La primera causa de la Revolución Campesina de 1885 en Ancash fue la extrema pobreza en que se hallaba el campesino ancashino luego de cinco años de guerra (1789-1883). A esta guerra nuestro departamento contribuyó con hombres (unos 5 mil levados), dinero (se desmantelaron todos los templos para solventar los gastos de guerra), víveres (se arrasaron los campos para el sostenimiento de la tropa) y animales (no solo para cabalgadura sino para el rancho).
Por esta ruta, la de Llanganuco, las tropas de Cáceres cruzaron la Cordillera Blanca en junio de 1883.
Los chilenos se encargaron de destruir con alevosía la infraestructura
económica del país. Tomemos como ejemplo a la expedición Lynch, que se dedicó a
destrozar las pocas industrias que por entonces se implementaban en la costa
norte del país, especialmente en nuestro departamento; arrasaron con haciendas
cañeras y algodoneras. “Según Vicuña Mackenna, fueron los chinos que usados por
los chilenos incendiaron y devastaron el fabulosos ingenio de Palo Seco en la
costa ancashina”. Sus
tropas destrozaron además lo avanzado en el tendido de líneas del ferrocarril
Chimbote Huaraz.
Revolver utilizado en la guerra del Salitre, hallado en Huaraz
Pero quien sufrió con mayor ímpetu los fragores de la guerra fue el
campesino. En el caso de Ancash, el campesino fue el más afectado, pues no sólo
se le llevó a pelear como carne de cañón,
sino que además se le quitó su ganado, se le confiscó su producción y encima se
le impuso cupos. De modo que al final de la guerra, el más arruinado fue el
hombre del campo.
En Huamachuco quedaron los cadáveres de cientos de campesinos ancashinos
Como la advirtió el Prefecto Porturas en 1884, en su carta de renuncia al
cargo: “la vida es insoportable, no hay qué comer. Hasta la última choza está
en peligro de ser saqueada”. Todo estaba preparado para el estallido de una
gran subversión social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario