Históricamente
los Incas llegan al departamento de Ancash entre 1460 y 1470, durante los
últimos años de gobierno del Inca Pachacútec. Es el hermano de éste, Cápac
Yupanqui quien comanda a cincuenta mil hombres de guerra. A decir de Garcilaso[1], los
Pincu, habitantes de la zona de Chavín y Huari, aceptaron dócilmente el yugo
imperial, cosa que no hicieron Huaras, Piscobambas y Conchucos, quienes por el
contrario se amotinaron y convocaron para acudir a la defensa común. La guerra
fue cruelísima y duró seis meses, sin que haya un claro vencedor. Ante esta situación
los Incas acudieron a otras tácticas: los acosaron por el hambre y las privaciones. Cuando la mortandad fue
grande entre mujeres, niños y ancianos, recién los valientes ancashinos
aceptaron su derrota.
La maquinaria de guerra Inca se puso a prueba en nuestra región
Los Incas
impusieron sus costumbres. La principal fue la obligación de venerar al Taita
Inti por sobre las deidades locales. Otra costumbre que impusieron fue realizar
anualmente las peregrinaciones al Cusco, portando a los ídolos venerados en el
lugar. Al norte del Callejón de Huaylas se veneraba a Katequill, que ocupaba el
tercer lugar en el templo del sol, sólo tras éste y Pachacamac.
Los Incas
adoptaron el idioma del Tahuantinsuyo por disposición expresa de Pachacútec[2].
La
arquitectura inca, con vanos piramidales y el uso de piedra pulida se implantó
en la región. Kanapún, sitio arqueológico sobre el que se levanta el colegio
Antonio Raimondi, en Huarás, tiene unas bellísimas paredes incas. Otra
construcción inca de esa época es Pueblo viejo en Recuay que fue remodelado
completamente para ser utilizado como centro administrativo.
Construcción en Pueblo Viejo, Recuay
Mayor
influencia cultural no se pudo notar pues sólo 60 o 70 años gobernaron los
Incas en el Callejón de Huaylas.
Gran
resentimiento causó entre los vencidos la forma como los Incas conquistaron su
tierra y los levantamientos no se hicieron esperar. Entonces los Incas
emplearon otra de sus tácticas de conquista: establecieron los lazos de sangre
como una forma de ganarse la confianza y la alianza de los vencidos. Así, el
nieto de Pachacútec, el inca Huayna Cápac toma como esposas a Contarhuacho y
Anas Colque[3],
ambas hijas de Pomapacha. Las consecuencias de estas alianzas se verían tiempo
después, en tiempos de la presencia española.
Huascar fue muerto en Andamarca, zona de Conchucos
Durante la
guerra civil entre Huáscar y Atahuallpa, la gente del Callejón de Huaylas apoyó
al bando de Atahuallpa. Por ello ante la presencia de los españoles, siguieron
la suerte del último inca.
Contarhuacho
fue madre de Quispe Sisa, quien después se casaría con Francisco Pizarro, en un
desesperado intento de Atahuallpa por salvar su vida estableciendo lazos de
sangre con el invasor, hábil jugada política que jamás entendió el bárbaro
español. Ella fue bautizada como Inés Huaylas Yupanqui.
En cambio,
Anas Colque fue madre de Paullo Túpac, que por ser varón, fue llevado al Cusco a ser
educado a la usanza inca. Los acontecimientos posteriores pusieron a Paullo en
la línea de sucesión imperial. Por ello se enfrentó a su medio hermano, Manco
Inca. Paullo, el hurasino, llegó a ser coronado Inca en 1537, y ha sido el
único Inca que no nació en el Cusco.
Los restos de Paullo Inca, en el templo de San Sebastián, en el Cusco
[1] GARCILASO DE LA VEGA ,
Inca. (1554) Comentarios Reales de los
Incas. Libro VI. Capítulo XII.
[2] Los lingüistas coinciden en que el quechua es originario de las costas
de Ancash y Lima y luego subió a la sierra. Los Incas que hablaban Pukina,
lengua aymara, notaron la versatilidad del quechua del Chinchaysuyo y lo
adoptaron como lengua oficial del Tahuantinsuyo.
[3] Waldemar Espinoza analiza a profundidad la poliginia incaica en el
caso de estas dos señoras huaylinas en su trabajo Dos casos de señorialismo feudal en el imperio Inca. Resalta el
hecho de que Anas Colque, nacida en Huarás, fue llevada al Cusco con su hijo
varón quien llegaría a ser Inca Paullo, mientras que Contarhuacho, natural de
Huaylas, se quedó en su tierra por haber dado una hija mujer, Quispe Sisa, a
Huayna Cápac. En este caso se nota claramente que llevando a educarse al Cusco
a los hijos varones, los Incas aseguraban el dominio de las naciones a las que
pertenecían.
LA HISTORIA DE LOS INKAS, NO TERMINA. LA SEGUIMOS VIVIENDO DIA A DIA EN CANTIDAD DE DETALLES COTIDIANOS, QUE HACEN IMPOSIBLE PARA MI NO SENTIRLA A FLOR DE PIEL.
ResponderEliminarLA HISTORIA DE LOS INKAS, NO TERMINA. LA SEGUIMOS VIVIENDO DIA A DIA EN CANTIDAD DE DETALLES COTIDIANOS, QUE HACEN IMPOSIBLE PARA MI NO SENTIRLA A FLOR DE PIEL.
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