miércoles, 20 de junio de 2012

DOS PUEBLOS HERMANOS

Un día como hoy en 1883, llegan a Huaraz, desde Huánuco, las tropas del "Ejército del Centro" dirigidas por el General Andrés Avelino Cáceres, a juntarse con el "Ejército del Centro" que en esta ciudad había formado el coronel Huanuqueño Leoncio Prado. Ancash y Huánuco se vuelven en un abrazo milenario, cuyo recuento histórico y cultural desarrollamos a continuación.
Ancash y Huánuco han estado ligadas desde tiempos inmemoriales por lazos geográficos, culturales e históricos.
La Cordillera de Huayhuash une nuestras dos regiones.
UNA MISMA HISTORIA
Tenemos una prehistoria común, pues Lauricocha y Guitarrero señalan la presencia primigenia del hombre en nuestras dos regiones, a donde llegaron sin conocer más que el fuego, el uso de la piedra y la palabra, y aquí, heroicamente forjaron una gran cultura, la cultura andina.
Huaricoto en Ancash y Kotosh en Huánuco, dos expresiones de una misma realidad cultural que trasciende a través de la historia. En la misma época, el mismo estilo y la misma tradición cultural. La utilización de fogones ceremoniales hundidos y recintos circulares, nos hablan de una temprana relación y un intercambio de saberes que teniendo su origen en Huánuco, abarcan toda la región Ancash, hallándose estas muestras en La Galgada, provincia norteña y en el recién descubierto fogón de la plaza de armas de Chavín.
Ya en tiempos de Chavín, la relación con Huánuco fue mucho más fluida dado que este centro ceremonial al decir de Tello tuvo notoria influencia de la región amazónica. No olvidemos que Chavín se halla en un punto equidistante, dos cordilleras la separan de la costa y otras dos de la floresta. De Huánuco llevaban a Chavín frutas, aves de vistosos plumajes y la sagrada hoja de la coca, y recibían en reciprocidad productos de altura y las bendiciones del dios Guari, el dios agricultor.
En el presente milenio Tinyash, en la provincia de Huacaybamba tiene rasgos de una probable influencia de la cultura Recuay que se expandió entre los siglos III y IX de nuestra era. Posteriormente los Yaros compartieron un extenso territorio que abarcaba las actuales regiones de Ancash y Huánuco, de esta época queda como recuerdo imborrable las mega construcciones de Rapayán en la provincia ancashina de Huari.
Edificios de cinco pisos en Rapayán
Durante la dominación Inca, en el siglo XV, Huánuco pasa a ocupar un lugar preponderante en la estructura administrativa del Tahuantinsuyo. Los Huaylas y Conchucos, habitantes del actual departamento de Ancash, transitaban la ruta secundaria del Capac Ñan entre Huari y Huánuco para llevar los tributos e informar de la contabilidad y otros asuntos.
A inicios de la colonia, se fortalecen las relaciones entre Huaylas, que así se llamaba la Intendencia y Huánuco. Las primeras probanzas señalan que desde 1553 los curacas de Huaylas llegaban a Huánuco a informar sobre su administración.
Llegada la Independencia, huaylinos y huanuqueños se dieron la mano para alejar las fuerzas realistas. El Mariscal Luzuriaga, Presidente del flamante departamento de Huaylas en 1821, dispuso la formación de un ejército de voluntarios para apostarse en Huamalíes y hostilizar desde allí al enemigo.
Cuando el Libertador don José de San Martín emite el Reglamento Provisorio de Huaura, en 1821, divide al Perú liberado en cuatro departamentos, uno de ellos era el de Huaylas, integrado por los partidos de Huaylas, Conchucos, Cajatambo, Huamalíes y Huánuco; siendo Huaraz nombrada como su capital. Posteriormente, en 1823, Huaylas es integrado al Departamento de Tarma por decisión del Congreso Constituyente, quedando Huánuco como la flamante capital.
Los patriotas pasaron por Yanashallash camino de Olleros a Chavín
En 1824, las tropas libertarias pasan de Huaraz a Huánuco, por el antiguo camino de Chavín y Aguamiro (hoy La Unión), en su tránsito hacia Junín y Ayacucho. Las tropas libertarias estaban conformadas por soldados colombianos que vinieron con Sucre y Bolívar, siendo huaylinos y huanuqueños los únicos peruanos en sus filas; mientras que las tropas realistas tenían sólo como jefes a los españoles, en tanto que el grueso de la tropa eran ayacuchanos, cusqueños y arequipeños.
En 1835, el Presidente Felipe Santiago Salaverry crea otra vez el Departamento de Huaylas, conformado por las provincias de Huaylas, Conchucos y Santa. Nuevamente la ciudad de Huaraz fue nominada capital departamental. Cuatro años después sucede el cambio definitivo de Huaylas por Ancash. Ya por entonces Huánuco también había recuperado su estatus de departamento.
Esta historia común entre nuestros dos departamentos, hoy regiones, tiene otro hito importante durante la guerra del Pacífico, cuando por la ruta de Huánuco – Aguamiro – Chavín, las tropas del general Cáceres se dirigen en junio de 1883 hacia Huaraz para unirse al ejército del norte, que precisamente organizara en esta ciudad un hijo predilecto de Huánuco, el coronel Leoncio Prado, héroe nacional asesinado en Huamachuco por las huestes chilenas.
Leoncio prado fue fusilado por organizar un ejéricto en Huaraz para enfrentar a los chilenos
En el siglo XX, la relación entre los pueblos de Ancash y Huánuco se hace más fluida. El milenario camino entre Chavín y La Unión, unen dos realidades muy semejantes, dos pueblos hermanos que buscan su desarrollo. Pero no solo es la ruta del sur, también la del norte, donde Llamellín en Ancash y Huacaybamba en Huánuco, se hermanan por deseos e intereses comunes. Un comerciante huaracino, don Juan Loli, en 1912 se establece en Monzón, provincia de Huamalíes e inicia el negocio del sembrío de amapola; en su hacienda laboró en 1914 el sabio Santiago Antúnez de Mayolo y allí elaboró los planos de sus grandes proyectos hidroeléctricos.
Dos regiones unidas geográficamente cuyas provincias limítrofes se unen anhelando el desarrollo y la integración. El proceso de regionalización en curso, bien podría sentar las bases de un mañana de prosperidad y grandeza para nuestras dos regiones.

miércoles, 6 de junio de 2012

UN SEÑOR DE LAS LETRAS

Un día como hoy, en 1956, don Teófilo Maguiña Cueva publica "Rima-Rima", obra que lo catapulcó a la fama.
En el pueblito de San Marcos, conocido como “El paraíso de las magnolias” cercano a Chavín, en la provincia de Huari, Ancash, el hogar de don Néstor Maguiña Borda y doña Teobalda Cueva Ortiz, nace un 26 de julio del año de 1922, un niño a quien ponen por nombres Pastor Teófilo.

Plaza actual de San Marcos, su tierra.

El pequeño fue llevado a Lima a los seis años de edad. Una anécdota de esa época lo recuerda sentado en las rodillas del Presidente Leguía, jugando con el clavel que siempre portaba sobre el pecho.
Luego de estudiar en la Capital, se traslada a su Ancash natal para continuar sus estudios superiores en la Escuela de Artes y Oficios de Huarás.
Teófilo Maguiña no se sentía satisfecho, en su mente bullían las experiencias vividas en las comunidades nativas de su distrito, que le llevaron a jurar ante el dolor del campesino “¡Yo les ayudaré de alguna manera, sí que les ayudaré!”; y es así como en 1943 se decide a postular a la Escuela Normal de Tingua, de donde egresa con honores cuatro años después.
En 1951 publica sus primeros poemas en el periódico “La Hora” de Huarás, recibiendo el reconocimiento de la exigente crítica huarasina.
Teófilo Maguiña Cueva se inicia como docente en un caserío de su natal San Marcos, Huaripampa, en donde comparte vivencias inolvidables con los niños quechuahablantes. Allí es donde comienza a escribir poemas y textos dedicados a los niños del Perú. También de esa época data su afición por la paleontología y la arqueología. Su colección privada ha llegado a tener 300 fósiles y 700 ceramios.


Fósiles de la colección de don Teófilo Maguiña Cueva

En 1956 publica “Rima – Rima” un precioso ramillete de poemas infantiles que mereció la expresa recomendación del por entonces Ministro de Educación, Dr. Jorge Basadre, para ser leído por todos los niños de nuestro país.
En 1959 es nombrado Director del C.E. 4632 de Comas. Teófilo Maguiña alterna su vocación docente con su producción literaria.
Gran suceso merece su nueva producción “Muy cerca al cielo” publicada en 1963, obra que por resolución ministerial es adquirida por todas las escuelas rurales. En 1965 sale a la luz “Conozca el Perú”, texto que fue utilizado como guía turística escolar.
En 1965 es becado para estudiar Ciencias de la Educación en España. A su paso por Europa adquiere nuevos conocimientos y vivencias; y ante el contraste de culturas reafirma su amor por la grandeza de su ancestral Chavín.
A su retorno al país publica “Poesía para niños” en 1967, texto que reúne los más bellos trabajos sobre poesía infantil. Al año siguiente edita “Antología del teatro escolar” y en 1969 es nombrado Director de Colegio en Cajamarca.
A su retorno a Lima trabaja en el INIDE para cesar cuatro años después como asesor del despacho ministerial.

Su obra testimonial


En 1981 publica “Pepitas de oro” texto de comprensión lectora y en 1985 “Cuando el cáncer llega”, crudo testimonio sobre este temible mal.
Don Teófilo Maguiña Cueva viaja al Brasil y a otros países de América llevando un mensaje de hermandad y amor a los niños. Alterna con grandes pedagogos y creadores de literatura infantil. Su fructífera obra le hace merecedor de múltiples reconocimientos entre los que destacan las “Palmas Magisteriales” en el grado de Maestro, que obtuvo en 1992 y la Mención Honorífica del Premio Interamericano de Educación “Andrés Bello” otorgado por la Organización de Estados Americanos en Washington en 1993.

Carátula de una de sus últimas obras

Don Teófilo Maguiña Cueva fue uno de los pioneros de la Literatura Infantil y Juvenil en nuestro país y por tanto uno de los fundadores de la APLIJ. Hasta poco antes de su muerte, acaecida en el 2001, estuvo presente en los Encuentros Anuales de Literatura Infantil y Juvenil con sus textos y ponencias. Un verdadero Señor de las letras ancashinas.