martes, 22 de abril de 2014

HIJOS DE LA TIERRA

Desde algún tiempo se celebra un día como hoy, el Día Internacional de la Tierra. La UNESCO tuvo esta ocurrencia para llamar la atención y reflexionar sobre el irremediable daño que le hacemos a nuestra casa, la tierra. Si ahora hablamos de efecto invernadero, del cambo climático y los desastres naturales, es porque la tierra ha empezado a reaccionar ante el brutal ataque que ha sufrido especialmente a partir del siglo XX.


                     El calentamiento global tendrá consecuencias terribles sobre la tierra

Y no hablemos de ideologías porque tanto el capitalismo como el socialismo se dieron maña en competir por quien "explotaba" más y mejor los "recursos naturales", es decir, los dones de nuestra madre tierra.
Por ello vale la reflexión sobre nuestra cultura andina y su relación con la Patsa Mama. Mientras que en occidente tenemos una piramide en la que encabeza el hombre y al pie están todos los seres vivos, en el Ande tenemos un círculo dentro del cual se ubican todos los seres, sin que ninguno se atribuya posición de mando alguna.
Esta visión holística del hombre andino marca la diferencia. Mientras que en occidente se habla del Homo Faber, el que transforma la naturaleza, la domina y explota; en el Ande nos consideramos una suerte de Homo Parterus, que ayuda a su madre a dar vida y a acrecentarla. Son dos visiones diametralmente diferentes, pero ya vemos a lo que ha conducido el punto de vista occidental.

Bendita seas Patsa Mama por ser tan generosa con los hombres

Por ello en este Día de la Tierra nuestra admiración a la grandeza de nuestros antepasados que con infinito amor consiguieron lo que para muchas culturas ha sido una meta muy alta: brindar alimento sano y suficiente para todos sus habitantes. La clave estuvo en que supo consolidarse como una cultura agrícola, y ahora vemos sus logros: de los cuatro alimentos básicos que hoy consume la humanidad, dos lo ha aportado el Ande peruano, el maíz y la papa.
Lejos de solazarnos en los exitos y aportes de nuestros ancestros, en este día hagamos compromisos para aliviar a nuestra madre la tierra. Comprometámonos a no utilizar en demasía el plástico, que es tan difícil de descomponerse. Comprometámonos a no utilizar en forma desmesurada la energía eléctrica. Con un poco de criterio, podemos ayudar a revivir a nuestra madre, la tierra. Que no se diga que nuestra generación fue la culpable de su destrucción.



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