domingo, 28 de agosto de 2011

LA DANZA DE LAS PALLAS

LAS PALLAS Y NUESTRA GRANDEZA CULTURAL


El Inca y las Pallas de Chiquián
Este martes tenemos feriado gracias a Santa Rosa de Lima, la primera santa de  América. Patrona de muchos pueblos, acá se la festeja en Huallcor, también en Cátac y principalmente en Chiquián, donde el 30 de agosto es fiesta grande. La danza tradicional que acompaña esta fiesta es la de las pallas. La danza de las pallas de Chiquián, con su Inca, su Capitán y su Estandarte, es una representacion de la invasión de los españoles que culmina con la captura del Inca.
Vale la pena ir a Chiquián para apreciar una de las fiestas más tradicionales de Ancash.
Bellísima Palla de Chiquián

La danza de las Pallas no es exclusiva de Chiquián o Bolognesi, es una danza pan ancashina. Con sus particularidades y detalles propios de cada zona, esta danza se encuentra practicamente en toda la región, principalmente en las provincias de Corongo, Pomabamba (la Tinya Palla), Antonio Raimondi (Pallas, su Duende y los Aucas), Bolognesi, Recuay (Marca, Cotaparaco, Tapacocha, etc), Huari (San Marcos, Chavín, etc), Sihuas, Pallasca y Yungay (Pallas de Marap). Acá en Huaraz también teníamos nuestras pallas, pero esta danza languidece en  algunos caseríos colindantes con Olleros.

Las Pallas de Marca, de Recuay, con su Inca y Rumiñahui

No estamos errados en señalar que la danza de las pallas, con sus múltiples variantes, es la que tiene mayor presencia en nuestra región. Mucho más que la danza de los Negritos, o los Huanquillas, o la de los Shacshas, que también son danzas que se representan en diversas provincias. Y ojo, es ejecutada exclusivamente por mujeres; el Inca y el Rumiñahui en algunos casos, son figuras decorativas.
 
¿Qué representa la danza de las pallas? ¿Por qué se le baila en todo Ancash? ¿A qué se debe su arraigo en la mentalidad andina? La respuesta a estos interrogantes es sencilla. Esta danza, surgió a raíz de un hecho traumático para el hombre andino, nace a la caída del fabuloso imperio de los Incas, y representa la añoranza del poblador andino por la grandeza de nuestra cultura ancestral.
El hecho de que lo dancen mujeres y entonen sentidos versos alusivos al Inca, es porque la mujer es la guardiana de la cultura y el Inca representa en su persona, la civilización andina.
El origen de la danza de las Pallas es incaico. Indudablemente que con el correr del tiempo y la influencia española, ha sufrido cambios radicales. 
Cuenta la historia que el 16 de noviembre de 1532, el Inca Atahuallpa fue derribado de su trono por Francisco Pizarro en la plaza de Cajamarca. Este traumático suceso ha partido en dos la historia del pueblo andino. Hay un antes y un después de la captura del Inca Atahuallpa.
Por más que la mayoría de los pueblos que constituían el Tahuantinsuyo estaban en contra de los incas del Cusco y se aliaron a los españoles para liberarse del yugo cusqueño, una vez asumido que el verdadero enemigo era el “otro”, el extranjero, el foráneo, los pueblos andinos reconocieron en Atahuallpa al verdadero padre de nuestra cultura, al unificador de nuestra historia. 

La figura del Inca sintetiza el mesianismo andino

En torno a él, al Inca Atahuallpa, se crea y alimenta el mesianismo andino. La esperanza de un retorno a la gloria de los tiempos ancestrales, se nutre con la mítica figura del Inca redivido.
A la llegada de los españoles, el culto a los antiguos dioses fue reemplazado por el cristianismo. La invasión y la conquista española trajeron consigo una nueva cultura, con su lengua, sus usos y costumbres, provocando un choque entre dos formas de entender el mundo.  
Es entonces que en todos los pueblos andinos surge la presencia de la mujer, como depositaria de la vida y de las tradiciones. Ellas serán las encargadas de invocar el retorno del Inca con una danza reconocida con el nombre de Pallas.

Las Pallas de Corongo

La danza de las Pallas ya se conocía en el siglo XVI. Con el correr del tiempo se ha ido adaptando a las circunstancias, especialmente en la vestimenta. Pero la esencia de la danza no ha cambiado.
Claro que hay variantes de esta danza que han eliminado al Inca y tienen otra motivación. Esto es motivo de estudio de etnólogos y antropólogos.
En Yungay, la danza de las Pallas de Marap, tiene directas alusiones a la veneración de la Jara Mama, el maíz, que en tiempos ancestrales debío ser una gran deidad de nuestro pueblo, habida cuenta que el maíz es uno de los dos alimentos principales del Ande peruano. Aqui no intervienen varones, una dama guia la danza y tiene dos ayudantes que encabezan dos filas de danzantes. Todas las mujeres llevan una vara que representa una planta de maíz.
En Pomabamba, la Tinya Palla es una danza épica, ejecutada por bellas mujeres. Ellas representan un pasaje histórico, la búsqueda de sus parejas que fueron a luchar contra los "chunchos" y jamás volvieron. Las pallas en la danza ejecutan diversos pasos que representan la infatigable búsqueda de sus seres queridos por las agrestes serranías.

Tinya Palla de Pomabamba

En Llamellín, la danza Las Pallas, su Duende y los Aucas, es la recreación de algún suceso histórico de la época en que los varones se hallaban fuera del lugar y los Aucas (guerreros foráneos) pretenden adueñarse del lugar. La danza nos muestra a las aguerridas damas del lugar, que guiadas por el "duende", un sabio anciano, logran vencer a los invasores.

Pallas de Llamellín, con su Duende

Con todas sus variantes, en los pasos, en la vestimenta y en la intención, la danza de las pallas es una genuina muestra de nuestra diversidad.
La grandeza de Ancash no está exclusivamente en su magnífica historia, ni en sus riquísimos minerales, ni en sus exuberantes paisajes; la verdadera grandeza de Ancash está en su gente, depositaria de tanta riqueza cultural. Se acabarán los minerales, se desglaciará la Cordillera, pero las costumbres no dejarán de ser la más genuina muestra de la vitalidad de nuestro pueblo.













lunes, 22 de agosto de 2011

EN EL DÍA INTERNACIONAL DEL FOLKLORE

Un homenaje póstumo a Efraín Rosales Alvarado, en el día de su entierro; y a Alejandro Collas Páucar, en el XIV aniversario de su partida.

Mañana 22 de agosto se conmemora una festividad que en los últimos años ha adquirido gran relevancia, se trata del Día Internacional del Folklore. La palabra folklore es un vocablo compuesto inventado  por el estudioso inglés William Jhon Thoms y dado públicamente el 22 de Agosto de 1846 en el Ateneo de Londres. Folk se refiere al pueblo y lore a la sabiduría. Así, folklore sería la sabiduría de los pueblos.

William John Toms

Para los ingleses, que consideraban que sólo los europeos eran cultos, los demás pueblos del mundo eran incapaces de tener cultura. Así que “folklore” eran las expresiones de los pueblos bárbaros. Esto fue lo que sucedió en el siglo XIX. En el siglo XX se desarrollan las ciencias sociales, surge la antropología, la etnología, la sociología, la arqueología, etc. Entonces el folklore, pasa a ser el estudio y objeto de estudio.
Efraín Morote Best, Paulo de Carvalho Neto y Augusto Raúl Cortazar, coinciden en que "El Folklore es la ciencia antropológica cultural, que estudia la Tradición Anónima, funcional-social de los pueblos”. En el Perú, el estudio del folklore como ciencia, es nuestra gran Cultura Andina y las culturas amazónicas, en sus diversas expresiones, manifestaciones y variedades.
Entonces, en esta fecha debemos celebrar a la Cultura Andina, que es el legado de nuestros ancestros. Es nuestra historia que viene desde Guitarrero (10,000 a.C.), pasa por los Chavín (1,000 a.C.), los Recuay 400 d.C.), los Huaylas y Conchucos (1,000 d.C.) y llega a nuestros días a través de la colonia y la república. Es nuestro quechua originario. Es nuestra gastronomía, nuestras danzas y música autóctona, nuestras vestimentas típicas, y especialmente todo ese mundo de mitos, ideas y conceptos que conforman nuestra cosmovisión.

Antúnez de Mayolo

En nuestra tierra tenemos los más hermosos mitos del ande peruano. Aquí, Santiago Antúnez de Mayolo encontró en 1915 el más grandioso mito que se refiere a la creación del mundo en versión de nuestros antepasados, los primeros ancashinos. Es el Mito de los Huaris y en esta trascendental fecha lo transcribimos íntegramente para ustedes, amables lectores.
EL MITO DE LOS HUARIS
 Al principio solo existía el humo y la oscuridad era total, indigna; y del humo surgió el Mundo de Arriba, con sus celestiales moradores: el Taita Inti, con su gran cabellera dorada; la Mama Quilla, su esposa, la de la sonrisa de plata; y sus hijas, las Koyllur, alegres en su resplandor. También estaban, entre otros, el terrible Illapa, el que refulge y brama; el colérico Shukukí, el viento fuerte; la jocosa Tamya; y el altivo Turmanyé, siempre orgulloso de sus magníficos colores.
    Del humo brotó luego el Mundo del Medio. ¿Quiénes moraban en él? Las grandes Cochas que serían las primeras pakarinas de los hombres; los altos Orkos o Jirkas donde irían a morar los Auquis; los Rajus con su albina vestimenta de donde incontenible brota el Yaku, fuente primordial de la vida. Todo nació del humo. ¿Sería suficiente? Faltaba más vida indudablemente.
    Por último, del humo surgió el Mundo de Adentro con sus increíbles habitantes. El Yacu hirviente que todo lo consume;  Los Kurus que destruyen cuanto tocan;  la Sachamama, la gran serpiente de las dos cabezas, con sus hijos los amarus; los pequeños Ichik Ollko, con sus mágicos tambores, quienes con el correr del tiempo conseguirían permiso para aparecer de cuando en cuando en el Mundo del Medio. Finalmente, brotó una raza de gigantes descomunales, eran los Huaris; de piel totalmente roja y descomunales colmillos.
    Hubo una época en que surgió una gran pelea entre el Mundo de Arriba y el Mundo del Medio. Sería un primer Patsa Kuti, cuando se pierde la armonía y todo se descontrola. En consecuencia, vino un gran terremoto, la gran cadena granítica de los Andes se partió en dos con gran estruendo y conmoción, formándose el sagrado valle del hoy Callejón de Huaylas. Cuando volvió la calma, por las grietas que se formaron en los Jirkas, los Huaris curiosos y admirados, subieron al Mundo del Medio y se encantaron al conocer una comarca tan bella, flanqueada por dos altísimas cordilleras. Tan contentos estaban los Huaris, que decidieron quedarse a morar en este mágico lugar.

Representación gloriosa de uno de los Huaris

Al tiempo, del Mundo de Arriba cayó la Tamya como jamás se había visto; llovía inconteniblemente día y noche. Tanto llovió, que el valle sagrado donde vivían los Huaris se inundó completamente. Hubieron huaycos y aluviones, fue un verdadero diluvio. Ante este nuevo Patsa Kuti, los gigantescos Huaris, para salvar su vida, emigraron muy temerosos y con premura al oriente, a poblar las zonas trasandinas de Chavín, Marañón y Huacrachuco. No tomaron en cuenta que abandonaban la zona protegida por las mágicas Cordilleras Blanca y Negra.
    Cuando los Huaris abandonaron el valle sagrado de Huaylas, el lugar de su aparición en el Kay Patsa, degeneraron terriblemente. Espantados vieron como algunos se convirtieron en plantas, otros aullando de impotencia viéronse transformados en animales y al fin, cuando sólo quedaba un grupo de ellos, fueron convertidos en hombres de carne y hueso. Estos Nunas, estaban desnudos y sintieron frío. Comprendiendo su situación, humildemente, los hombres se aprestaron a poblar el Kay Patsa, la tierra o Patsa Mama; en sana armonía con los seres que les rodeaban, plantas y animales; pues recordaban que todos eran hermanos, frutos de un tronco común, descendientes de los fabulosos Huaris.

Los Huaris poblaron la Patsa Mama de animales, plantas y hombres

Interpretación del mito de los Huaris
 Los mitos cuentan bellamente la historia de los pueblos. Cuando se habla del humo, entendemos que se habla del caos. En el Ande, existe la dualidad caos / armonía. El papel de los dioses es restablecer la armonía cuando llega el tiempo del caos, es por ello que se dice que los dioses andinos han sido dioses ordenadores; recién en tiempo de los Incas, al evolucionar la religión andina, se habló de dioses creadores.
Los Patsa Kuti son los tiempos en que reina el caos. Vemos como el primer Patsa Kuti fue de terremotos y el segundo, de aluviones; dos constantes en la historia del pueblo ancashino.
El Callejón de Huaylas, es tomado como lugar sagrado por estar resguardado por la más grande expresión de la dualidad andina, las Cordilleras Blanca y Negra. Mientras los Huaris moran en él, no les pasa nada, una vez que lo abandonan, la tragedia se abate sobre ellos.
La transformación de los Huaris en todo tipo de seres vivientes, incluidos los seres humanos; es para los hombres, una clara señal de que no debemos sentirnos superiores a nadie. De aquí parte la concepción holística del hombre andino y la conciencia de que todos los seres vivos son sus hermanos.
Este bellísimo mito, debemos de difundirlo por doquier. Todo buen ancashino debe de enseñarlo a sus hijos. Cada niño ancashino debe sentirse orgulloso de conocer un mito tan propio, tan nuestro. ¡Viva nuestra gran cultura andina!
     


martes, 16 de agosto de 2011

EL PRESIDENTE ENAMORADO


Don Ramón Castilla fue Presidente del Perú entre 1847 y 1851, en dicha oportunidad tuvo como ama de llaves a una bella joven ancashina, Margarita Mariluz.
Margarita Maariluz quien nació en Llumpa, hoy distrito de la provincia de Mariscal Luzuriaga en la zona de Conchucos, y llegó a Lima muy jóven. Era una huérfana que por azares del destino pasó a trabajar en Palacio de Gobierno como ayudante de la ama de llaves.
Don Ramón Castilla la promovió como su ama de llaves, cargo que desempeñó de modo eficiente hasta pocos días antes del fin del primer gobierno del Libertador.
Luego de la renuncia, Margarita se trasladó a su tierra natal, sin imaginar que su belleza y su don de gentes había encendido en el viejo corazón de don Ramón la intensa llama del amor.


Belleza indiscutible la de Margarita Mariluz.

El ex presidente llegó a Huaraz meses después averiguando cómo seguir camino a Llacma. Grande fue su sorpresa al comprobar que las torres de la catedral de Huaraz no se habían construído, pese a que él personalmente había destinado diez mil soles para dicha obra. "¡Diez mil soles, diez mil soles; diez mil ladrones!", exclamó lleno de ira.
Tomó el camino de Quebrada Honda y apareció en Conchucos. Hasta ahora existe una cueva que llaman “Ramón Castilla”, porque es fama que allí pasó la noche el mariscal.
Un día como hoy, 16 de agosto de 1852, el ciudadano Ramón Castilla llegó a Llumpa y se asentó como vecino de dicha localidad. Don Ramón se instaló en las minas de “Potosí”, cerca a Llacma con el pretexto de buscar mineral.


Actual plaza de Llumpa.

El alcalde de Llacma, al enterarse de la actividad minera en “Potosí”, envió un citatorio al propietario, indicándole que debía acercarse al concejo pues no había solicitado la autorización municipal. Cuál sería su sorpresa cuando vio aparecer en su triste despacho al ex presidente del Perú vestido de gala, con uniforme de general y sombrero de tres picos con penacho de pluma. “Sepa usted señor alcalde, que los minerales del subsuelo son propiedad del Estado, no de los municipios”, le dijo muy serio. El pobre alcalde se moría de vergüenza dándole sus disculpas.


El Presidente en traje de gala.

Don Ramón logró entrevistarse con Margarita. La joven le dio largas y con prudencia, supo mantener en línea al enamorado. Como ya se acercaba la fiesta del “Corpus”, en junio, Margarita le invitó a que la acompañara a la procesión. Fue un acontecimiento en Llumpa ver al bravo militar llevando el palio del Santísimo. Hasta ahora se comenta cómo se desvivía el general por lograr los favores de Margarita. En pleno baile por la fiesta del Corpus, la invitó a zapatear  una marinera; mientras la pareja bailaba, el negro liberto que le acompañaba, iba echando monedas de oro al piso.
Cerca a San Luis había un solar propiedad de la familia de Margarita. Allí se reunía la pareja de tarde en tarde. Mucho se ha hablado sobre si Margarita aceptó los requerimientos de don Ramón Castilla, o no. Lo cierto es que no dejaba de visitarla mientras estuvo en “Potosí”.
En esa época, don Ramón hizo construir tres molinos a orillas del río Ingenio, que hasta ahora se conservan. La gente del lugarr les llama “los molinos de Castilla”, y  allí entretenía su tiempo en espera de una decisión de  Margarita.
El corazón es bastante huraño. Margarita sólo quiso conservar la amistad del Presidente. Y así pasó el tiempo. Hasta que don Ramón se convenció de que nada más podía hacer. ¡Ay, así es el amor! Dicen que la despedida fue bastante triste. El general Castilla se alejó jurándole amor eterno. Algún sentimiento debió de despertar en Margarita, pues ella nunca se casó. La mujer más bella de su época prefirió conservarse sola.


Carretera San Luis - Pomabamba, sector Llacma.

domingo, 14 de agosto de 2011

PAULLO INCA, EL INCA HUARACINO

 
Retrato de Paullo Inca que se conserva en el Cusco.

En nuestra historia regional tenemos datos y sucesos de enorme importancia, datos que a vecesno los sabemos apreciar y que aquilatándolos, constituirían un motivo de afirmación de nuestra identidad.
Alguna vez, en una conferencia sobre historia de Ancash, se me ocurrió preguntar al auditorio si alguno de los presentes sabía el nobre del único inca que no nació en el Cusco. Muchos alzaron la mano y respondieron que sí sabían que Atahuallpa nació en Quito. Pero la realidad es que la mayoría de los cronistas afirman que Atahuallpa fue cusqueño. Entonces seguía en pie la pregunta y nadie dio con la respuesta.
Tuve que hacer un alto en la disertación para explicar que sí, efectivamente hubo un inca no cusqueño, que ese inca fue huaracino y su nombre es Inca Paullo. ¿Usted, amable lector, conocía este curioso dato?
Para conocer sobre su existencia remontémonos a la época de la llegada de los incas al Callejón de Huaylas, a mediados del siglo XV. Los incas llegaron en plan de conquista al mando de Túpac Yupanqui, el hijo del todopoderoso Inca Pachacútec y se enfrentaron en cruentas batallas a los Huaras, Huaylas y Conchucos. Una vez vencidos nuestros antepasados, iniciaron la lucha de resistencia, lo que conllevó a persuadir a los incas vencedores a iniciar una política de "lazos de sangre" para pacificar la zona.
Es por eso que el hijo de Túpac Yupanqui, el Inca Huayna Cápac se desposó con la hija del Curaca Pomapacha, líder de la etnia de Lurin Huaylas.
Paullo Inca, nació en la llacta de Huaraz probablemente en 1513. Hijo del Inca Huayna Cápac y la Curaca de Lurin Huaylas Anas Colque  (La de astucia refulgente), según la costumbre de la época, como todo hijo varón del Inca, muy niño fue llevado con su madre al Cusco para ser educado a la usanza incaica, con la idea de luego ser devuelto a su tierra y gobernar con espíritu cusqueño.

Huayna Cápac, el padre de Paullo Inca.

Paullo se mantuvo a la sombra durante toda su juventud, formándose como guerrero y aprendiendo a gobernar. Las circunstancias a partir de la muerte de su padre, el sapa Inca, harían que la vida del joven Paullo cambiara radicalmente.
Paullo fue testigo de la actitud de su medio hermano Huáscar de vejar el  Koricancha y hacer violar a las acllas encargadas del cuidado del templo. Posteriormente se alió a él durante la guerra por la sucesión a la muerte de Huayna Cápac. A la derrota de Huáscar fue preso por orden de Atahuallpa y llevado a Cajamarca. Allí pasó a ser prisionero de los españoles. En esos tiempos contaba con menos de veinte años.
Paullo viajó al Cusco acompañando a los españoles. Su papel en esos tiempos es cuestionada por no rebelarse contra los españoles ni apoyar posteriormente la revuelta de Manco Inca. Pero si se analiza con más profundidad, la actitud de los huaylinos fue neutral al inicio de la conquista, por los vínculos de sangre que se habían establecido con el matrimonio de su media hermana Quispe Sisa y el jefe de los españoles.
Quispe Sisa, tomó el nombre de Inés Huaylas Ñusta y le dio los dos únicos hijos que tuvo Francisco Pizarro. Fue madre de Francisca Pizarro, quien en su tiempo llegó a ser la peruana más acaudalada, gracias a la herencia que recibió de su padre el marquéz.
Paullo entró luego en las luchas por la sucesión imperial, y cuando surgen los problemas entre los españoles, se ubica al lado de Diego de Almagro. Almagro que llegó al Perú semanas después de la captura de Atahuallpa, no tuvo ninguna participación en el fabuloso rescate de Cajamarca. Por ello se desesperó en ir a conquistar nuevos territorios al sur del Cusco. Paullo lo acompañó al frente de las tropas aliadas y sus hombres vencieron a los Araucanos en más de una ocasión, pero no hallaron los deseados tesoros.
Este es otro dato curioso. Es falso que nunca hayamos derrotado a los chilenos. Se les derrotó y bien, con tropas al mando de un huaracino, Paullo Inca, que demostró tener una gran habilidad y estrategia para la guerra.
Ante el fracaso de la expedición, regresan al Cusco en 1537 durante el sitio que había impuesto a la ciudad el rebelde Manco Inca.
La ambición de Paullo se ceñirse la mascapaicha se hizo realidad cuando Diego de Almagro le entrega la señal de mando en el Cusco el 16 julio de 1537. Paullo pretendía legitimizar su corona, por ello entró en batalla contra su otro medio hermano Manco. Al frente de un gran ejército derrotó a las tropas de Manco Inca en Cochabamba (Bolivia), obligándolo a refugiarse en la selva de Vilcabamba.

Manco Inca, medio hermano y rival de Paullo Inca.

Paullo, como la totalidad de los naturales de aquel entonces, mantenía la idea ancestral incaica de enfrascarse en sangrientas batallas por la sucesión imperial. Jamás calculó que Manco representaba la alternativa para derrotar a los españoles, quienes constituían el enemigo principal. Otra hubiera sido la historia del Perú si los dos grandes líderes unificaban criterios y dirigían sus armas contra el invasor.
Refugiado Manco Inca en Vilcabamba, Paullo Inca no pudo legitimar totalmente su mandato. Se afincó en el Cusco y logró agrupar tras sí a la nobleza cusqueña para exigir y lograr se respeten sus derechos.
Mucho se ha escrito de la habilidad política de Paullo Inca que logró sobrevivir a las viscicitudes de su tiempo. Todas las autoridades que llegaron al Cusco lo supieron respetar y honrar, tanto los pacificadores como los virreyes.
Sobre su muerte no se cuenta con datos precisos, pero se supone ocurrió hacia la década del 1580.
Paullo Inca dio nuevamente que hablar en el 2007, año en que unos arqueólogos cusqueños hallaron su tumba en el altar mayor de la Iglesia de San Sebastián del Cusco.
La tumba de Paullo Inca respetaba el criterio inca de enterrar a la autoridad junto a su esposa principal y dos sirvientes, más un perro que lo había de guiar al Hanan Patsa, el paraíso de sus antepasados.

La tumba de Paullo Inca

Si se han encontrado sus restos, preguntamos desde "Visión Informativa", ¿no sería necesario exigir se rapatrien sus restos a su tierra natal? Los huaracinos tenemos el derecho de venerar a nuestro Inca, al gran Paullo; el único inca no cusqueño, el inca huaracino.

martes, 9 de agosto de 2011

LAS PALLAS CORONADAS



Un día como hoy, 9 de agosto en el año 1982, la vestimenta de la Palla de Corongo es elegida como mejor vestimenta típica en el Concurso Miss Mundo.
Al margen de esta información existen dos cosas de importancia a relevar.


Las Pallas en casa del Juez de Aguas.


En primer lugar, esta danza tan ancashina, que se ejecuta anualmente en la festividad de San Pedro, patrón espiritual del pueblo de Corongo. La danza "Las Pallas de Corongo" ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación, mediante la Resolución Nº 1671 del INC, en el año 2008. Fue la primera danza ancashina que recibió tal galardón gracias a las gestiones del actual consejero por Corongo, el músico Jorge Trevejo Méndez, quien preparó el expediente respectivo.

El Ing. Jorge Trevejo Méndez.


Mucho valió para su reconocimiento el haber sido relacionada esta danza, con el ciclo vital del agua que en Corongo es regida ancestralmente por los Jueces de Agua, quienes precisamente tienen entre sus atribuciones las de ser mayordomos en tan sonada fiesta.
El segundo aspecto que deseamos destacar es la labor pionera de don Miguel Sotomayor Castro, coronguino visionario que adelantándose a su tiempo, fue un visionario del turismo en Ancash y el principal propulsor de esta danza. Gracias a él, que la hoy ignorada y desconocida concursante a Miss Mundo, representando al Perú lució en aquel año (1982) la tan admirada vestimenta que se ganó los ojos del jurado en aquella ocasión.

Don Miguel Sotomayor Castro.