sábado, 28 de junio de 2014

EL VIAJE DEL OBELISCO TELLO

Un día como hoy, 28 de junio de 1919 el sabio J. C. Tello coloca en la entrada de las facultades de Letras y Educación de la Universidad de San Marcos en Lima, la gran huanca que él mismo hizo trasladar desde Chavín y que con el tiempo llevaría su nombre y ahora es conocido como el "Obelisco Tello".

Tello fue convencido por Antúnes de Mayolo para realizar una viaje a Chavín

Telló realizó su primera visita a Chavín al frente de la primera expedición universitaria de San Marcos en mayo de 1919. En esa época, para ingresar al "Castillo", había que atravesar el río Mosna por un puente de piedra. Tello anota en su diario de viaje que junto al indicado "Castillo" encontró un fragmento de la parte superior del obelisco, en el atrio del templo de Chavín se encontraba el resto de tan importante objeto arqueológico. 

Nótese la unón de la parte fracturada

Viendo la importancia que a su parecer tenía la huanca, Tello comunicó a las autoridades su decisión de trasladar la piedra a Lima, pero encontró férrea oposición. Entonces designó a su asistente Angel R. Torres para que éste se encargue de los acuerdos y del traslado.
Torres relata que una vez conseguida la autorización de los notables de Chavín, contrató a 30 hombres para que carguen la piedra sagrada en "chakanakas". La ruta elegida fue el antiguo camino de Chavín a Olleros por el paso de Yanashallas. Tanto sería el peso de la piedra que los 30 cargadores desertaron a la segunda noche. Torres tuvo que pedir ayuda a las autoridades de Recuay para que vayan en su auxilio. Sólo así pudo hacer llegar la piedra hasta Aija. 
En la actualidad, el Obelisco se halla en el Museo Nacional Chavín

Desde Aija el Obelisco fue llevado al puerto de Huarmey. Y recién a mediados de junio llegó a Lima. El doctor Tello dio cuenta de los resultados de su expedición científica, señalando que de aucerdo a ella, Chavín se constituía en la cuna de la civilización andina, y que en ese magnífico obelisco se hallaba resumida en imágenes la cosmovisión del primigéneo hombre andino.
Noventa años después, el Obelisco Tello ha regresado a su terruño.


sábado, 14 de junio de 2014

FUTBOL Y TERREMOTO

Un día como hoy en 1970 Perú se enfrentaba a Brasil en el Mundial de México. Era una gran selección, quizás la mejor selección peruana de todos los tiempos, frente al sideral equipo carioca que lideraba Pelé, junto a Tostao, Carlos Alberto, y una serie de estrellas que al decir de muchos entendidos fue la mejor selección que haya tenido ese país. Y habíamos pasado la primera ronda junto a Alemania, eliminando a Camerún y Bulgaria.


Con Rubiños en el arco la defensa es colosal... Y Didí era el entrenador

Los brasileños nos ganaron 4 a 2 y ese año se coronaron tricampeones llevándose a casa para siempre la Copa Jules Rimet, un macizo de oro que pesaba más de tres kilos.
Acá en Huaraz no veíamos ese campeonato, apenas lo podíamos escuchar por la radio y desde nuestras carpas, en los campamentos. ¿Quiénes no vibramos  ese 2 de junio, apenas salidos del susto del terremoto cuando Perú después de ir perdiendo 2 a 0 le volteó brillantemente el partido a Bulgaria para terminar 3 a 2 con goles de Cubillas, Gallardo?

El "granítico" Héctor Chumpitaz, gran capitán de la selección peruana

Ahora que hace unos treinta años que no vamos a un mundial, añoramos esa época. Y no iremos por varias décadas más si no se toman medidas radicales. Pues la solución a los problemas de nuestro futbol nacional no es el que nos proponen los señores Burga ni Mallqui.  (A propósito, acá ya no se juega el futbol, ese que es profesional, de alto rendimiento y gran exigencia; acá solo jugamos “fulbo”, con su apéndice “fulbito” y su consecuencia lógica y muy peruana “full vaso”).
Comparto una experiencia real. En 1986 viajé por primera vez a Europa a hacer música. Viví dos meses en Suiza y fui testigo de los sufrimientos de ese pueblo por el futbol: nunca clasificaban a un mundial y lloraban en cada eliminatoria. El gobierno, hizo una encuesta de satisfacción ciudadana y vio que el futbol era una pasión nacional y buscaron un remedio.
Soy testigo, regresé a Suiza en 1990 y vi un cambio radical. Todas las noches se iluminaban los campos deportivos y decenas de niños trotaban tras una pelota. Suiza planificó que en 15 años debía tener resultados. Y sí que los tuvieron: éste es el tercer mundial consecutivo al que asisten (mañana juega contra Ecuador), son campeones mundiales sub 17 y sus jugadores se pasean por las mejores ligas del mundo.

Desde niños forman a sus jugadores, como debe de ser.

¿Algún día planificaremos a largo plazo como los suizos? ¿Cuándo podré escribir “un día como hoy Perú tuvo su cuarta participación en un mundial de futbol”?

viernes, 6 de junio de 2014

EL MITO DE LOS HUARIS: MITO FUNDACIONAL DEL PUEBLO ANCASHINO

A propósito del día del Medio Ambiente, un homenaje al pueblo ancashino, que desde sus orígenes fue el más ecologico del mundo. El mito que ponemos a consideración fue recogido hace 99 años (en 1915) por Santiago Antúnez de Mayolo en Chavín.

EL MITO DE LOS HUARIS

EL HANA PATSA 
   Al principio solo existía el humo y la oscuridad era total, indigna; y del humo surgió el Mundo de Arriba, con sus celestiales moradores: el Taita Inti, con su gran cabellera dorada; la Mama Quilla, su esposa, la de la sonrisa de plata; y sus hijas, las Koyllur, alegres en su resplandor. También estaban, entre otros, el terrible Illapa, el que refulge y brama; el colérico Shukukí, el viento fuerte; la jocosa Tamya; y el altivo Turmanyé, siempre orgulloso de sus magníficos colores.

EL KAY PATSA
    Del humo brotó luego el Mundo del Medio. ¿Quiénes moraban en él? Las grandes Cochas que serían las primeras pakarinas de los hombres; los altos Orkos o Hirkas donde irían a morar los Auquis; los Rajus con su albina vestimenta de donde incontenible brota el Yaku, fuente primordial de la vida. Todo nació del humo. ¿Sería suficiente? Faltaba más vida indudablemente.

EL URAN PATSA
    Por último, del humo surgió el Mundo de Adentro con sus increíbles habitantes. El Yaku hirviente que todo lo consume;  Los Kurus que destruyen cuanto tocan;  la Sachamama, la gran serpiente de las dos cabezas, con sus hijos los amarus; los pequeños Ichik Ollko, con sus mágicos tambores, quienes con el correr del tiempo conseguirían permiso para aparecer de cuando en cuando en el Mundo del Medio. Finalmente, brotó una raza de gigantes descomunales, eran los Huaris; de piel totalmente roja y descomunales colmillos.


EL PRIMER PATSA KUTI 
    Hubo una época en que surgió una gran pelea entre el Mundo de Arriba y el Mundo del Medio. Sería un primer Patsa Kuti, cuando se pierde la armonía y todo se descontrola. En consecuencia, vino un gran terremoto, la gran cadena granítica de los Andes se partió en dos con gran estruendo y conmoción, formándose el sagrado valle del hoy Callejón de Huaylas. Cuando volvió la calma, por las grietas que se formaron en los Jirkas, los Huaris curiosos y admirados, subieron al Mundo del Medio y se encantaron al conocer una comarca tan bella, flanqueada por dos altísimas cordilleras. Tan contentos estaban los Huaris, que decidieron quedarse a morar en este mágico lugar.


EL SEGUNDO PATSA KUTI
     Al tiempo, del Mundo de Arriba cayó la Tamya como jamás se había visto; llovía inconteniblemente día y noche. Tanto llovió, que el valle sagrado donde vivían los Huaris se inundó completamente. Hubieron huaycos y aluviones, fue un verdadero diluvio. Ante este nuevo Patsa Kuti, los gigantescos Huaris, para salvar su vida, emigraron muy temerosos y con premura al oriente, a poblar las zonas trasandinas de Chavín, Marañón y Huacrachuco. No tomaron en cuenta que abandonaban la zona protegida por las mágicas Cordilleras Blanca y Negra.

LOS NUNAS
    Cuando los Huaris abandonaron el valle sagrado de Huaylas, el lugar de su aparición en el Kay Patsa, degeneraron terriblemente. Espantados vieron como algunos se convirtieron en plantas, otros aullando de impotencia viéronse transformados en animales y al fin, cuando sólo quedaba un grupo de ellos, fueron convertidos en hombres de carne y hueso. Estos Nunas, estaban desnudos y sintieron frío. Comprendiendo su situación, humildemente, los hombres se aprestaron a poblar el Kay Patsa, la tierra; en sana armonía con los seres que les rodeaban, plantas y animales; pues recordaban que todos eran hermanos, frutos de un tronco común, descendientes de los fabulosos Huaris.


Interpretación del mito de los Huaris
            Los mitos cuentan bellamente la historia de los pueblos. Cuando se habla del humo, entendemos que se habla del caos. En el Ande, existe la dualidad caos / armonía. El papel de los dioses es restablecer la armonía cuando llega el tiempo del caos, es por ello que se dice que los dioses andinos han sido dioses ordenadores; recién en tiempo de los Incas, al evolucionar la religión andina, se habló de dioses creadores.
            Los Patsa Kuti son los tiempos en que reina el caos. Vemos como el primer Patsa Kuti fue de terremotos y el segundo, de aluviones; dos constantes en la historia del pueblo ancashino. El diluvio no es copia del mito creador hebreo, en casi todas las culturas los mitos hablan de un terrible diluvio acaecido en los tiempos aurorales.
            El Callejón de Huaylas, es tomado como lugar mágico y sagrado por estar resguardado por la más grande expresión de la dualidad andina, las Cordilleras Blanca y Negra. Mientras los Huaris moran en él, no les pasa nada, una vez que lo abandonan, cambian en su naturaleza.
            La transformación de los Huaris en todo tipo de seres vivientes, incluidos los seres humanos; es para los hombres, una clara señal de que no debemos sentirnos superiores a nadie. De aquí parte la concepción holística del hombre andino y la conciencia de que todos los seres vivos son sus hermanos. Un respeto total al medio ambiente.

            Este bellísimo mito, debemos de difundirlo por doquier. Todo docente ancashino debe de enseñarlo en su aula. Cada niño ancashino debe sentirse orgulloso de conocer un mito tan propio, tan nuestro, tan ecológico y ambiental.