Un día como hoy, 5 de noviembre en el año de 1884, el recién llegado Prefecto iglesista, coronel Francisco Noriega, ordena la expulsión de Huaraz de todos los caceristas que se encontraban escondidos en la ciudad.
Sabido es que el año anterior, 1883 culminó la Guerra con Chile luego de la derrota en los campos de Huamachuco, el 10 de julio, con gran mortandad en el campo peruano. Cáceres pasó por Huaraz dirigiéndose al centro del Perú para reorganizar sus fuerzas y en nuestra ciudad quedaron muchos de sus partidarios escondiéndose de la persecución primero de los chilenos y luego de los iglesistas. Esto porque quien aprovechó de la derrota y firmó una vergonzosa paz con el enemigo (Tratado de Ancón) fue el hacendado cajamarquino Miguel Iglesias, siendo reconocido por ellos como Presidente del Perú.
El entreguista M. Iglesias nombró Prefecto de Ancash al Crnl. Francisco Noriega
Nuestro país es especial. En plena guerra con Chile, estábamos con una guerra civil entre caudillos.
Con Iglesias en el gobierno, Cáceres pasó a ser la oposición y trabajaba por derrocarlo. Iglesias comprendió que debía eleminar a los partidarios de Cáceres para mantenerse como Presidente, es por ello que la orden que emitió Francisco Noriega estaba orientada en ese sentido.
Los partidarios de Cáceres se habían refugiado en Huaraz en julio de 1883
La guera había dejado al país en bancarrota. El gobierno nacional, sin recursos, dejó en libertad a las prefecturas buscar fondos para reactivar las instituciones.
Noriega empezó mal su gobierno en Huaraz y terminó mal. A los pocos meses se le ocurrió reabrir la Corte Superior de Justicia de Ancash, que se había cerado durante la guerra. Por ello dispuso el pago de dos soles de plata como Contribución Personal a todos los ciudadanos. Esta medida fue mal pensada por dos razones. Primero, no había monedas por la guerra; y en papel moneda, diez soles equivalía a un sol en metal. De modo que era oneroso conseguir tanto dinero. Segundo, la contribucion personal la debían pagar todos, no solo los indios como era costumbre.
Ya lo que sucedió en febrero de 1885 es harto conocido. Los mishtis se negaban a pagar y cuando se exigió que lo hagan los campesinos, éstos presentaron un memorial encabezados por el Alcalde Pedáneo de los caseríos del Distrito de Independencia, un tal Pedro Pablo Atusparia, catapulcado a raíz de este hecho a la inmortalidad.
Atusparia se yergue en la Plaza de Armas de Huaraz
La Revolución Campesina de 1885 en Ancash, fue apoyada inicialmente por los caceristas que se escondían de Noriega; y entre los más connotados estaban el poeta y periodista limeño Luis Felipe Montestruque quien sería el Secretario General de la revolución; el abogado Mosquera que asumió la prefectura al inicio de la revolución. Otro cacerista en la contienda fue Pedro Celestino Cochachin de la Cruz Huarca, más conocido por su alias de "Uchcu Pedro"; él fue Jefe de Milicias en la batalla de Huamachuco, es decir, líder de una partida guerrillera. Al final de la guerra se refugió en sus minas de Uchcu, en Carhuaz y cuando ya la revolución dejó su etapa de masas en mayo de 1885, se atrincheró en la Cordillera Negra por largos meses, esperando el apoyo de Cáceres que nunca llegó.
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