domingo, 24 de febrero de 2013

CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN CAMPESINA DE 1885 (1)


 La primera causa de la Revolución Campesina de 1885 en Ancash fue la extrema pobreza en que se hallaba el campesino ancashino luego de cinco años de guerra (1789-1883). A esta guerra nuestro departamento contribuyó con hombres (unos 5 mil levados), dinero (se desmantelaron todos los templos para solventar los gastos de guerra), víveres (se arrasaron los campos para el sostenimiento de la tropa) y animales (no solo para cabalgadura sino para el rancho).
 
Por esta ruta, la de Llanganuco, las tropas de Cáceres cruzaron la Cordillera Blanca en junio de 1883.
 
Los chilenos se encargaron de destruir con alevosía la infraestructura económica del país. Tomemos como ejemplo a la expedición Lynch, que se dedicó a destrozar las pocas industrias que por entonces se implementaban en la costa norte del país, especialmente en nuestro departamento; arrasaron con haciendas cañeras y algodoneras. “Según Vicuña Mackenna, fueron los chinos que usados por los chilenos incendiaron y devastaron el fabulosos ingenio de Palo Seco en la costa ancashina”. Sus tropas destrozaron además lo avanzado en el tendido de líneas del ferrocarril Chimbote Huaraz.
 
Revolver utilizado en la guerra del Salitre, hallado en Huaraz
 
Pero quien sufrió con mayor ímpetu los fragores de la guerra fue el campesino. En el caso de Ancash, el campesino fue el más afectado, pues no sólo se le llevó a pelear como carne de cañón, sino que además se le quitó su ganado, se le confiscó su producción y encima se le impuso cupos. De modo que al final de la guerra, el más arruinado fue el hombre del campo.
En Huamachuco quedaron los cadáveres de cientos de campesinos ancashinos

Como la advirtió el Prefecto Porturas en 1884, en su carta de renuncia al cargo: “la vida es insoportable, no hay qué comer. Hasta la última choza está en peligro de ser saqueada”. Todo estaba preparado para el estallido de una gran subversión social.



 

lunes, 18 de febrero de 2013

ATUSPARIA PREPARA SU MEMORIAL

  
Copia de la excelente pintura de P. P. Atusparia obra de Edna Velarde.

       Un día como hoy, 18 de febrero de 1885, Pedro Pablo Atusparia, alcalde pedáneo de los caseríos del distrito de Independencia de la provincia de Huaraz, se pone de acuerdo con algunos activistas Caceristas para buscar quien redacte un memorial solicitando la rebaja en la anunciada Contribución Personal de dos soles de plata exigida por el Prefecto Coronel Francisco Noriega para reabrir la Corte Superior de Justicia de Ancash, cerrada desde la guerra con Chile.

           En 1885 todo Ancash se vio conmocionado con la Revolución Campesina que dirigió el Alcalde de Marián Pedro Pablo Atusparia y que durante ocho meses puso en manos de los campesinos seis provincias del Callejón de Huaylas. La revolución se inicia el 3 de marzo en Huaraz y luego se extiende captando la adhesión de líderes de la talla de “Uchcu Pedro” en Carhuaz y José Orobio en Yungay.

Heroicas jornadas de lucha se desarrollaron en esta revolución, así tenemos la reconquista de Yungay por el ejército los días 28 y 29 de abril, la toma de Huarás el 3 de mayo y la batalla de Huarupampa el 11 de ese mes.

Para debelar esta revolución, el ejército tuvo que quitar la vida de cerca a 10 mil hombres del campo. Ese mismo ejército que dos años atrás no pudo con los chilenos, se ensañó con sus paisanos. 

Las claras repercusiones de esta gesta precursora, aún se dejan notar hoy en día. Esta revolución campesina, antecedió en 25 años a la Revolución Mexicana; y 32 antes de la revolución soviética, en Huaraz se instituyó el doble mando: el político (Atusparia) y el militar (“Uchcu Pedro”).

            Quienes se oponen a calificar como revolución a esta gesta olvidan que toda revolución supone cambios radicales y en Ancash sí se dieron cambios radicales, principalmente en la mentalidad de los campesinos que a partir de Atusparia nunca más permitieron ser humillados por los poderosos.

NOTA DE REDACCIÓN: Hasta el mes de marzo iremos detallando las causas y acontecimientos de este importante hecho histórico. Esto por un pedido especial de Ceferino, pues él lleva el nombre del hijo de Atusparia: Manuel Ceferino.