domingo, 19 de octubre de 2014

LA GRAN INFLUENCIA DE CHAVÍN

No hace muchas semanas atrás, las noticias señalaban que en la costa norte del Perú se había encontrado un importante sitio arqueológico de tres mil años de antigüedad, con clarísimas señas de pertenecer a la cultura Chavín.
Esto se une a otros hallazgos de los últimos años: en Congona, Lambayeque y en Pacopampa, Cajamarca. En estos lugares se han hallado claras evidencias de la influencia Chavín en el llamado Período Formativo de nuestra cultura.


Piedra tallada al estilo Chavín hallada en Congona

Pero no solamente en la costa o en el norte del Perú se encuentran evidencias de la gran influencia Chavín. En la zona centro, entre Huánuco y Pasco, se han ubicado decenas de sitios arqueológicos con clara influencia Chavín.
En el mismo Kotosh, el afamado sitio de las Manos Cruzadas, que ahora prefieren llamar, de los Brazos Cruzados, se han encontrado ceramios y muros de la época Chavín.
Shiracoto es otro sitio Chavín en Huánuco, un amplio complejo religioso, reflejo de la influencia del dios venerado en Chavín.


La típica tecnología Chavín en la construcción de edificios

Magmapunta también es considerado un importantísimo sitio Chavín. Pero es en el distrito de Margos, en la provincia de Huánuco, donde se han registrado hasta 25 complejos arqueológicos con influencia Chavín.
Y si nos trasladamos a Pasco, allí se halla Yarhuasin, que es a la fecha, el más grande sitio arqueológico con influencia Chavín encontrado en la sierra central del país.
¿Cuál ha sido la clave del éxito de los Chavín, que han podido influir en el norte, centro y sur del país durante el primer milenio anterior a nuestra era (1500 a 500 a.C.)?
Las evidencias nos señalan que su influencia era muy poderosa, pues era a nivel religioso. Ha sido el Gran Dios Guari de Chavín quien logró unificar voluntades en tiempos en que el antiguo Perú buscaba definir su identidad.


A la imagen del dios Guari algunos lo siguen llamando con el peyorativo sobrenombre de Lanzón

El Dios Guari, el civilizador, el agricultor, el magnánimo dios que enseñó a los hombres a sembrar en las chacras maíz y papa, el que les enseñó a manejarse bien ante los embates del Fenómeno El Niño, y que difundió los ancestrales principios de la dualidad, la reciprocidad y la redistribución. Ese dios fue la base del gran éxito cultural que representó Chavín para los perunaos.  

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