viernes, 28 de junio de 2013

ORÍGENES INCIERTOS DE ATUSPARIA


Atusparia en versión de Jorge Salazar, mural ubicado en el Municipio huaracino

Un 28 de junio de 1840 habría nacido Pedro Pablo Atusparia. Hay quienes aseguran que nació el 29, de allí sus nombres de acuerdo al santoral romano. Total, ni uno ni lo otro mientras no se encuentre su partida de bautizo, pues en esa época no había aún el registro civil.
En 1885 todo Ancash se vio conmocionado con la Revolución Campesina que dirigió el Alcalde de Marián Pedro Pablo Atusparia y que durante ocho meses puso en manos de los campesinos seis provincias del Callejón de Huaylas. La revolución se inicia el 3 de marzo en Huarás y luego se extiende captando la adhesión de líderes de la talla de “Uchcu Pedro” en Carhuás y José Orobio en Yungay.
Heroicas jornadas de lucha se desarrollaron en esta revolución, así tenemos la reconquista de Yungay por el ejército los días 28 y 29 de abril, la toma de Huarás el 3 de mayo y la batalla de Huarupampa el 11 de ese mes.
Para develar esta revolución, el ejército tuvo que quitar la vida de unos 10 mil hombres del campo. Ese mismo ejército que dos años atrás no pudo con los chilenos, se ensañó con sus paisanos. 

Estatua de Atusparia en el parquecillo que lleva su nombre

Las claras repercusiones de esta gesta precursora, aún se dejan notar hoy en día. Esta revolución campesina, antecedió en 25 años a la Revolución Mexicana; y 32 antes de la revolución soviética, en Huarás se instituyó el doble mando: el político (Atusparia) y el militar (“Uchcu Pedro”).
            Quienes se oponen a calificar como revolución a esta gesta olvidan que toda revolución supone cambios radicales y en Ancash sí se dieron cambios radicales, principalmente en la mentalidad de los campesinos que a partir de Atusparia nunca más permitieron ser humillados por los poderosos.

sábado, 22 de junio de 2013

DE CAMBIOS Y OTROS DEMONIOS


En junio hace frío porque estamos más lejos del sol

Ayer fue el día más corto del año y celebrábamos el inicio del Año Andino, con el sosticio de verano, tiempo de sequía en la sierra de Ancash, mientras que en la costa es el invierno con cielo nublado y garúas. Pero el tiempo está cambiado, en Conchucos, en estos días de verano, está lloviendo, cuando no deberia ser así, y todo por el bendito cambio climático.
El cambio climático es una realidad que estamos viviendo dolorosamente en Ancash. Se dice que los efectos del Calentamiento Global van a sentirse en todos los países del orbe, pero entre los tres más afectados estará el Perú, pues su cordillera tropical se ha vuelto muy vulnerable. Vemos como de año en año nuestros nevados van perdiendo masa a ojos vista.

Es dramático el retroceso de los glaciares

En 1985 “Los Hermanos del Ande” grabaron una canción que decía: “Se podrá secar el río Santa/ se deshelará la cordillera/ pero el camino que va a Marián/ no se olvidará de Atusparia”. En ese tiempo, estas letras fueron muy criticadas, pues todos pensábamos que “las nieves eran eternas”. El tiempo les dio la razón a los artistas.
Pero los efectos del cambio climático no solo van a reducir el agua en nuestra tierra, también van a influir negativamente en la producción agrícola.
“La papa es un cultivo cuya principal limitación es el calor, ya que requiere frío. Necesitamos variedades que sean tolerantes a altas temperaturas. En los Andes, sin esas variedades, el cultivo deberá trasladarse más arriba en la montaña”, sostuvieron expertos del programa de investigación sobre cambio climático del CGIAR. Y esto, va a alterar definitivamente la ecología en nuestra región. Entendamos que los estudios tardan años y, por eso, es recomendable empezar a desarrollar estrategias concretas que aseguren la existencia de los cultivos para el año 2030 y más adelante.

Esta escena tendrá que trasladarse a lugares de mayor altitud

El ritmo del calentamiento ocurrido en los Andes peruanos, de entre 0.3 y 0.5 grados centígrados por década, es uno de los más altos registrados a nivel mundial.
El cambio climático va a convertir en “inhabitables” las zonas costeras de todo el mundo, donde se concentra la mayor parte de la humanidad. El informe “Viviendo con los mares”, del colectivo científico “Análisis de los Océanos del Mundo”, advierte que el calentamiento global está alterando los mares de forma irreversible. El Mar de Grau, uno de los más prolíficos del mundo se verá seriamente afectado. Nuestros pueblos costeños, especialmente Chimbote, Casma, y Huarmey sufrirán las irremediables consecuencias del calentamiento global.

sábado, 15 de junio de 2013

EL GORRIÓN ANDINO


        Leoncio Giraldo Gamarra, nació un día como hoy en 1933 en el pueblo de Anta, provincia de Carhuaz. Como mucho de sus  paisanos, muy joven se trasladó a la costa, buscando trabajo en la hacienda de Paramonga, propiedad de norteamericanos. El rudo trabajo templó su espíritu y le sirvió para modelar su prodigiosa e incomparable voz.

Una de sus primeras fotografías del gran cantautor ancashino.

            Compuso sus propias canciones y grabó temas de otros autores con el conjunto “Los Jilgueros del Hualcán” que él fundara en los años 50. Este conjunto, acaba de ser reconocido en ceremonia especial realizada en el Ministerio de Cultura en Lima, como "entidad forjadora de la cultura ancashina", por su gran aporte en difinir los cánones de la musica ancashina.

        Sus temas más populares son: "Puente de Quillcay", "Cebadilla", "Mal proceder", “Mi despedida”, “Entre las ramas” y “El juramento”. Convertido en el más grande exponente de la música ancashina, su presencia se hizo habitual en los coliseos y en cuenta gira artística se organizaba.
            Oficialmente fue reconocido en 1956 como intérprete nacional y recibió el primer Disco de Oro de la empresa Sono Radio. Grabó más de 250 discos simples y 20 LP.

Nuestro inolvidable "Gorrión Andino" en una fotografía en la época de su madurez artística

           Cargado de años y del cariño de su pueblo, Leoncio Giraldo falleció en Lima el 29 de enero de 1980. Al apagarse su incomparabe voz, a su velorio, que uno de los más concurridos, en el Sindicato de Artistas del Perú, acudió la flor y nata del folklore nacional.

lunes, 10 de junio de 2013

CAMPANAS DE LIBERTAD


Aunque la historia oficial es muy mezquina con nuestro departamento, un día como hoy se publica en 1989 el tomo I de "Ancash,historia y cultura", editado por el CONCYTEC.
en ese texto hallamos una breve semblanza del aporte de nuestra tierra la causa de la libertad y la independencia, en la pluma de don Augusto Alba Herrera. Aquí un extracto:

Don Augusto Alba recibiendo un pergamino de manos del alcalde de Huaylas.

A fines del siglo XVIII las sequías y las heladas generan una serie de revueltas en la intendencia de Huaylas, hoy Ancash. En 1780 año del alzamiento de Tupak Amaru II, en estas tierras se produjeron diez levantamientos, lo que motivó que en la casa del representante de la Corona Española, en Carhuaz, se clavara esta proclama: “Si en el sur hubieron dos Tupak Amaru, aquí se levantarán doscientos”.
A inicios del Siglo XIX, los ecos de las ideas liberales puestas en boga en Europa llegan a nuestra región. Son los sacerdotes quienes desde 1804 se empeñan en difundir las ideas de emancipación y de libertad entre los pueblos de los por entonces llamados Corregimientos de Huaylas y Conchucos. El 25 de marzo de 1815, el cura Mariano Robles se levanta en Huaraz, siendo reprimido bárbaramente. Un año antes de la llegada de San Martín al Perú, sus espías recorrieron la región estableciendo sólidos lazos con los patriotas huaylinos y conchucanos: primero Paul Jeremias "el médico inglés", y luego José Paredes y José García.
1820 es el año en el que se proclama la independencia en Huaraz y en los pueblos de Huaylas. Waqra, hoy llamado Pueblo Libre, cerca a Caraz fue el primer pueblo en declararse a favor de la libertad en noviembre de ese año. A órdenes del Libertador San Martín, llega a Huaraz el Coronel  Enrique Campino quien el 29 de noviembre derrota a la guarnición española a mando de Coronel Clemente Lantaño. Enseguida, el prócer huaracino Juan de Mata Arnao proclama la Independencia en la capital del Partido de Huaylas y es nombrado Gobernador del Partido de Huaylas. 

Luzuriaga, Libertador de cinco repúblicas, es honrado con una estampilla en 1983.

Todo esto sucedía antes de que Lima proclame su independencia. En 1821, llega Toribio de Luzuriaga como Presidente del Partido de Huaylas. Ese cargo lo ostentó entre febrero y octubre de aquel glorioso año. Su encargo era muy especial, él debería cubrir las espaldas a José de San Martín, en caso de que fracasara la proclamación de la independencia en Lima, San Martín tenía planeado subir a Huaylas para salvar su vida y la de sus tropas, al amparo de la espada de Luzuriaga.
Digan si no fue poca cosa la contribución de nuestra tierra a la causa libertaria. Y eso sin hablar de la campaña de 1824, donde realmente se lucieron nuestros antepasados. Ya hemos señalados en estas páginas que en forma exclusiva, los huaylinos fueron los únicos soldados peruanos que lucharon en el bando correcto: el de los patriotas.

La Capitulación de Ayacucho se firmó sobre un poncho chiquiano.

sábado, 1 de junio de 2013

ESTA VIDA ES NUESTRA


Para quienes teníamos alrededor de los 15 años en 1970, ir al cine los domingos era más que una costumbre, era un rito que no podíamos soslayar. En Huaraz teníamos tres cines: el Cine Huaraz, el Cine Radio y el Cine Tarapacá. Para ese 31 de mayo, los muchachos nos habíamos pasado la voz, la mejor película estaba en el Cine Radio: "Esta calle es nuestra", film que trataba sobre una guerra de pandillas por la posesión de una calle, en Inglaterra. Cuando la mayoría ya estaba en el cine, pues las luces se apagaban a las 3.30 para el "réclame", cinco minutos antes, la tierra tembló por 45 segundos, pero tembló tan fuerte en ese corto tiempo que se trajo abajo todas las casas de adobe, no solo las de Huaraz, todas las casas de adobe del departamento.

Todo Ancash fue destruido por el más grande terremoto de la historia del Perú. El epicentro se ubicó en el mar, frente a las costas de Chimbote. En la zona fallecieron 70 mil personas, entre ellas 25 mil habitantes de Yungay que perecieron al ser sepultada su ciudad por un aluvión provocado por el desprendimiento de la cornisa norte del Huascarán.

El Huascarán no tuvo compasión de Yungay

Esta hecatombe significó la ruptura económica, social y cultural de nuestro pueblo. Sus serias consecuencias aún no han sido estudiadas a cabalidad y sus repercusiones todavía nos alcanzan. Ese Huaraz idílico que conocimos, ya nunca lo volveríamos a ver. Quedaría para el recuerdo su hermosa Plaza de Armas con sus diez calles de entrada (era la única plaza con esas características, todas tienen máximo ocho calles de entrada) su Catedral de piedra con sus bellísimas torres, sus cuatro barrios (La Soledad, Belén, San Francisco y Huarupampa) con sus preciosos templos, sus calles estrechas y empedradas, sus casas con balcones y techos de tejas, su aroma, su aire provinciano... todo eso desapareció aquel 31 de mayo.


Las primeras noticias no daban cuenta de la verdad de la tragedia

Recuerdo con nostalgia a algunos personajes que conocí en mi niñez. Había un señor bajito y regordete, de pelo blanquísimo, el señor Ramírez Luna, presidente de la Cámara de Comercio, que se empeñó por años en adquirir un terreno en Anta para que allí se construya el aeropuerto de Huaraz; su anhelo se vio pronto cumplido pues tras el sismo se habilitó Anta para que ingresen los gigantescos aviones Hércules de la aviación, trayendo la ayuda internacional. La Cámara de Comercio movía el circuito económico en Huaraz de entonces, destacaban personajes como don Miguel Torres Cano, que con su grifo abastecía a los pocos vehículos que circulaban por Huaraz. Él ya había concebido la idea de unir a nuestra tierra con el Brasil por una nueva vía que se debería abrir por Quillcayhuanca, para llegar a Huari, y de allí pasar a Monzón, empatar con Pucallpa, Tingo María y llegar a Cruzeiro du Sol. No sólo comercio había en Huaraz, la vida cultural era muy intensa. Recuerdo a un poeta que paseaba a diario por la Plaza de Armas con su sombrero y bastón; era don Agustín Loli. Me impresionaba particularmente porque el vitiligo lo había dejado con la piel completamente blanca. La U.O.I. (Unión Obrera Independiente) tenía un local donde siempre se realizaban actuaciones y "veladas", que ya no se ven ahora. En una "velada" había de todo: poesía, música, teatro y danzas. Los locales donde se hacía cultura eran muchos, los que más recuerdo son el Salón de Actos del Colegio "De la Libertad" y el del Colegio "San Benito".


Jamás volveríamos a pasearnos por la Plaza de Armas de Huaraz 

Quienes captaban la atención de los muchachos de entonces, eran los personajes marginales: "la loca Alicia", que paseaba por el puente de Calicanto; "Mañu cóndor" sucio y andrajoso, pero terrible cuando reaccionaba a los insultos; "sapra Martín", apelativo que le dábamos a don Martín Miranda, el terror de quienes no iban al colegio y se hacían "la vaca"; y el "sonso muché" siempre sonriente, a quien recuerdo ayudando en la panadería de Roberto, en La Soledad. El sismo del 31 de mayo nos quitó todo esto y mucho más. Nos arrancó de cuajo ilusiones y esperanzas. Lo más doloroso, nos quitó a nuestros seres queridos. ¿Quién no perdió algún familiar en el sismo? Don Víctor Valenzuela perdió a su pequeña hija a quien dedicó un hermoso huayno "Cecilita"; don Armando Moreno perdió a su única hija en el Colegio Santa Elena, en honor a ella luego del sismo construyó un hermoso cine que llevaba su nombre, el Cine Soraya. El gobierno creó la CRYRZA, Comisión de Reconstrucción y Rehabilitación de la Zona Afectada, y Defensa Civil para prevenir futuras catástrofes. Pero nada pudo quitarnos la pena del alma. Una pena grande por todo lo que perdimos. Nuestra catástrofe, nuestras catástrofes personales ninguna comisión podrá rehabilitar. El saldo doloroso del sismo, a 43 años de ocurrido, pesa como un enorme lastre en nuestra memoria. ¡Qué hermoso sería que todo volviera a ser como antes! Entonces no sólo diríamos ¡Esta calle es nuestra!, diríamos ¡esta vida es nuestra! La vida que nos arrebató el sismo del 70. Ojalá recuperemos el espíritu de ayer. Ojalá vuelvan los cines a Huaraz, para sentarnos en sus butacas y ver como en una película nuestra infancia y juventud; recordar aquellos tiempos cerrando los ojos y elevando una oración a Dios por los que se fueron.

El bocólico Huaraz que el sismo se llevó