sábado, 23 de mayo de 2015

EL CURA BOLO EN HUARAZ

Un día como hoy, 23 de mayo, en el año de 1964 llega a la parroquia de Mancos el sacerdote Salomón Bolo Hidalgo. ¿Cómo habría enamorado al por entonces Obispo de la Diócesis de Huaraz, Monseñor Teodocio Moreno Quintana, para que le permita ejercer su ministerio en este apartado lugar del Perú? Nadie lo sabe.


El antiguo templo de Mancos que albergó las polémicas pinturas del padre Bolo

Lo cierto es que la fama del "cura Bolo" era muy notoria: se había ordenado como sacerdote luego de estudiar en el seminario de la orden de Santo Domingo y se asimiló al Ejército Peruano en donde llegó a ser Capellán con el grado de Teniente. Eran los tiempos en que el Perú era gobernado por el General Manuel A. Odría. Uno de sus generales, César Pando fundo el "Frente Nacional de Defensa del Petróleo" y a ese partido se adhirió el joven sacerdote. A los oídos del presidente Odría llegó la queja de que un curita soliviantaba los cuarteles con su prédica socialista en defensa del petróleo. Odría expulsó del Ejército al cura Bolo y lo deportó a la Argentina; allí comenzó su fama de "cura comunista".


1962. Marcha en Lima del F.L.N. integrado por los comunistas

El padre Salomón Bolo Hidalgo fundó junto al general Pando el "Frente de Liberación Nacional" que participó en las elecciones de 1962. Durante la campaña, las paredes de las calles de Huaraz aparecían pintadas con las siglas "F.L.N."; algunos muchachos majaderos le borraban la línea horizontal de la L y aparecía: "F.I .N.", que la población huaracina relacionaba con los rumores de "fin del mundo" que se pronosticaba si los comunistas ganaban las elecciones, creando no poca zozobra entre los incautos.
El golpe de estado de 1962 hizo que el padre Bolo terminara con sus huesos en la isla-prisión de "El Frontón", de donde salió más convencido de sus ideas revolucionarias. Al año siguiente, suspendido en sus funciones sacerdotales por la Iglesia Católica, viajó a la Unión Soviética, Asia y a Cuba. Regresó con sendas fotos que se había tomado con los más conspicuos líderes comunistas de entonces: con Nikita Kruschov en la URSS, con Mao Tse Tung en la China, con Ho Chi Ming en Vietnam, con Kim Il Sun en Corea del Norte y por supuesto, con el "Che" Guevara y con Fidel Castro, quienes encabezaban la revolución cubana.


"El Che Guevara me invitó a fumar un puro", solía recordar el padre Bolo.

Decepcionado por las pugnas entre los comunistas criollos, el padre Bolo retornó al seno de la iglesia y llegó a nuestra tierra a hacerse cargo de la parroquia de Mancos.
Fiel a sus ideas, hizo pintar en la cúpula del pequeño templo de Mancos la gloria y el infierno. En el paraíso se puso él y a su lado a Fidel Castro; mientras que en el infierno estaban todos los líderes de la derecha peruana.
Paseaba por Huaraz y le gustaba frecuentar la imprenta de don Raúl Sánchez en el Jr. Ancash. Allí conversaba largo y tendido del futuro de la revolución mundial. Cuando reventó el escándalo de sus pinturas tuvo que alejarse de nuestra tierra para siempre.
Falleció en el 2006 y es recordado por ser el último de una estirpe de luchadores sociales que nunca entraron en componendas con el gobierno ni la patronal.

miércoles, 13 de mayo de 2015

GUARI ,HUARI Y WARI

Un día como hoy, en el año 1983, doña María Rostworotski de Diez Canseco, afamada historiadora, publica su libro "Estructuras andinas del poder: ideología religiosa y política".
en este esencial texto da una lista completa de las deidades andinas veneradas en el antiguo Perú.

La gran historiadora nacional

Menciona que el dios que se veneró en Chavín, fue GUARI, el dios agricultor, el civilizador. Se podía convertir en hombre, culebra o en viento veloz. GUARI, fue el encargado de enamorara la Patsamama para que se deje fecundar y ofrecer generosos frutos a los hombres. También enamoró a la Tamya, la lluvia, para que periódicamente fructifique los frutos de la tierra. Este primer dios andino existió durante mil años, el tiempo que floreció Chavín, entre los años 1,500 y 500 a.C. 
A la imagen del dios GUARI que se encuentra en el templo de Chavín, en la actualidad se le ofende al llamarle despectivamente: Lanzón, o Lanzón Monolítico. Ese no es su nombre. Corrijamos este error histórico. Acostumbrémonos a llamarle con respeto, y digamos: es la imagen del dios GUARI de Chavín.

La gran deidad de los Chavines

En el texto, la historiadora hace mención a la provincia donde se ubica el gran templo del dios GUARI, que es la provincia de HUARI. En los primeros textos de los españoles, ha encontrado que se bautizó al pueblo que sería cabecera de provincia, como CHUQUIHUARI DEL REY. Con el correr del tiempo y por la costumbre de abreviar los nombres, quedó como HUARI simplemente. Con el nombre de HUARI, se conoce a la ciudad capital y a la provincia donde se ubica Chavín, que vale la pena recordar, significa "El Centro del Mundo".

La tierra de los mishicancas

Finalmente señala que mil años después que Chavín dejara de ser "El Centro del Mundo", llegó desde el sur a nuestra tierra una cultura nueva, que tuvo su centro en Ayacucho y se conoce como la Cultura WARI. Los WARI tuvieron su apogeo entre los años 700 y 900 d.C. En "El Castillo" de Huarmey, hace dos años se ha encontrado el entierro de 60 princesas de la élite WARI. Ellos hablaban aymara, por ello en el sur de Ancash, entre Ocros y Bolognesi se utilizan aún algunos términos lingüísticos provenientes del idioma traído por los WARI.

Bonete Wari hallado en Huarmey

No confundamos los términos y llamemos GUARI al dios civilizador andino, HUARI  a la provincia desde donde irradió cultura al antiguo Perú, y WARI  a la cultura que fue el segundo intento de hacer del Perú una gran nación (a saber: la primera fue Chavín y la tercera la Inca). 

domingo, 3 de mayo de 2015

DE SAN SEBASTIÁN AL SEÑOR DE LA SOLEDAD

Un día como hoy, 3 de mayo, fiesta de la Santísima Cruz, hace muchísimos años, se empezó a celebrar al Señor de la Soledad como patrón de Huaraz. Este es un caso muy especial. Pocos son los pueblos que han tenido el atrevimiento de cambiar un patrón por otro. Nuestros antepasados, sin mucho remordimiento, pusieron de lado a San Sebastián.
Sabido es que "el verdadero" patrón de Huaraz es San Sebastián, mártir romano cuya fiesta se celebra el 20 de enero, fecha probable de la fundación de Huaraz (1574) y de todos modos, patrón personal del primer encomendero de Huaraz, el escribano Sebastián de Torres, notario que acompañó a Pizarro en su aventura de Cajamarca y de quien recibió como Encomienda las ubérrimas tierras de Lurin Huaylas en 1534.


Sebastián de Torres estuvo en Cajamarca, y fue el primer Encomendero asesinado por los indios

Cien años después se desarrolla un inusual juicio entre los ayllus de Ichoc y Allauca Huaraz por la posesión de la imagen de San Sebastián. Cada ayllu celebraba durante 4 años seguidos al santo patrón, en forma alterna; el lío se inició cuando los de Allauca no quisieron entregar la imagen a los de Ichoc, llegando el caso a los tribunales. ¿Por qué los indios se mostraban tan apegados al culto a San Sebastián? Ellos celebraban la Capacocha, fiesta del solsticio de verano, que cada cuatro años se convertía en el gran Qapaq Raymi; como estaban prohibidos de festerjarlo el 21 de diciembre, trasladaron los festejos al 20 de enero, día de San Sebastián.
La imagen y el prestigio de San Sebastián pierden valor entre los huaracinos cuando por una grave denuncia, llegan inquisidores enviados por el Tribunal del Santo Oficio, quienes constataron que en la fiesta de san Sebastián se realizaba una práctica verdaderamente grotesca y pecaminosa: a la imagen del santo, que era hueca, la llenaban de vino por un hueco que tenía en la cabeza, y la gente quitándole las flechas bebía el vino que saltaba por los orificios de la heridas. 


El santo asaeteado, en una representación muy común.

En el año de 1699, aparte de las ya existentes, se funda la Cofradía de españoles del Santo Cristo de la Soledad y hacia 1700 llega a Huaraz la imagen del Cristo crucificado. A partir de 1730, a la capilla de la Cruz de Mayo se le empieza a llamar "De la Soledad". Durante el terremoto de 1725, esa capilla fue la que mejor resistió el sismo; atribuyendo ese portento a la imagen que albergaba en su altar mayor. Por este suceso, los huaracinos empezaron a querer y admirar a la santa imagen del Cristo crucificado que muy pronto pasó a llamarse "El Señor de la Soledad".
A la par que declinaba la devoción a San Sebastián, crecía el culto al Señor de la Soledad. Esto se acentúa cuando los indios pasan a integrar las cofradías y con preferencia la del Señor de la Soledad, pues en los cimientos de su templo, se colocaron las piedras sagradas del santuario de Pumacayán. Otro hecho que ayudó a elevar el prestigio del Señor de la Soledad, fue la donación testamentaria de la hacienda de Huapra, cuya producción debía dedicarse a la celebración de su fiesta.


El Señor de la Soledad antes del incendio de 1965