Un día como hoy, 27 de junio de 1883, tropas del ejército chileno al mando del coronel Arriagada hacen su ingreso a la ciudad de Huaraz que, siguiendo los consejos del "Brujo de los Andes", se había declarado "ciudad abierta" para evitar el saqueo y la matanza inutil de sus habitantes, que habían contribuido largamente en implementar un nuevo ejército (el Ejército del Norte) con gente, armas y vituallamiento.
Días atrás, las tropas del Ejército Unificadas del Ejército Peruano (las del Norte y las del Centro), bajo el mando del general Andrés Avelino Cáceres se trasladaron a Yungay desde donde también un día como hoy se trasladan a la zona de Conchucos por el paso de Llanganuco.
Cáceres dejó que circulara la voz de que regresaba a la zona de Pasco y del Mantaro, en un hábil intento por confundir a los chilenos.
Desesperados, los chilenos se dedicaron a saquear en Huaraz.
La tradición cuenta de dos sucesos que acontecieron en ese entonces.
La madrugada del 27 de junio, un grupo de chilenos e encontraba en las alturas de Macashca arreando reses de la quebrada, cuando un aluvión se precipitó del nevado Rajucolta y de la laguna de Tambillos y mató a los chilenos y a muchos campesinos del lugar.
El mismo día, otro grupo de soldados ingresó al templo de La Soledad, uno de ellos se atrevió a subir al altar mayor para robar las Potencias del Señor (así se llama a su diadema), pero al instante, al chileno se le paralizó la mano y llegando al suelo, quedó fulminado como si un rayo le hubiera quitado la vida.
Los chilenos no la pasaron tan bien en Huaraz, fueron atacados por los campesinos en la quebrada de Llaca y en Cordillera Negra, en un lugar conocido hasta hoy como "chileno ruri".
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