martes, 8 de mayo de 2012

LOS SHACSHAS DE HUARAZ


El Señor de Mayo, "paso" o "doble" del Señor de la Soledad.

Un día como hoy, 8 de mayo, desde el siglo XVIII, año a año se da inicio a los festejos de la Octava del Señor de Mayo. El 8 de mayo es el rompecalle o "el rompe" a secas, día en el que los danzantes inician su peregrinar por cinco días dando idas y vueltas por el barrio de La Soledad y las principales calles de Huaraz.

La danza que hoy en día mejor caracteriza esta fiesta es la de los "Shacshas", fenómeno cultural que tomó fuerza en los últimos quince años y que hoy en día atrapa a la juventud huaracina. Cerca a sesenta nuevos grupos de "Shacshas" conformados por jóvenes escolares de ambos sexos, toman las calles para bailar devotamente para el Señor de La Soledad.

Pero la Octava del Señor es también es la fiesta de los "Huanquillas", los "Antihuanquillas", y los "Atahuallpas". Ya no sale en estos últimos años la "Yurihua", danza del caserío (hoy Centro Poblado) de Paria.

Shacshas de "Flor de Huaraz". Con peluca rubia don Victorino Salazar

Los "Shacshas, es una danza ritual con reminiscencias agrícolas. Se ejecuta durante cinco días, del 8 al 12 de mayo, en la octava de la fiesta del Señor de la Soledad de Huaraz, siendo el día central el 10 de mayo. También hay Shacshas en Carhuaz y Huaylas. La danza de los "Shacshas" ha sido reconocida por el INC como "Patrimonio Culturla de la Nación" desde el año 2008.

En Yungay se hacen llamar "Shaqapas" los "Shacshas" del lugar.

Los Shacshas, cuyo número varía entre 15 y 31, son capitaneados por el “Campero” quien ordena los cambios de paso o mudanzas y visten montera con plumas pequeñas o sin ellas, peluca y máscara con rostro de mujer; saco o monillo de preferencia de color blanco; pantalón del mismo color adornado por pañoletas; rematan su vestuario con un chicote y las shacapas que portan en la pantorrilla y producen el sonido característico que da nombre a esta danza. Los Shacshas se comprometen a bailar para el Señor durante siete años consecutivos.

En el aspecto ritual señalaremos que los "Shacshas", también llamada antiguamente "china danza", auna en el danzante las características de ambos sexos y con ello lo convierte en ser ser espiritual; es un varón con peluca, monillo, y medias de mujer. Trasciende así lo humano y se acerca a la divinidad, por ello se convierte en interlocutor del Señor, en una especie de sacerdote que lleva a la deidad los deseos, súplicas y anhelos del pueblo huaracino.

Joven danzante de "Shacsha" con pañoleta en mano

En Huaraz, esta danza ha sufrido modificaciones en los últimos años, nuevos grupos de jóvenes danzantes no respetan los cánones y reemplazan elementos básicos como utilizar pañoletas en lugar de chicotes (símbolo del rayo, divinidad agrícola). Quienes mantienen la tradición son los grupos “Flor de Huaraz” de Victorino Salazar y “Corona del Señor de Mayo” de la “caporala” doña Lola Sánchez, también está el grupo de "Shacshas" de la familia Romero y "San Miguel" del C. P. de Paria.

Los músicos que acompañan esta danza ejecutan sus melodías con chiscas, tinyas (llamados comunmente "burros" por ser de la piel de este animal que los elaboran) y un violín.

¡A bailar por siete años consecutivos según la tradición! ¡A bailar que el Señor en reciprocidad nos dará un buen año, lleno de salud y prosperidad!

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