidencia tres años atrás, destinó S/. 10,000.00 del presupuesto nacional para la edificación de las mencionadas torres, que dicho sea de paso recién se culminaron en 1966, para desaparecer cuatro después el 31 de mayo de 1970.
El tema de las torres de la después llamada Catedral, dio origen al famoso dicho: "Catedral de Huaraz, nunca la verás". Castilla llegó al gobierno por segunda vez en 1854 y no quiso saber nada de construcciones en Huaraz.


La Catedral y sus torres concluídas, antes que les coloquen los relojes traídos de Suiza por don Francisco Sotelo López.
 
La polémica figura de Ramón Castilla enfrenta a los estudiosos de nuestra historia, mientras que para Basadre fue un honrado gobernante, muy bien intencionado, a quien envolvió en sus redes la oligarquía utilizando a su favor las leyes; para otros, Castilla no logró limpiar su imagen del baldón que significó su participación a favor de los chilenos en el desmembramiento de la Confederación Perú Boliviana.
La historia está llena de ejemplos de personajes que en una época obraron bien o mal y luego lo hicieron a viceversa. El héroe de ayer es el villano de hoy, o al contrario. Pumacahua, entregó a Túpac Amaru II, pero luego se inmortalizó luchando por la independencia. El mismo José Gabriel Condorcanqui, de joven fue un explotador del trabajo indígena, pero se ganó la gloria con su grito de libertad y su sublime sacrificio.


De triunfar Túpac Amaru II, el Perú no sería el país fracturado que es hoy en día
 
Piérola subordinó los sagrados intereses de la patria durante la guerra del 79 a favor de sus apetitos personales, pero luego fue el gran caudillo popular que encabezó la reconstrucción nacional. Andrés Avelino Cáceres, el gran héroe de la Breña, de morir en Huamachuco, sería nuestro máximo héroe nacional, pero sobrevivió y al llegar a la presidencia de la república, gobernó para la oligarquía, ganándose el repudio popular.
Nuestro querido Pedro Pablo Atusparia, si moría en la defensa de Yungay, no tendría parangón como un nuevo Túpac Amaru II; pero sólo quedo herido, y al implorar clemencia por él, pues estaba condenado a muerte, las damas huarasinas le condenaron a sobrevivir y cargar en sus espaldas el peso de la revolución y tener un final indigno de la magnitud de la causa que lideró.


"Atusparia, indio agreste, granítica mole..." (A. Tafur Pardo)
 
El corazón humano es insondable; y el azar, como escribe Basadre, tiene mucho que ver en la historia.
 
 
 

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA PRINCESA DE LOS HUAYLAS

Quispe Sisa o Inés Huaylas Ñusta con la flor de la cantuta en la mano derecha y un huso en la izquierda.

Un día como hoy en 1958, el historiador Félix Álvarez-Brun publica el artículo "la amante india de Pizarro" en la colección "Libros para Ancash", tomo referido a la historia de nuestra región. El personaje central de la nota es Inés Huaylas.

Su verdadero nombre es Quispe Sisa (Flor de Diamante) Fue hija del Inca Huayna Qapaq y de la Quraqa de Hanan Huaylas, Kuntur Wachu o Contarhuacho (Surco perfumado). El matrimonio de sus padres se suscitó en medio de un ambiente de franca hostilidad hacia los cusqueños quienes años atrás habían conquistado nuestros pueblos a sangre y fuego. Según la usanza andina, una vez establecidos lazos de sangre entre vencedores y vencidos, las desavenencias quedaban sanjadas. La ñusta habría nacido entre los años 1516 y 1517.
La paz reinó en nuestro suelo y cuando Quispe Sisa tenía 15 años falleció su padre. En la posterior disputa por el poder, la saya de los Huaylas tomó partido por Atahuallpa en contra de Huáscar. Capturado Huáscar cerca a Jauja, es traído a Huaylas rumbo a Cajamarca. En estas circunstancias, acontece el traumático desastre del 16 de noviembre de 1532, cuando el ardid de los españoles permitió la captura del Inca Atahualpa.

El cadáver de Huáscar arrojado al río. Afrenta total, pues su Panaka jamás podría reverenciarlo.

El Inca ordenó el ajusticiamiento de Huáscar, el cual se ejecutó a orillas del río Andamarca, hoy conocido como Tablachaca, afluente del Santa. Atahuallpa al ver peligrar su vida, decide establecer vínculos de sangre con su captor. Es por ello que le ofrece a Pizarro como esposa a una de sus hermanas de sangre real, “la más rica y más hermosa de todas ellas”.

Fue la primera alianza matrimonial entre andinos y españoles

La elegida fue Quispe Sisa que a la sazón contaba con escasos 16 años. Quispe Sisa es llevada a Cajamarca donde se realizaron los esponsales. Francisco Pizarro, que no entendía nada de vínculos de sangre, hizo matar a Atahuallpa en agosto del 1533 y de inmediato se dirigió hacia el Cusco.
La comitiva pisó tierra ancashina en setiembre de ese año, quedándose ocho días en Hatun Huaylas, lugar donde el padre Valverde celebró la primera misa en nuestro suelo. Cuando legaron a Pampa Warás, se enteran que la retaguardia había sido atacada por los Konchucos cerca a Huaylas, perdiendo la vida ocho españoles. Lleno de temor, Pizarro ordenó dejar suelo huaylino para dirigirse hacia Jauja.
Quispe Sisa da a luz en Jauja, en 1534, a una niña que fue bautizada como Francisca Pizarro, la primera mestiza nacida en el Perú. Ya para entonces, Quispe Sisa era conocida como Inés Huaylas Ñusta, nombre que recibió en su bautizo.

María Rostworowski ha escrito la biografía de Fca. Pizarro. En la foto, su estatua que se exhibe en una almena del castillo familiar de los Pizarro en Estremadura, España.

Inés Huaylas fue llevada a Lima durante el cerco que Manco Inca tendió a la recién fundada capital del Perú. Cuenta la historia que la Quraqa Kuntur Wachu envió 4 mil guerreros de élite desde Huaylas para defender la vida de su hija y de su nieta.
No obstante la difícil situación y la confusión que existía entre nuestros antepasados, Inés Huaylas pronto se dio cuenta de que las  reales intenciones de los españoles eran quedarse a dominar el país y comenzó a dar información a la gente de Manco Inca. Descubierta en esta actividad, fue repudiada por Pizarro, quien para humillarla la obligó a casarse con su sirviente personal, Francisco de Ampuero. Años después, Ampuero llegó a ser alcalde de Lima.
Inés Huaylas jamás regresó a su tierra. Se quedó a vivir en Lima. No se conoce con exactitud la fecha de su fallecimiento. Su hija Francisca, viajó a España y luchó para hacer reconocer sus fueros como descendiente de la realeza inca y del marqués. El 10 de octubre de 1537, por Real Cédula se le asignó una pensión y se le asignaron tierras, convirtiéndola en la mujer más rica del Perú.


En Caraz, cada año se elige a la Ñusta que representa a Inés Huaylas. la ceremonia es en Tumshukaiko.

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL SAPRA MARTIN


Don Martín Miranda sobre los escombros de Huaraz en1970, en foto tomada del album de Abraham Tinoco.

Un día como hoy, 08 de noviembre de 1925, se apertura un juicio en Huaraz contra quienes estaban sindicados como promotores de una asonada que meses atrás se originara en nuestra ciudad.

La Huaraz liberal de la "belle èpoque" se había hecho escuchar cuando los gremios de artesanos se alzaron en protesta contra el régimen de Augusto Bernardino Leguía, quien dirigía su gobierno por un rumbo netamente pro-norteamerica, pro imperialista.

Mucho antes que Haya de la Torre escribiera su "Antiimperialismo..." ya en nuestra ciudad, jóvenes universitarios como Federico Sal y Rosas, quien llegaría ser eminente psiquiatria, el periodista de origen casmeño Ernesto Reyna, quien luego escribiría la famosa novela "El Amauta Atusparia" prologada por J.C. Mariátegui, entre otros, habían logrado imponer las ideas socialistas en Huaraz y al amparo de ellas organizaron una algazara que fue violentamente reprimida.


Procesión en Huaraz. En los años 20, Huaraz era muy conservador, pero sus jóvenes traían ideas de avanzada.

Entre los detenidos, figuraba un joven llamado Martín Miranda, quien al ser torturado por la policía, perdió la razón. Verdad o no, Martín Miranda nunca más fue el mismo.

Se le vio en los años 40 viviendo en Lima en una carretilla que arrastraba en el día por el barrio de La Victoria y en las noches lo sacaba de los límites del distrito para no ser arrestado por vagancia. De allí a poco, dirigió la invasión al cerro San Cosme. Martín Miranda fue el primer invasor de Lima. Era el tiempo en que las provincias empezaban a invadir la capital.


Una anécdota cuenta que un día subió a la torre de la Catedral a tocar esta campana convocando al pueblo contra las malas autoridades.

En Huaraz, lugar al que siempre volvía, se le conocía por su larga barba y sus despropósitos contra los niños vagos. Miranda no podía ver a un niño en las calles en horas de colegio. Con su grueso bastón perseguía a los llamados "vaqueros". Ellos, en  venganza por los golpes recibidos le insultaban con un sonoro "¡Sapra Martín!", que enardecía más a nuestro personaje.

Existe una célebre fotografía de él junto a Manuel Ceferino Atusparia, el hijo de Pedro Pablo Atusparia. Miranda con sus clásicas barbas y Atusparia vestido de abrigo, luciendo un magnífico mostacho. Les prometemos publicarla en cuanto la ubiquemos.


En "un día como hoy en Huaraza" valoramos a Martín Miranda como un huaracino de armas tomar.