Su verdadero nombre fue Rafael Del Castillo y era huaracino de nacimiento.
Debido a su vida sencilla y generosa, en el pueblo le llamaban "EI Padre Palomita”’.
El tema sugestivo de su vida, tan humana como santa, es motivo de una
larga biografía. Aquí nos concretaremos únicamente a glosar sus predicciones
hechas desde el pulpito, que se han cumplido a cabalidad con el tiempo.
Una de las más recientes, la destrucción de la ciudad de Huaraz con motivo
del cataclismo de 1970, ha venido por decir así, a desempolvar de la memoria de
quienes oyeron de niños que "alguien" había hecho tal predicción, pero se limitaban
a decir: "Dicen que estaba predicho que Huaraz se acabaría", sin decir quien lo dijo.
Gracias al parentesco con la señorita Isabel López Ríos, de una asombrosa
memoria y profunda educación cristiana, Manuel Reina Loli nos ofrece, la versión
oral de las profecías de este siervo de Dios, que murió en olor de santidad, pues
sembraba la paz donde iba, realizaba prodigiosas conversiones, aliviaba toda clase
de necesidades sin tener dinero, porque nunca le faltaban recursos, y lo poco que
tenía se multiplicaba en sus manos maravillosamente.
Así quedó en el terremoto la "La Casa de Pobres", como se conocía antes del 70 a la Casa de Ejercicios
Siendo coadjutor de la Catedral de San Sebastián de Huaraz, fundó con
permiso del Arzobispo, la Casa de Ejercicios en terrenos donados por Ia señorita
Valdez donde en la Cuaresma la gente realizaba los ejercicios espirituales. Así, la
primera semana, correspondía a las damas; la segunda, a los caballeros; la tercera
a las mujeres campesinas; y la cuarta a los campesinos.
Cada cual llevaba Io que podía para permanecer ocho días en retiro sin
volver a su casa. Con los donativos se hacia la olla común.
Una noche de Cuaresma, en 1856, el Padre "Palomita" hizo estas
Predicciones:
“Llegará un tiempo en que la moneda será de papel”. Esto, que parece una tontería ahora, a mediados del siglo XIX era una verdadera novedad, pues sólo se conocían las monedas; en nuestro país circulaba la libra peruana, moneda de oro y las monedas de plata de nueve y cinco décimos. El papel moneda recién apareció en tiempos de la guerra con Chile.
“Llegará un tiempo en el que los hombres dominarán el aire, la tierra, el mar y hasta
lo subterráneo”. Anuncio premonitorio que se adelantó a Julio Verne, el escritor de ciencia ficción que escribió años después novelas como “de la tierra a la luna”, “dos mil leguas de viaje submarino”, “cinco semanas en globo”, etc., que anunciaban el gran desarrollo tecnológico del siglo XX.
“Llegará un tiempo en que los hombres vestirán como mujeres, y las mujeres como
Hombres”. Este vaticinio no merece mayor comentario, pues hoy en día vivimos esta realidad, que claro, era impensable en el Huaraz del siglo XIX.
“Finalmente, llegaré un tiempo en que Huaraz quedará reducida a escombros, y
los forasteros al pasar por la ciudad en ruinas, se detendrán para comentar: ‘Dicen que
ésta había sido una ciudad hermosa’". Este vaticinio es el de mayor vigencia y realidad, pues luego del sismo de 1970, Huaraz ha pasado a ser una ciudad que no se reconstruye, al contrario, viene creciendo desmesura y caóticamente, a tal punto que parece una ciudad en ruinas. Y esto no es ninguna muestra de alarmismo, nos remitimos a lo que manifiestan los turistas que llegan a Huaraz, para ellos, la ciudad es horrible, sólo se salva por sus paisajes, y eso también acabará pues, las invasiones han comenzado a subir los cerros que la circundan y los nevados van quedando sin hielo, su principal belleza.
Diga usted si el "Padre Palomita" era o no acertado en sus predicciones.
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