El famoso trasatlántico "Titanic" saliendo de sus astilleros en marzo del 1912.
Un día como hoy, hace 100 años, el "Titanic", el trasatlántico más moderno y lujoso del mundo, de quien sus dueños decían temerariamente que "ni Dios puede hundirlo", naufraga en las aguas del mar atlántico originando la mayor tragedia de la historia. Esta historia no nos tocaría recordarla en este blog sino es que un paisano nuestro se salvó de morir en ella por llegar tarde al embarcadero.
Se trata nada más ni nada menos que de don Santiago Antúnez de Mayolo Gomero, sabio aijino que destacó por su constante empeño en lograr el desarrollo de nuestro país, Santiago Antúnez de Mayolo nació en la hacienda Bella Vista, en Huacllán, Aija, el 19 de enero de 1887. Sus padres fueron don Angel Custodio Antúnez y doña María Gomero y Quijano. Realizó sus primeros estudios en la escuela municipal de Aija. La secundaria la estudió en Huarás, en el Colegio “San Agustín” del 1° al 4°; y en Lima, en el Colegio “Nuestra Señora de Guadalupe” hizo el 5° Año, obteniendo la Medalla de Oro al culminar sus estudios en 1904.
Siguió sus estudios superiores en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, graduándose de Bachiller en Ciencias Matemáticas en 1907. Ante su soberbia inteligencia, la familia Antúnez de Mayolo Gomero, decide vender el fundo de Huamba, en el valle de Huarmey, para costear los estudios del joven Santiago en el extranjero.
Viaja a Francia, a estudiar en la Universidad de Grenoble, recibiendo el título de ingeniero electricista en 1909. Allí concibió la idea de electrificar al Perú aprovechando la pendiente de los ríos y las caídas de agua. Realizó prácticas en diversos países de Europa y viajó a los Estados Unidos en 1912.
Don Santiago en 1912
El 10 de abril de ese año a Santiago Antúnez de Mayolo pierde el barco en el puerto inglés de Southampton. La nave no era otra que el trasatlántico “Titanic”, el mismo que cuatro días después se hundiera en las heladas aguas de Groenlandia acabando con la vida de los 2/3 del total de sus 2,224 pasajeros. Es de imaginarse la frustración de nuestro sabio, un hombre acostumbrado a la puntualidad, a tenerlo todo conttrolado; por culpa del intenso tráfico (miles querían ver la partida del barco más grande y moderno del mundo) llegó al muelle cuando ya se había cerrado el embarcadero y el "Titanic" se disponía a partir rumbo a Nueva York.
¡No hubiéramos tenido ni hidroeléctricas ni siderúrgica, si nuestro sabio se ahogaba en el “Titanic”!
La noche y el frío se confabularon esa noche trágica
Ya en Nueva York, a donde llegó a fines de abril de 1912, hizo un post grado en electricidad. Allí conoció a su futura esposa, Lucie Rynning, bella e inteligente viuda noruega que se convirtió en su más inapreciable colaboradora. Se casaron en diciembre de ese año, días antes de su regreso al Perú. A él no le interesaron las múltiples propuestas de trabajo que recibió en el extranjero; su objetivo no era hacerse rico, ni vivir bien fuera de su patria. Antúnez de Mayolo quiso ardientemente retornar a su país para trabajar aquí por su progreso y desarrollo. ¡Qué gran ejemplo de amor a la patria!
Antúnez de Mayolo naufragó en brazos de esta belleza descendiente de vikingos, doña Lucie Rynning
Qué interesante historia y son tan pocos los peruanos que conocemos su trayectoria.
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