miércoles, 20 de agosto de 2014

BREVE HISTORIA DE PUMACAYÁN

Pumacayán es un santuario cuya existencia tiene larga data. Según el arqueólogo César Aguirre Chanjui, su primera ocupación se dio en la Fase Chaucayán (2,500 a.C.) que es uno de los registros más antiguos de la presencia humana en la zona de Huaraz. Posteriormente se ubicaron en Pumacayán los Chavín, entre los años 1,000 a 500 a.C. Por ese entonces, el templo estaba dedicado al dios Guari, el agricultor.

Nótese el montículo de Pumacayán en antiguos planos de Huaraz

El significado de Pumacayán es polémico, pues se trata de una palabra compuesta Puma = león andino, y cayán; esta última palabra tiene dos interpretaciones: donde se invoca o plaza de ceremonias. De modo que Pumacayán sería el “templo donde se invoca al dios Puma” o “la plaza de las ceremonias al dios Puma”. Particularmente me inclino por la segunda interpretación, pues antiguamente Huaraz no estaba habitado, era un lugar sagrado, una gran explanada donde se realizaban las ceremonias públicas en honor a la deidad que se veneraba en el santuario.

Vista satelital de Pumacayán

Con el correr del templo, y siguiendo una costumbre andina de reutilizar los templos, los Recuay (200 – 700 d.C.) veneraron en Pucayán al Waraq Koyllur, el Lucero del Amanecer. De esta estrella, que en realidad es el planeta Venus, nuestros antepasados tomaron el nombre. Huarás o Huaraz proviene de Waraq. Nosotros seríamos “los adoradores del Lucero del Amanecer”, a mucho orgullo. Y así lo conocieron los Incas y los españoles.

A inicios del siglo XVIII, por orden del Virrey se dispuso retirar las piedras que circundaban los muros de Pumacayán para construir con ellas el hospital de Belén. Allí empezó su destrucción. Destrucción que fue agravándose con el paso del tiempo. 
En la actualidad se ha iniciado el proceso de recuperación de Pumacayán con el retiro de los invasores de la zona alta de este gran templo andino.
Se está recuperando Pumacayán para la investigación arqueológica

viernes, 15 de agosto de 2014

LOS INCAS EN NUESTRO SUELO

Históricamente los Incas llegan al departamento de Ancash entre 1460 y 1470, durante los últimos años de gobierno del Inca Pachacútec. Es el hermano de éste, Cápac Yupanqui quien comanda a cincuenta mil hombres de guerra. A decir de Garcilaso[1], los Pincu, habitantes de la zona de Chavín y Huari, aceptaron dócilmente el yugo imperial, cosa que no hicieron Huaras, Piscobambas y Conchucos, quienes por el contrario se amotinaron y convocaron para acudir a la defensa común. La guerra fue cruelísima y duró seis meses, sin que haya un claro vencedor. Ante esta situación los Incas acudieron a otras tácticas: los acosaron por el hambre  y las privaciones. Cuando la mortandad fue grande entre mujeres, niños y ancianos, recién los valientes ancashinos aceptaron su derrota.

La maquinaria de guerra Inca se puso a prueba en nuestra región

Los Incas impusieron sus costumbres. La principal fue la obligación de venerar al Taita Inti por sobre las deidades locales. Otra costumbre que impusieron fue realizar anualmente las peregrinaciones al Cusco, portando a los ídolos venerados en el lugar. Al norte del Callejón de Huaylas se veneraba a Katequill, que ocupaba el tercer lugar en el templo del sol, sólo tras éste y Pachacamac.
Los Incas adoptaron el idioma del Tahuantinsuyo por disposición expresa de Pachacútec[2].
La arquitectura inca, con vanos piramidales y el uso de piedra pulida se implantó en la región. Kanapún, sitio arqueológico sobre el que se levanta el colegio Antonio Raimondi, en Huarás, tiene unas bellísimas paredes incas. Otra construcción inca de esa época es Pueblo viejo en Recuay que fue remodelado completamente para ser utilizado como centro administrativo.

Construcción en Pueblo Viejo, Recuay

Mayor influencia cultural no se pudo notar pues sólo 60 o 70 años gobernaron los Incas en el Callejón de Huaylas.
Gran resentimiento causó entre los vencidos la forma como los Incas conquistaron su tierra y los levantamientos no se hicieron esperar. Entonces los Incas emplearon otra de sus tácticas de conquista: establecieron los lazos de sangre como una forma de ganarse la confianza y la alianza de los vencidos. Así, el nieto de Pachacútec, el inca Huayna Cápac toma como esposas a Contarhuacho y Anas Colque[3], ambas hijas de Pomapacha. Las consecuencias de estas alianzas se verían tiempo después, en tiempos de la presencia española.

Huascar fue muerto en Andamarca, zona de Conchucos

Durante la guerra civil entre Huáscar y Atahuallpa, la gente del Callejón de Huaylas apoyó al bando de Atahuallpa. Por ello ante la presencia de los españoles, siguieron la suerte del último inca.
Contarhuacho fue madre de Quispe Sisa, quien después se casaría con Francisco Pizarro, en un desesperado intento de Atahuallpa por salvar su vida estableciendo lazos de sangre con el invasor, hábil jugada política que jamás entendió el bárbaro español. Ella fue bautizada como Inés Huaylas Yupanqui.
En cambio, Anas Colque fue madre de Paullo Túpac, que por ser varón, fue llevado al Cusco a ser educado a la usanza inca. Los acontecimientos posteriores pusieron a Paullo en la línea de sucesión imperial. Por ello se enfrentó a su medio hermano, Manco Inca. Paullo, el hurasino, llegó a ser coronado Inca en 1537, y ha sido el único Inca que no nació en el Cusco.

Los restos de Paullo Inca, en el templo de San Sebastián, en el Cusco



[1] GARCILASO DE LA VEGA, Inca. (1554) Comentarios Reales de los Incas. Libro VI. Capítulo XII.
[2] Los lingüistas coinciden en que el quechua es originario de las costas de Ancash y Lima y luego subió a la sierra. Los Incas que hablaban Pukina, lengua aymara, notaron la versatilidad del quechua del Chinchaysuyo y lo adoptaron como lengua oficial del Tahuantinsuyo.
[3] Waldemar Espinoza analiza a profundidad la poliginia incaica en el caso de estas dos señoras huaylinas en su trabajo Dos casos de señorialismo feudal en el imperio Inca. Resalta el hecho de que Anas Colque, nacida en Huarás, fue llevada al Cusco con su hijo varón quien llegaría a ser Inca Paullo, mientras que Contarhuacho, natural de Huaylas, se quedó en su tierra por haber dado una hija mujer, Quispe Sisa, a Huayna Cápac. En este caso se nota claramente que llevando a educarse al Cusco a los hijos varones, los Incas aseguraban el dominio de las naciones a las que pertenecían.

sábado, 26 de julio de 2014

CERÁMICA RECUAY EN EL GRAN PAJATÉN

El complejo arqueológico ''Gran Pajatén'' fue descubierto por el alcalde del distrito de Pataz (La Libertad) el 27 de setiembre de 1964.  

Estos restos fueron hallado en el lugar.

El Gran Pajatén sería una ciudadela de la cultura Chachapoya, y un enigma de nuestro pasado por la falta de estudios arqueológicos para comprenderlo, pero se asumió que este lugar perteneció a la Cultura Chachapoyas (1200 - 1500 d.C).
Los restos del Gran Pajatén han sido estudiados con intensidad desde 1985, con afirmaciones como que fue un enclave serrano tardío para la colonización agraria de la selva.
Fueron los cronistas de los siglos XVI y XVII quienes dejaron referencias históricas y etnográficas sobre las culturas andinas tardías que recogieron con las tradiciones orales.
¿Y qué tiene que ver el Gran Pajatén con nosotros los ancashinos? Pues acomódese estimado lector que aquí vien lo bueno.
Un día como hoy, 26 de julio de 2003, arqueólogos que estudiaban este complejo preincaico, encontraron en los niveles más profundos del sitio, un amplio muestrario de cerámica típicamente Recuay, con su característica particular del uso del caolín de Taricá.

Típico ceramio Recuay hallado en el Gran Pajatén

Esto cambió todo el panorama de estudios del lugar arqueológico. Y se alzó la gran interrogante: ¿qué hacían los ceramios Recuay en un lugar tan alejado? ¿Llegaron los Recuay tan lejos? ¿Hubo un intercambio cultural?
No olvidemos que la cultura Recuay (200 - 700 d.C.) ocupó todo el departamento de Ancash: Vertientes, Callejón de Huaylas y Conchucos. Y tras el río Marañón también se hallan sus vestigios (Tinyash). Ahora, el río Marañón une Ancash con La Libertad y San Martín, donde se ubica el Gran Pajatén. Pues esa sería la ruta para que la cerámica y por cierto, la cultura Recuay, llegó al Gran Pajatén.
De modo que siguen las especulaciones. Nos quedamos con una gran verdad: la cultura Recuay, que algunos prefieren llamar cultura Huaylas, ha tenido presencia macrorregional.
Ahora, lo que queda es determinar quién llevó esa cerámica al Gran Pajatén. Fueron avanzadas de los Recuay o fueron los "chunchos" que incursionaron en nuestro suelo y tomaron como trofeo esa preciosa cerámica.

Las pallas de Pomabamba haciendo una cabaña mientras buscan a sus parejas.

En Conchucos hemos encontrado cuatro danzas que hablan de este hecho histórico. En Pomabamba "Tinya palla" es danzado por damas que andan en busca de sus maridos perdidos. En Piscobamba, otra danza nos enseña cómo las damas del lugar con la ayuda del Auqui "civilizan" a unos chunchos invasores y les enseñan la agricultura. Los "Ayancuri" de Llapo son danzantes salvajes que demuestran su poderío. Finalmente,en Llamellín tenemos "El duende, las Pallas y los Auqas", damas del lugar que vencen a los "auqas" o "chunchos". 

Pallas de Llamellín con su Auqui o duende.

¿Estas danzas y otras que hacen alusión a la presencia de "chunchos" en nuestra tierra, parten del hecho histórico que comentamos? ¿Los Recuay fueron tan interculturales que no solo interactuaron con los Moche sino que también lo hicieron con los Chachapoyas? 
Mayores investigaciones despejarán estas dudas.

sábado, 19 de julio de 2014

EL HABLA EN NUESTRA PATRIA CHICA


Ancash tiene en términos culturales cinco sub regiones bien definidas. En la costa aparentemente existe influencia de la cultura occidental y se habla comúnmente el castellano, no obstante muchos pobladores que migraron de la sierra aún conservan su carga lingüística y cultural. En la zona norte también sólo se habla castellano por cuanto allí se hablaba el Culle, idioma ya extinguido, más la carga cultural predominante es la andina. En el Callejón de Huaylas existen dos variantes del quechua, uno entre Recuay, Aija y Huaraz donde el habla es fuerte y el uso de la “j” es notorio (jeno, jara, jaka, etc) y otro entre Carhuaz y Huaylas donde no se pronuncia la “j” (eno, ara, aka, etc), siendo el quechua más delicado; coincidentemente, en las tres primeras provincias, no existía el latifundio y siempre sus pobladores se mostraron más liberales, pero entre Carhuaz y Huaylas sí habían grandes hacendados y eran las provincias más conservadoras.

En Conchucos, donde se generaliza el sonido “gh” que se diferencia del “q” del Callejón, también tenemos dos variantes de su quechua y de su cultura: al sur, en Huari se dice “uma” a la cabeza, mientras que al norte, en Pomabamba se le llama “pegha”; de igual modo, en Conchucos sur existía mayor liberalismo y poco latifundio, todo lo contrario que en Conchucos Norte. 
Finalmente, en la zona sur se utilizan muchos préstamos del aymara, habida cuenta que en determinada época (siglos IX y X), la región tuvo presencia Wari, y las provincias que la conforman han mantenido vigente usos y costumbres ancestrales muy diferentes a las del resto de la región como la pervivencia del uso de los quipus en las ceremonias funerales. Las particularidades idiomáticas expresan las diferencias históricas y culturales. Es por ello que tenemos una gran diversidad cultural en Ancash, que constituye su Patrimonio Cultural Inmaterial.

domingo, 6 de julio de 2014

MAESTRO QUE DEJA HUELLA

Un día como hoy, 6 de julio en 2012, se premiaba en la Dirección Regional de Cultura a un docente destacado de la I.E. "Jesús Nazareno" de Shancayán en Huaraz, por su labor innovadora en las aulas: tiempo atrás ese profesor llevó un buen día a sus alumnos a nuestro Museo Regional y los motivó a hacer un proyecto muy sencillo de crear una aplicación web con sus impresiones. 
Dos años después, ese mismo joven docente, vuelve a ser premiado, pero esta vez a nivel nacional por ser el ganador del concurso "Maestro que deja huella". Y todos lo vimos por la TV, allí estaba él, sencillo como siempre, recibiendo de manos de la Primera Dama tan significativo premio.


Este brillante maestro huaracino se llama Juan Cadillo León. Ex alumno del Instituto Pedagógico Superior de Huaraz, se ha especializado en llevar la tecnología a su aula y comparte todas sus experiencias por youtube. 
Y el hombre ya conoce lo que es ser premiado por su labor, pues la empresa Telefónica lo ha llevado a España en dos ocasiones, en reconocimiento a su gran esfuerzo.


Huelgan comentarios...

En esta oportunidad, Juan Cadillo presentó un proyecto de cómo enseñar matemática con juegos recreativos y eso le sobró para llevarse el primer lugar del concurso "Maestro que deja huella" dejando atrás a cientos de maestros innovadores.
Todos los días, Juan Cadillo bajaba de su casa en el barrio de Belén hasta el Jr. 28 de Julio a esperar la línea "Z" para subir hasta su escuelita en Shancayán. Ya no le veré más en ese afán, pues parte del premio que ha recibido es un automóvil chilla chilla, nuevecito.
¡Que bien por Juan Cadillo! ¡Que surjan cientos como él! ¡Feliz Día Maestro!